CRÉDITOS:
Textos y Documentación: Pilar Cascante Moreno y Aníbal Ruiz López.
Fotos: Mariano Cieza.
Idea y Diseño: Story10.
Patrocina: Caja Rural de Ciudad Real.
Edita: Concejalía de Cultura.
A MANERA DE PRESENTACIÓN: UN POCO DE HISTORIA…
Uno de los edificios más emblemáticos de
nuestra ciudad lo constituye el Gran Casino, hoy Conservatorio de Música
"Marcos Redondo", su estructura y lenguaje formal, hacen de él un
interesante ejemplo de la arquitectura finisecular del MM.
El llamado "Gran Casino de Ciudad
Real", fue inaugurado el día 7 de Junio de 1887, festividad del Corpus
Christi, siendo su primer presidente Don José Ibáñez. La sociedad que auspició
la creación del "Gran Casino" era la misma que anteriormente regia
otro casino en la capital llamado "Casino de la Amistad". Su último
presidente (mientras el Casino tuvo como sede el edificio que nos ocupa) fue D.
García Santiyán de los Ríos, que en nombre y representación de la Sociedad
"Gran Casino de Ciudad Real" vendió el edificio al Ayuntamiento de
Ciudad Real el 23 de Diciembre de 1961.
Parece ser que también era conocido como
"casino de los señores" ya que constituía en numerosas ocasiones
escenario del ocio de una pujante burguesía local. Se llegaba a decir, que ser
presidente del Casino, constituía un importante "escalón" para
acceder con posterioridad a la alcaldía de la localidad o a puestos de cierta
relevancia en la vida política, social y cultural de Ciudad Real.
Fue levantado en los solares que un día ocuparon las casas del corregidor Fermín Díez Carnero, teniendo tres fachadas principales: la de la Calle Caballeros (llamada anteriormente Diego Medrano y en época de la República: Doctor Carracido) la del Pasaje de Pérez Molina (llamada en tiempos Travesía Nueva) y la Calle del Prado (anteriormente denominada de Ezequiel Naranjo).
En su origen, la construcción constaba
de dos plantas: el sótano y el bajo o planta principal. Hoy en día, podemos
observar otra planta mas, colindante con el Palacio Episcopal, que fue añadida
posteriormente en dos fases diferentes, en cuya construcción nos detendremos
más adelante.
Estaba dotado de numerosas dependencias
entre las que destacaban: un gran patio central, salón de baile, sala de
tertulias, biblioteca, restaurante, guardarropa, sala de juntas, salas de
juegos, salón de actos y una gran terraza.
Muchas de estas dependencias, hoy en día
han perdido su significado arquitectónico original ya que en diferentes épocas
fue transformado y utilizado para usos distintos a los que fue concebido. Cabe
destacar su utilización como hospital durante la Guerra Civil, llamado
"Hospital de Sangre".
De cualquier manera, el espíritu
cultural y lúdico de este edificio aún lo podemos apreciar, como si de
"postales en sepia" se tratara, en dependencias tales como el Salón
de Baile, el Patio Central, la Sala de Tertulias o la propia terraza; estancias
en las que habiendo cambiado las funciones para las que fueron concebidas, no
lo han sido tanto en sus estructuras arquitectónicas originales y siguen
constituyendo un espacio local para el ocio y la cultura.
Sirva esta breve guía, para que propios
y extraños conozcan un poco mejor este "pedazo" de Ciudad Real y
fieles al lema de "aprender deleitando", les invitamos a que
continúen su visita por este gran "testigo" de nuestra historia
local.
Finalizada la contienda y durante dos
años aproximadamente, albergó el Hogar de la Falange "José Antonio",
conservando una sala llamada "Aula José Antonio" hasta fechas
cercanas a la muerte del general Franco. Tras este paréntesis y en torno a
1941, D. José Víctor Santos, presidente del Casino y Oficial Mayor del
Consistorio emprendió la tarea de devolver al Casino su primitivo uso,
funcionando como tal, hasta que en la década de los 80 es reformado para
conformar la sede del Conservatorio de Música "Marcos Redondo" y de
la Agrupación Musical de Ciudad Real.
Posteriormente, en los 90 se trasladaron
a este singular edificio y más concretamente a la Sala de Tertulias: las
Concejalías de Cultura y Festejos del Ayuntamiento de Ciudad Real y el Consejo
Local de la Juventud, ubicado este último, en las antiguas cocinas, situadas en
el sótano del Casino, cuyo acceso está situado enfrente de los Jardines del
Prado.
Tampoco podemos olvidarnos del sótano
que albergaba las calderas y carboneras que hasta fechas recientes ha albergado
el aula de pintura del Curso Municipal de Pintura: "Manuel López
Villaseñor".
PASADO
Y PRESENTE
Fachada
del Prado:
Observamos tres fotografías tomadas en
diferentes momentos. La terraza no ha sufrido cambios estructurales pero si
podemos apreciar algunas transformaciones respecto a su primer estado:
La primera foto, tomada en 1907, nos
presenta una terraza sin balaustrada y con una verja fijada directamente al
basamento de piedra caliza, las farolas y apliques que hoy apreciamos no
existen y en su lugar aparecen focos "emergentes" de la rejería.
La segunda instantánea, tomada en Semana
Santa de 1919, nos muestra que la verja ha desaparecido, presentándonos la
balaustrada v los apliques y farolas, que todos conocemos hoy en día
(instaladas en 1916 aproximadamente). Encontramos en cambio un nuevo elemento:
la visera o montera de cristal y hierro, que con toda probabilidad fue
realizada por Telmo Sánchez al mismo tiempo que cubrió el patio en 1913.
Esta última foto, ha sido tomada
recientemente, en ella observamos la desaparición de la montera, como cambio
más significativo. Muy posiblemente fuera desmontada o destruida en tiempos de
la Guerra Civil. En esta última foto (tomada en color) observamos una pintura
basada en los tonos rojizos y blancos, sustituyendo a los tonos amarillos,
ocres y blancos, que había en épocas anteriores.
Patio
Central:
El patio central ha experimentado
algunas modificaciones con respecto a su primer estado. Quizá el cambio más
importante lo constituya el hecho de que las columnas originales, realizadas en
hierro forjado estén embutidas dentro de las que hoy podemos contemplar, así
como el añadido de la montera o cubierta de cristal.
En la fotografía antigua (1928 aprox.)
se aprecia una barra de bar a lo largo de la galería de la izquierda (era la
zona más próxima a las cocinas). Hoy en día, esas dependencias 'son aulas del
conservatorio. Ha desaparecido el punto central de referencia del patio, este
hito lo constituye una especie de túmulo de madera sobre el que se sitúa un
gran jarrón, en cuyo interior había un foco de calor que permitía ambientar el
gran patio.
El patio central también era lugar de
encuentro para bailar, charlar o escuchar diferentes recitales musicales, no
solo cumplía las funciones de distribuidor de las distintas salas del edificio.
Salón
de Baile:
La amplitud de la estancia, el gran
espejo y el pequeño balcón (donde se situaba la orquestina) nos hablan
claramente de la función de esta sala. La techumbre original, que no ha llegado
hasta nuestros días, fue sustituida por otra que interpreta muy fielmente el
espíritu con el que fue concebida esta dependencia. Lugar de bailes, (famosos
fueron los de Carnaval) de juegos de mesa, exposiciones fotográficas y
pictóricas y hasta de banquetes de bodas; constituía una especie de "cajón
de sastre" dentro del conjunto de las salas del Casino. Hoy en día es
utilizada como Sala Municipal de Conciertos, donde tiene lugar una variada
oferta cultural: recitales poéticos, conferencias, presentaciones de libros y
sobre todo actividades de carácter musical.
Biblioteca:
En la foto podemos ver la sala de
lectura. Sus fondos bibliográficos forman parte de la Biblioteca del
recientemente inaugurado "Museo del Quijote". El acceso era exclusivo
para los socios del Casino. Lamentablemente, a parte de los fondos librarios,
poco ha llegado hasta nuestros días.
En la fotografía se aprecian unas
pinturas al fresco que de forma geométrica decoran la estancia; una
reproducción de la Venus de Milo, y unos puestos de lectura realmente
magníficos, dotados con luz propia. El espacio ocupado por la antigua
biblioteca ha devenido en clases del Conservatorio y dependencias de la
secretaría del mismo.
Actualmente, sus fondos (más de 1.500
volúmenes, llegando a sumar en los años 20 más de 5.000 monografías) se hayan
en proceso de catalogación y restauración, destacando entre ellos la
"Historia de España" de Modesto Lafuente, diversas colecciones de
clásicos castellanos, obras de consulta y referencia, así como diferentes
publicaciones periódicas.
Salón
de Tertulias:
Los cambios son mínimos con respecto a
su configuración arquitectónica primitiva. El uso administrativo que tiene en
la actualidad (sede de las Concejalías de Cultura y Festejos de Ciudad Real) no
corresponde con el que tuvo en un principio, pero por suerte, si se conserva la
magnífica lámpara que preside la estancia. Ha desaparecido el friso de madera y
las molduras originales que fueron sustituidas por otras muy acordes con las
primitivas.
ARQUITECTURA:
DEFINICIÓN DE ESTILO, ESPACIO Y NUEVOS MATERIALES
Sebastián Rebollar y Muñoz, arquitecto
provincial y creador del edificio que estamos "visitando", ejerció su
profesión en Ciudad Real y su provincia durante más de 20 años, justo hasta
1907, fecha de su fallecimiento.
Tres son las obras que de este
arquitecto han llegado hasta la actualidad en nuestra localidad: El Palacio
Provincial, el Banco de España (hoy residencia para ancianos) y el Casino de
Ciudad Real, objeto de la presente guía.
HACIA
LA DEFINICIÓN DE UN ESTILO:
"Nuestro edificio" obedece a
una época de crisis o cambio en los parámetros ideológicos de la arquitectura
entendida como arte o como obra civil de utilidad pública; los nuevos
materiales como el hierro que posibilitan cambios constructivos muy
contundentes en altura, diafanidad, extensión etc. y las nuevas tipologías
arquitectónicas como son los casinos, palacios provinciales o galerías
comerciales, propiciadas, por la cada vez más poderosa burguesía, inciden en el
hecho de que no exista un modelo definido de arquitectura a la usanza de
periodos anteriores.
Volviendo al Gran Casino, podemos
advertir que aún siendo construido sobre planta trapezoidal, Rebollar buscará
la proporción en los volúmenes de los distintos espacios trazados,
jerarquizándolas según su importancia; el equilibrio en la configuración de las
crujías; y la simetría distinguida sobre todo, en las repeticiones seriadas de
vanos y elementos decorativos de las fachadas.
Estas afirmaciones nos hacen ver que
trata de hacer un edificio sobrio y muy "digno"; tal vez, acorde con
los gustos de una burguesía deseosa de tener un lugar representativo para su
solaz en nuestra Localidad.
Sebastián Rebollar y Muñoz, se nos
muestra como un arquitecto académico, influido por las leyes de la proporción y
la mesura. Los márgenes de creatividad quedan un poco constreñidos en virtud de
la "severidad" academicista. Hemos de ser conscientes que estamos
ante la primera obra de Rebollar de cierta entidad y nuestro constructor aún no
se ha visto libre de la ligazón que suponen los preceptos académicos que dan
como resultado un estilo clasicista (siendo quizá este término, la definición
más apropiada para esta construcción.)
Rebollar se nos presenta como un
arquitecto contenido, quizá "poco osado", para los usos que ya se
están poniendo en práctica. En su evolución arquitectónica observaremos que su
"comedimiento" formal lo dejará a un lado cuando construya más tarde
el Palacio Provincial, edificación en la que el historicismo y el eclecticismo
imperantes en la época constituyen las bases para su "composición" o
el propio Banco de España, al que se puede considerar
"premodernísta".
Las afirmaciones anteriores no deben
hacernos pensar que estamos ante un arquitecto poco interesante o una
construcción carente de valor, muy al contrario, Rebollar se nos muestra como
un arquitecto muy preocupado por la articulación del plano urbano, por el
sentido práctico de la construcción y por el embellecimiento de la ciudad:
elementos estos que son propios de los arquitectos contemporáneos. La
"modernidad" de Rebollar también la podemos apreciar en la
utilización del hierro y la forja como elementos constructivos de primera
magnitud. Efectivamente, de manera muy sutil, Rebollar utilizará este material
a la hora de plantear la construcción del Casino. Realizará en hierro los
pilares de sustentación que enmarcan el patio, dándoles también la función de
bajantes para las aguas pluviales.
ORGANIZACIÓN
ESPACIAL:
Rebollar levantará sobre un solar
irregular (la planta del edificio es trapezoidal, con una superficie aproximada
de 1.710 metros cuadrados) una construcción, que en una primera visión parece
del todo cuadrangular. La distribución de las distintas estancias se organiza
en tres grandes crujías o tramos rectangulares, que a su vez "giran"
en torno al eje principal del Casino constituido por dos espacios cuadrangulares:
El Patio Central y la Sala de Tertulias. La gran terraza que da a los Jardines
del Prado, "abrazada" por el fin de las dos crujías laterales nos
habla de la intención de crear un tercer espacio, al aire libre, que articulara
el edificio, en perfecta consonancia con los espacios anteriores, dando como
resultado dos espacios cuadrangulares rodeados de tres rectangulares.
Rebollar, va a jerarquizar los espacios
del Casino, es decir intentará dotar de mayor importancia a unas estancias que
a otras. El arquitecto singularizará dos estancias sobre el resto: El Salón de
Baile y la Sala de Tertulias, para ello utiliza unos recursos que son
apreciables a simple vista:
En el primer caso, Rehollar, aumenta la
altura de esta sala permitiendo la construcción en su interior de una pequeña
balconada pensada para que la orquestina, encargada de amenizar los bailes,
tuviera un lugar donde su visión y acústica fueran lo más óptimas posibles.
La fachada de esta sala se localiza en
el pasaje de Pérez Molina y fácilmente podemos observar su mayor alzado si lo
comparamos con el resto de la crujía. Otro aspecto importante viene constituido
por los cinco vanos que forman los ventanales que están rematados como arcos de
medio punto en su vista exterior, constituyendo otra manera de diferenciar la
estancia, ya que el resto de las ventanas son cuadrangulares.
La Sala de Tertulias es la otra
dependencia que sobresale en altura del resto de la construcción y podríamos
clasificarla como "zona noble" del edificio. Rehollar intentará
individualizarla de la siguiente manera:
Ubicará está sala en el centro de la
fachada que da a los Jardines del Prado y la retranqueará entre las dos crujías
laterales dando lugar a una terraza que viene a constituir una prolongación de
la sala. La estancia, de esta manera, formaría una especie de un majestuoso
"ante-porche" con salidas directas al exterior y con unas magníficas
vistas al Prado.
Salvando las lógicas distancias
conceptuales podemos considerar que esta distribución del espacio (Un cuerpo
central flanqueado por dos alas formando una "U") nos recuerda
sobremanera a las propuestas espaciales que el barroco francés, característico
por su racionalismo academicista, utiliza en muchas de sus arquitecturas de
palacios y "hótels".
Rebollar también construirá un pequeño
frontón como remate al centro de esta fachada (la del Prado) para dotarla de un
mayor grado de "rango arquitectónico". Otro elemento que nuestro
arquitecto pone en práctica para "dignificar" todo este frontal, lo
constituye el hecho de simular una arquitectura de almohadillado sugerida por
grandes listones con entrantes y salientes formando una superposición de "calles"
que solo se ven interrumpidas por los vanos de la fachada.
LOS
MATERIALES:
Realizando una memoria de
"calidades" del edificio podemos destacar el zócalo o basamento del
edificio que está realizado en caliza, piedra porosa muy sensible a la humedad.
Este tipo de piedra es muy normal en las construcciones de Ciudad Real ya que
es frecuente en esta zona.
Sobre este zócalo que rodea al edificio
se levantan las murallas, muros o paredes que forman el edificio y que están
realizadas con una técnica mixta de mampostería y tapial, culminando la
construcción unas cubiertas realizadas en madera con reguillos y teja árabe.
También es necesario mencionar la balaustrada o barandilla de la terraza
realizada en sillería de Novelda, (que sustituyó a una verja de hierro que
había en un principio) el pavimento de mármol y el entarimado de diferentes
dependencias como El Salón de Baile.
La enumeración precedente de materiales
constructivos no tendría sentido, si no consideráramos la utilización de un
nuevo elemento de construcción en el levantamiento de este edificio: EL HIERRO
El siglo XIX fue el siglo de la llegada
del metal a la construcción arquitectónica. Paxton en 1851 con su Crystal
Palace para la Exposición Mundial Universal de Londres marca un hito en la
arquitectura que supondrá un cambio radical en los planteamientos técnicos de
la misma, ya que el hierro es una "materia prima" dotada de gran
consistencia que permite soportar grandes cargas y cubrir amplios espacios.
Rebollar tiene el mérito de ser uno de
los introductores de la "arquitectura del hierro" en nuestra ciudad.
Toma conciencia de que el hierro se va imponiendo a los materiales
tradicionales: piedra, ladrillo, tapial etc. y se "aventura", a
utilizarlo para enmarcar un gran área del Casino: El patio.
La estructura del patio central estaba
constituida por pilares de fundición, que aparte de tener como objetivo
principal la sustentación de cubiertas, también cumplían la función de bajantes
para canalizar las aguas procedentes de las lluvias. Es evidente, que aunque
tímidamente, Rebollar apuesta por una arquitectura acorde con los cánones que
regirán el futuro de la arquitectura contemporánea.
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