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viernes, 9 de agosto de 2019

YA REPICAN LAS CAMPANAS



Repican alborozadas las campanas de nuestras iglesias, especialmente las catedralicias, anunciando que la excelsa patrona de Ciudad Real, la Virgen del Prado se baja de su camarín al altar mayor, puesto a la cabeza del amplio templo, el de más extensión  y altura de una sola nave de España.

Se dice por los escritores arqueólogos, que únicamente compite con tan magnífica nave la que tiene la catedral de la ciudad de Coria, iglesia majestuosa también, ambas atrevidas construcciones que causan admiración al que las contempla.

No hablemos de las soberbias catedrales que tiene España, pero todas de tres naves, y aun de cinco, pero el empuje de la central se contrarresta por las laterales, cosa que aquí no ocurre, por ser sola.

Hacen las veces de otras naves, los contrafuertes o estribos, que adosados a la iglesia le dan fuerza y sostienen las altas murallas y las bóvedas de prodigiosa altura.

Lo cierto es que la Catedral no es un templo insignificante, sino que por el contrario, merece que le veamos con no poco orgullo.

Del retablo todas nuestras alabanzas serán siempre pocas, por ser de perfecto trazado y gran gusto artístico de aquellos tallistas que fueron Giraldo de Merlo y Juan de Hansten, construido con los diez mil ducados que envió para este fin Villaseca, ciudarrealeño que no olvido nunca su pueblo natal, desde América donde hizo fortuna cuantiosa.

La copla o cantar antiguo dice y todos los ciudarrealeños la saben bien que:

Víspera de San Lorenzo
A la puesta del sol
Bajan a la Patrona
Al altar mayor.

Los fieles manchegos llenaran esta tarde, el augusto templo para rendir los homenajes a la Virgen de los cielos, a la patrona de Ciudad Real, Nuestra Señora del Prado.

Recordamos con emoción, que nuestra buena madre, cuando éramos niños nos llevaba en este anochecer víspera de San Lorenzo, a postrarnos de rodillas ante la imagen Morena que tantos siglos contempló las alegrías y venturas, las desgracias y adversidades de Ciudad Real.

Emilio Bernabeu. Diario “Lanza”, martes 9 de agosto de 1955


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