Desde el pasado siglo XX, cuando la imagen de la Virgen del Prado llega a su paseo junto a la Catedral, era recibida hasta el presente año 2023, con la quema de unas cortinas de bengalas, que todos los años pagaba nuestro ayuntamiento a su Patrona.
Este año sin embargo, no hemos podido disfrutar de esta estampa ni en la procesión del 15 ni la del 22 de agosto. Esto ha sido debido, según se informó, porque la Guardia Civil no había dado la autorización pertinente, amparándose en la ley. Y ahí es cuando yo me pregunto qué a que ley se refiere dicha prohibición, y quien la interpreta. No comprendo como no se puede encender una cortina de bengalas en los jardines del Prado, donde no existe peligro de nada, y a veinte kilómetros de Ciudad Real, si se pueden pegar fuego a decenas de castillos al mismo tiempo, y la gente estar alrededor de este fuego. No se cual es la vara de medir para aplicar o no la ley, lo que si tengo claro que hay menos peligro en los jardines del paseo del Prado de Ciudad Real, que en la Plaza de la iglesia de Fernán Caballero por ejemplo.
Lo cierto de todo esto, que una tradición centenaria, ha sido prohibida sin sentido alguno, sin saber el porque de esta decisión. Muchos eran los hermanos y ciudarrealeños, que preguntaban a los miembros de la Junta de Gobierno de la Virgen del Prado, porque este año no se habían quemado las bengalas, y al informarles que las habían prohibido, no daban crédito de ello.
Esperemos que el
próximo 15 de agosto de 2024, nuestro ayuntamiento luche para que las bengalas de la
entrada al templo catedralicio, se vuelvan a quemar como siempre, y si
no se vuelven autorizar, que se nos explique porque en Ciudad Real no se puede
y en los pueblos de la provincia si, a no ser que las leyes sobre el uso de la pirotecnia
solo se apliquen en nuestra ciudad y sean diferentes para el resto de la
provincia.
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