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lunes, 19 de octubre de 2020

LA CAPILLA DEL SANTÍSIMO CRISTO DE LA CARIDAD

 

Pintura con la dedicación de la capilla

La iglesia parroquial de Santiago Apóstol está considerada como el templo más antiguo de Ciudad Real. Su construcción se sitúa en las postrimerías del siglo XIII y principios del XIV, a los pocos años de la fundación de la entonces llamada Villa Real en 1255. Según algunos autores, lo más antiguo de la edificación sería la torre, que habría sido un antiguo torreón defensivo. Lo cierto es que en sus piedras se aprecian marcas de canteros que denotan su procedencia, los edificios de la ruinosa Alarcos. Adosada a ella se habría iniciado la construcción del templo de tres naves, mediante columnas de sección octogonal de las que arrancan arcos ojivales sobre los que se situaban cubiertas simples de madera. El templo se completa con la cabecera, con bóvedas de crucería y terminada en tres ábsides, que muestran un gótico más elaborado.

Posteriormente se reformó el templo, como es el caso de la magnífica armadura mudéjar que cubre la nave central, construida en torno al año 1400. A finales del siglo XV y en el siguiente, se amplió el edificio mediante la construcción de dos capillas en la cabecera de las naves laterales, rompiendo los ábsides y construyendo en su lugar sendos arcos de medio punto para dar entrada a las mismas. En una de estas capillas, la situada en la nave del Evangelio, recibe culto desde tiempo inmemorial el Santísimo Cristo de la Caridad.

La construcción de la capilla se puede fechar con bastante precisión gracias a que en la clave de la bóveda se encuentran pintadas las armas de los Reyes Católicos, por lo que habría sido edificada entre 1474, inicio de su reinado, y 1492, año de la toma de Granada, cuyo emblema se incorporó al de los monarcas pero no aparece en el citado escudo.

Julián Alonso se hizo eco de una leyenda, aunque sin darla como cierta, que afirmaba que la capilla fue construida como homenaje al infante Fernando de la Cerda, hijo primogénito de Alfonso X, fallecido en Villa Real en 1275, además de explicar su uso primitivo: “Por algunos meses estuvo depositado el cadáver del Infante en la Parroquia de Santiago. Luego se lo llevaron a enterrar a las Huelgas de Burgos. En recuerdo del piadoso depósito, D. Sancho regaló a la iglesia una de las 72 espinas de la corona del Redentor. También, como memoria, erigióse en Santiago, pasando el tiempo, la Capilla de San Benito, donde los “Sambenitados de la Cruz Verde” celebraban sus cultos y que hoy se llama del Sto. Cristo de la Caridad. Su clero constaba de cuatro sacerdotes. En la clave de la bóveda, por ser de fundación real, se veían las armas de Castilla y de León. De sus murallas colgaba una pequeña cadena(1).

El mismo autor da más datos al respecto: “…la Cruz Verde del barrio de los cristianos nuevos, “los sambenitados”, acosados hasta la apostasía o cristianos hasta el sacrificio heroico, que, en la iglesia del señor San Tiago fundaron la congregación de San Benito, con capilla propia “donde hoy está la imagen del Cristo de la Caridad”.”(2)


Clave de la bóveda de la capilla

Es verdad que la fecha de construcción de la capilla coincide en el tiempo con un periodo de gran actividad contra los judíos conversos por parte de la Inquisición, que llegó a tener un tribunal en Ciudad Real entre 1483 y 1485. Los “sambenitados” eran aquellos condenados por la Inquisición a llevar puesto un hábito penitencial o sambenito, prenda en forma de amplio escapulario cuyo fin era avergonzar públicamente a quien lo llevaba, bien por un periodo determinado o para toda la vida. Los sambenitos, una vez cumplido el plazo previsto, eran colgados en las paredes de la iglesia parroquial donde el hereje vivía, para escarnio y recuerdo perpetuo de los parroquianos. Junto al sambenito se indicaba el nombre la familia, el delito cometido contra la Iglesia y el castigo impuesto.

Llama la atención que, efectivamente, en las ordenanzas de la Hermandad del año 1612 se la llama capilla de San Benito: “…sanctísimo Crucifixo de la Caridad que esta en la parroquial de señor Santiago de esta dicha ciudad en la Capilla de señor sant Benito della…”. Hay que tener en cuenta además la cercanía de la iglesia de Santiago con la antigua judería, ubicada aproximadamente entre las calles Calatrava y Mata. Además, el símbolo de la Inquisición era una cruz verde, y tradicionalmente se ha denominado Cruz Verde al ensanche de la calle Calatrava en su confluencia con Lirio, lugar inmediato a la iglesia de Santiago. En cualquier caso, no se conocen datos que permitan dar como cierto lo afirmado por Julián Alonso.

La presencia del Santísimo Cristo de la Caridad llevó a la actual denominación de la capilla, probablemente a raíz de la fundación de la Hermandad. Pese a la casi total pérdida del archivo parroquial de Santiago, el nuevo nombre está documentado en las postrimerías del siglo XVIII, aunque debió de llamarse así desde mucho antes: “En la Ciudad de Ciudad Rl, en treze dias del mes de febo del año de mil ochozs y tres Joaqna Bollon, natl. y beza. de esta Ciud, viuda de Vizente Muñoz y Osma, habiendo recibido los Stos. Sacramentos de Penitencia, Eucaristia y extrema Uncion fallecio, y habiendo otorgado testamto en nuebe de Dizre. del año pasado de mil setezs. nobenta y ocho ante Fernando Camborda y Espinosa, ssno. del numo. de referida Ciud. por el qual se mandó enterrar en la Capilla del SSmo. Christo de la Caridad de esta Iglesia Parroql. del Sr. Santiago con la asistencia de todo el clero de ella, y la Comunidad de N. P. Sn. Franco…(3)

Queda constatado, además, el uso de la capilla como lugar de enterramiento. Muy probablemente serían sepultados en ella los hermanos fallecidos, como sucedía en otras cofradías de Ciudad Real en los siglos XVII y XVIII. También hay constancia de que se enterraba a otras personas de las que no se hace mención a su pertenencia a la Hermandad. Tal es el caso de José Messía de la Cerda en abril de 1830, y Manuel Messía de la Cerda, coronel de infantería de los Reales Ejércitos y Regidor perpetuo de la ciudad, apenas unos días después: “En la Ciudad de Ciudad Real en diez y siete de Abril de mil ochoctos. y treinta se dio Sepultura Eccca. en la Capilla del Smo. Cristo de la Caridad de esta Iglesia Parroql. del Sr. Santiago, con asistencia de todo el Clero de la misma al cuerpo de Dn. Manl. Mesia de la Cerda, legítimo marido de Da. Josefa Palacios…(4)


Segunda imagen del Cristo de la Caridad del valenciano Federico Zapater del año 1908 y destruida en 1936

En esta capilla existió una lápida, hoy desaparecida, donde se hacía constar que “en el año 1861 el culto y conservación estaba a expensas del excelentísimo señor don Fernando Palacios, conde de Montesclaros(5). Fernando Palacios Azaña tenía su palacio al principio de la calle Lirio, en el lugar donde la tradición situaba el tribunal de la Inquisición, aunque en dicho año residía en Madrid. Cuentan los hermanos más antiguos, que este noble local hizo donación de la capilla a la Hermandad, pero falta la documentación que lo avale.

Hasta principios del siglo XX hubo en la capilla “un retablo barroco, ejemplar profuso de la ornamentación del estilo(6).  Probablemente se trate del “altar del Cristo de la Caridad(7)  que recordaba el profesor Alonso. También existía a la entrada, bajo el arco, una gran reja de madera, y recibió culto en ella, hasta 1936, la imagen del Cristo de los Ojos Vendados.

Durante la Guerra Civil (1936-1939), la iglesia de Santiago fue incautada por los milicianos de la coalición izquierdista Frente Popular, quedando prohibido el culto y práctica religiosa en toda la ciudad. Las imágenes fueron sacrílegamente destruidas, entre ellas el antiquísimo Cristo de la Caridad y el moderno que lo sustituyó en 1908. El templo se dedicó a almacenes y estancia de evacuados, sufriendo grandes desperfectos. Se quemaron la mayoría de elementos que pudieran arder, como retablos, imágenes, el archivo parroquial o la puerta de acceso a la torre. Una auténtica catástrofe cultural y religiosa que borró de un plumazo siglos de historia.

Concluida la Guerra Civil, se restauró el culto en el templo, siendo necesario efectuar importantes obras de reparación y acondicionamiento. Entre ellas, en 1951 se proyectó renovar el solado de la iglesia, pero no el de la capilla. Ante esta circunstancia, la junta directiva de la Hermandad se puso al habla con el cura ecónomo, Javier María de Castro, llegando al acuerdo de arreglarla también, poniendo nuevo solado, pintándola y procediendo a la “instalación de altar para poder colocar el paso fuera de la carroza una vez pasada la Semana Santa”(8).  El coste de estas obras ascendería a tres mil pesetas, que la Hermandad pagaría merced a una operación financiera con un banco. De lo anterior parece deducirse que, efectivamente, la Hermandad tenía ciertos derechos y obligaciones sobre la capilla, como aseguran los cofrades más antiguos. Debió de ser durante estas mismas obras cuando se rebajó el nivel del suelo de la capilla, a la que hasta entonces se accedía subiendo un escalón, dejándolo a la misma altura del resto del templo. Al acometer estos trabajos se puso de manifiesto su antiguo uso como lugar de enterramiento, al aparecer numerosos huesos humanos.

Hasta 1985, el Santísimo Cristo de la Caridad recibía culto bajo el arco de entrada a la capilla, en su paso procesional, flanqueado por los candelabros posteriores y con la trasera del paso haciendo de altar. Para ello, se giraba la cruz sobre sí misma 180 grados, y tras el Cristo se colocaba una gran tela roja que tapaba el resto de imágenes del misterio. De esta manera, la capilla era inaccesible para el público. A la izquierda del arco, existía una lápida de mármol con la leyenda “Stmo. Cristo de la Caridad (Longinos)”.

 

Capilla del Santísimo Cristo de la Caridad, hacia 1985, fotografía Francisco Granados

Entre septiembre de 1985 y julio de 1989 la iglesia de Santiago estuvo cerrada al culto, llevándose a cabo unas profundas obras de restauración cuyo objetivo era dejarla en su estado original, eliminando añadidos y deformaciones. Entre ellas, se dejó la piedra vista en las paredes, se eliminaron las falsas bóvedas de yeso que ocultaban los techos de madera, se sacaron a la luz varios ventanales góticos, se demolieron capillas, se suprimió la puerta por la que salía la procesión del Jueves Santo y la de entrada exterior a la torre, y un largo etcétera.

Tras la citada restauración, la capilla sufrió importantes cambios. El Santísimo Cristo de la Caridad sigue presidiéndola, pero ahora situado en la pared, frente al arco de entrada. En el centro se decidió colocar la pila bautismal, pieza de gran antigüedad que anteriormente estaba a los pies del templo. A ambos lados se puso sillería coral de nueva factura. En la pared de la derecha, que da al altar mayor, se encuentra la lápida sepulcral de Alfonso Molina, diácono beneficiado, fechada en el año 1600. En la pared opuesta, una ventana por la que recibe luz, y debajo, un cuadro de la Virgen con el Niño. En la parte exterior del arco de entrada, a la derecha, pintada en la piedra, la dedicación de la capilla: “Stmo. Cristo de la Caridad”. La bóveda muestra las armas de los Reyes Católicos en el centro, así como conchas de Santiago y cruces de Calatrava. En los nervios se ven cabezas de dragones similares a los que existen en la otra capilla y en el ábside del altar mayor. Desde el 17 de abril del año 2000, Lunes Santo, el Santísimo Cristo del Ecce Homo, que hasta entonces no estaba al culto, se encuentra en la capilla del Santísimo Cristo de la Caridad, en un pedestal construido bajo la ventana, desplazando el cuadro de la Virgen con el Niño junto al arco de entrada.

Exteriormente, destaca el tamaño de la capilla, mayor en altura y anchura que la nave de la que es prolongación. La fachada de la calle Norte presenta un hueco, que debió de ser parte de una galería de acceso al camarín del desaparecido retablo del altar mayor. En la fachada de la calle Estrella, tapada parcialmente por las dependencias parroquiales, se aprecia una ventana muy deteriorada, probablemente de estilo gótico-renacentista, con una gran grieta que se abre desde el tejado. Con total seguridad, debió tener esta ventana su parteluz, hoy perdido, similar a los de las ventanas de la capilla de Jesús Nazareno de la parroquia de San Pedro, construcción de la misma época.

Alberto Carnicer Mena. “Santísimo Cristo de la Caridad. Cuatro Siglos de Hermandad”


(1) La más antigua Semana Santa de Ciudad Real. Artículo en Lanza, 12 de abril de 1949.

(2) Páginas de nuestro callejero botánico: Calle del Lirio. Artículo en La Pasión, 1963.

(3) Libro de defunciones de la Parroquia de Santiago (1793-1831). Folios 174 y 174 vto.

(4) Ibídem. Folios 414 vto. y 415.

(5) Semana Santa Española. Ángel Rodríguez y Francisco Narbona. Madrid, 1960. P. 556.

(6) Catálogo monumental artístico-histórico de la provincia de Ciudad Real. Bernardo Portuondo. Madrid, 1917. Pág. 262.

(7) “El Cristo de las enagüillas” de Santiago y Matías. Artículo en el diario Lanza, 1 de abril de 1958.

(8) Acta de la Asamblea General Ordinaria de 25 de febrero de 1951.

Imagen que presenta actualmente la capilla

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