Exterior
del monasterio de las concepcionistas, fotografía de Julián Alonso años
cuarenta
El convento de la Concepción de Ciudad
Real, tiene su origen en un beaterio del S.XVI, «de la Purísima Concepción»,
que había sido creado por don Juan Beltrán de Guevara, que era, entonces,
obispo de Vich, estas beatas profesaban bajo la Tercera Orden de San Francisco.
El beaterio se localizaba en la calle «del Hospital de la Mejora» actual calle
de Ramón y Cajal. Este beaterio quedo pequeño, y estas religiosas aceptaron la
hacienda que dona D. Luís de Mármol, escribano de la Chancillería de Granada,
para cambiar de hábito, tomando el de la Purísima Concepción, el 24 de junio de
1527, profesando la clausura según lo dispuesto por el Concilio de Trento y
Constituciones Pontificias, ocupando el Monasterio fundado con el nombre de
Santa María de Jesús y de la Concepción, conocido popularmente en Ciudad Real
como “Terreras”, siendo este convento el quinto de la Orden Concepcionista de
Castilla.
Este espacio era conocido como el
«terrero», de ahí que se las conozca tradicionalmente, como «monjas terreras».
El número de religiosas establecido por el fundador fue de cuarenta. En 1869,
el número era de 11. Ya en 2009, la falta de vocaciones, provocó el traslado de
las últimas monjas a la localidad sevillana de Osuna.
Es el único Monasterio de las Concepcionistas
de un estilo transitorio entre el último gótico y el Renacimiento, llegó a
tener muchas posesiones como, panaderías, como la de la calle Toledo, Molinos
de aceite, como el de la calle Cañas y Pozos de Nieve.
Vista
de un patio del monasterio de las concepcionistas, fotografía de Julián Alonso
de 1949
Del monasterio construido en el siglo
XVI, el exterior es lo más importante. Aparecen contrafuertes, de alta
envergadura, cubiertas a tres aguas con teja curva que encuadra la portada a
manera de nártex. Toda ella es de fábrica de pequeños tapiales de mampostería
con abundantes aparejo de ladrillo en verdugadas y ángulos, todo visto, esto
apoya en un cimiento de mapuestos. La cubierta es a dos aguas en la nave y a
cuatro en el crucero, fundado sobre formas de madera y acabadas en teja curva.
En el pie de la iglesia se alza un cuerpo rectangular de ladrillo de dos
plantas por encima de la nave. La última de estas plantas con terraza cubierta
y con típicas celosías de clausura, tiene un voladizo que apoya en un alero
producido por una serie de canes unidos por pequeños arcos. Sobre el muro, por
encima del nártex, aparece la espadaña que pudiera ser posterior al conjunto;
está formado por ladrillo, dos arcos de medio punto y un remate típico barroco.
La iglesia de estilo basilical. La
capilla mayor y el cuerpo de la iglesia están separados mediante un gran arco
de medio punto sustentado por dos gruesas pilastras con columnas adosadas que
descansan sobre un enorme plinto. La altura del arco es bastante inferior a la
nave, hasta el punto de que no se puede contemplar la cubierta que cierra el presbiterio.
La restricción del campo de visión del fiel introduce una clara
compartimentación del espacio.
Otro
de los patios del monasterio, fotografía de Julián Alonso de 1949
De las dependencias del Monasterio
destacaba la Sala Capitular por sus dimensiones y artesonados. Aquí se guardaba
una talla de la Virgen, conocida como “La Porterita”, sin duda la escultura más
antigua, curiosa y valiosa de la Virgen María que existe en la ciudad. Ésta,
tras la marcha de las monjas Concepcionistas de Santa Beatriz de Silva de
nuestra ciudad en el verano de 2009, pasó al Obispado, su actual propietario, y
se puede ver ahora en el Museo Diocesano, tras permanecer oculta durante siglos
en la clausura del monasterio.
La Porterita, nombre popular que recibe
por la ubicación que tenía en el monasterio al estar primitivamente en la
portería de la clausura del mismo, es una talla anónima de la Baja Edad Media,
entre los siglos XIV y XV, sedente en trono con molduras que sostiene con su
mano izquierda al Niño, sentado sobre su rodilla izquierda. Es de madera dorada
y policromada, con unas dimensiones de 41 centímetros de alto, por 12
centímetros de alto, por 12 centímetros de ancho y una profundidad también de
12 centímetros.
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