Estamos en Navidad y aunque no hay una fecha exacta en la cual
se pueda asegurar que fue el día en que Jesús nació, por cientos de años la
Navidad ha sido la época para celebrar el nacimiento del Mesías. Navidad es un derribado de la palabra en
Latín, “nativitas” que significa nacimiento.
El motivo de las celebraciones de la época decembrina, lo sabemos bien,
es el Nacimiento de JESÚS. El que sucedió en Belén.
Desde la llegada a la alcaldía de la
socialista Pilar Zamora Bastante, apoyada para ello por el grupo radical de
extrema izquierda de Ganemos, vengo observando que en el balcón del
ayuntamiento ha sido sustituida la felicitación de “Feliz Navidad”, por la de
“Felices Fiestas”, con el único objetivo de matar la tradición cristiana, so
pena de que el Ayuntamiento de Ciudad Real no sea progresista. La Navidad y las
Felices Fiestas no son igual. La Navidad
honra a Cristo mientras que las Felices Fiestas exaltan a muchas cosas menos a
Dios.
Pilar Zamora una vez más y para agradar
al grupo minoritario de Ganemos, sustituye el “Feliz Navidad” por las “Felices Fiestas”, y es que parece que el
grupo minoritario de Ganemos, “gritan” más fuerte que la mayoría de los
ciudadrealeños que sí creen en el hecho del nacimiento. Esta minoría quiere que
se olvide, que el motivo de las celebraciones navideñas es un hombre, y con
ello el “no ofender” a quien no comparta los sentimientos religiosos que
subyacen a la celebración.
La secularización de la sociedad pasa
ahora por el intento de secularización de las fiestas y costumbres religiosas.
Es que es muy surrealista que se intente quitar el sentido cristiano que tienen
la inmensa mayoría de fiestas, como la Navidad, la Semana Santa o la Pascua. Es
absurdo intentar arrancar de repente las raíces cristianas de nuestro querido
continente europeo. Así es, no es posible explicar el origen de nuestra
avanzada sociedad europea dejando de lado la influencia e intervención
cristina. Al cristianismo debemos el desarrollo del arte (la mayoría de las
grandes obras, inspiradas en la fe), la igualdad entre hombres y mujeres, la
mayoría de legislaciones, inspiradas en los diez mandamientos y un largo
etcétera. Por tanto, más que criticar e intentar ocultar las raíces cristianas
de nuestra sociedad, tendríamos que sacar a relucir, de nuevo, la importancia
que tiene para Europa.
Al leer por segundo año en el balcón
municipal lo de “Felices Fiestas”, yo le
pregunto a nuestra Alcaldesa: ¿La fiesta de quién? ¿O por qué es la
fiesta?, quiere usted equiparar la
Navidad con cualquier fiesta de fin de semana, o las fiestas de agosto, pero yo
le recuerdo que no hay celebración más bella que esta del misterio pascual, ni
nada más conmovedor y amoroso que el canto angélico: “Gloria a Dios en las
alturas y paz en la Tierra a los hombres de buena voluntad”. Así que poco gana
usted intentando cambiar el verdadero significado de estas fechas, pretendiendo
confundir y tratando de vulgarizar el
saludo fraterno tradicional que con gusto miles aún nos gozamos en decir:
¡Feliz Navidad!
Los laicistas del grupo municipal de
Ganemos, quieren quitar de los lugares públicos de nuestra ciudad cualquier
símbolo religioso, y usted intentando no molestarles para seguir mal gobernando, ha optado por las “Felices Fiestas”, en vez de “Feliz Navidad”,
como siempre se hizo desde el balcón municipal.
Pero quienes reconocemos el suceso, quienes creemos que es el Hijo de
DIOS nacido de María, no debemos permitir que se olvide. Por ello y de manera
cordial, hemos de recordarlo expresando la frase sencilla: ¡Feliz Navidad!,
cosa que también le deseo a usted señora Alcaldesa.
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