El artista ciudarrealeño, Oscar Patón Tenorio, ha pintado por encargo del Ayuntamiento de Ciudad Real, un magnífico cartel de la Feria y Fiestas de nuestra capital cargado de simbolismo y que el artista lo describe asi:
Un año más, los ciudadanos de Ciudad Real, somos convocados a celebrar las ferias y fiestas de la capital manchega. Fiestas que lo son en honor de Nuestra Señora Santa María del Prado, Madre y Patrona de Ciudad Real.
Por esta razón, la imagen mariana se sitúa en el centro del cartel que se descubre a través de la silueta de herradura de la Puerta de Toledo, puerta abierta que recibe a todos y emblema singular de nuestra ciudad. A los pies de la puerta nos recibe un macero con tabardo, símbolo del consistorio que promueve la fiesta junto a la “lanza en astillero” y el “yelmo de Mambrino”, elementos representativos del ingenioso hidalgo manchego, nuestro más fiel embajador y portador de los nobles ideales del hombre de la Mancha y de todo ciudadano ejemplar.
La obra, una composición pintada en acrílico, tiene un estilo dinámico debido a que se representa un tema festivo. El centro es la imagen de la Virgen del Prado y el resto de elementos están distribuidos a su alrededor como ofrenda a Ella. Estos elementos representan algunas de las diferentes actividades representativas de la feria. De todos ellos se destaca un "nido de flores", concretamente rosas, relacionadas con la oración (el mejor tributo que los hijos ofrecen a su Madre celestial), dentro del cual se encuentra el escudo de nuestra ciudad, donde nos encontramos todos y cada uno de nosotros bajo el amparo de nuestra Madre que se mantiene suspendida al tiempo que nos cobija sobre su hermoso manto protector. El paisaje son los sitios más relevantes durante los días festivos como lo son la Catedral, lugar donde se venera la imagen de nuestra patrona y donde tienen lugar la Celebración Religiosa; los jardines del Prado con diferentes tipos de actividades como las infantiles y la Plaza Mayor donde tiene lugar la feria de día con el tradicional “baile del Vermú”.
Aunque aparentemente ocupa la imagen de la Virgen el centro de la escena, lo más correcto sería decir que dicho centro lo ocupa el Divino Niño que María nos presenta, Jesús, a quien Ella nos quiere llevar. Y como quien ve al Hijo ve al Padre, solo nos faltaba representar el Espíritu Santo que aparece en lo alto y que se derrama como lenguas de fuego sobre la ciudad, de esta forma queda representada la Santísima Trinidad. Con ello se pretende mostrar que, desde una cosmología bíblica, Dios es el centro de todo y como no, también lo es de esta antigua fiesta, de ahí la representación de la imagen de la Virgen del Prado como la conocieron nuestros antepasados, haciendo alusión a la antigüedad de esta devoción mariana llegada al Pozuelo de Don Gil desde Velilla de Jiloca.
Con esta obra se
pretende transmitir, aparte de lo citado, la alegría de las fiestas y el
orgullo de nuestra ciudad por su protectora la Virgen del Prado.
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