Lienzo
anónimo del siglo XVII que se encuentra en el camarín de la Virgen del Prado,
donde podemos ver a la imagen sobre su antiguo paso
La Virgen del Prado, Patrona de Ciudad
Real, a lo largo de los siglos siempre ha procesionado el 15 de agosto. Para su
salida procesional a lo largo de los siglos, la imagen de la Virgen ha
utilizado diferentes pasos procesionales, teniendo descripción del paso que utilizó desde
el siglo XVII hasta finales del XIX, ya que se conserva en el archivo de la
Parroquia de Nuestra Señora del Prado (Merced), la documentación de quien mandó
hacer el paso y como se hizo.
Este paso de plata lo mandó hacer
Antonio Barrio, obra que llevó a cabo el platero de Toledo, Antonio Velasco,
según la escritura de contrato de siete de mayo de 1644 entre el Lic. Juan
Bautista de Rojas, como Mayordomo de la Parroquia de Nuestra Señora del Prado
de esta Ciudad y José de Mena, en nombre de Antonio del Barrio, su suegro,
regidor de ella y Antonio Velasco, platero y contraste de la Ciudad de Toledo,
por la que el dicho Antonio Velasco se obligó a fabricar un trono de plata para
el carro triunfal de la Santísima Imagen de Nuestra Señora del Prado que había
de ser de una peana de dos tercias y dos dedos de alta, prolongado y resaltado
de vara y media de largo y una vara y cuatro dedos de ancho, conforme a una
buena arquitectura y el dibujo que, para ello, se le entregó, fundado sobre
madera y clavecín de hierro, cuya costa ha de pagar la dicha iglesia. Se le
había de pagar al dicho Antonio de Velasco, de labrar de dicho trono por cada
marco de plata, de ley cincuenta y dos reales de vellón con que se pasase de
ochenta marcos de plata seis más o seis menos y de los que así montase dicho
trono y gastos se le había de pagar de esta manera: el dicho José de Mena, 500
pesos de plata por otros tantos que debía a la iglesia el dicho Antonio del
Barrio. Por las causas que reduce la escritura, lo demás lo debía de pagar el
dicho Juan Rojas, como tal Mayordomo de la dicha iglesia en ciertas prendas y
joyas de oro de Nuestra Señora, que, por ser antiguas, no se servían de ella su
Imagen. Lo demás, en dinero, a ciertos plazos.
Juan Bautista de Rojas, Mayordomo de la
Parroquia, tiene que recurrir a la Curia Diocesana recabando la aprobación no
sólo de la obra, sino también de la enajenación de las piezas de oro y joyas
antiguas, no usadas, para costear la parte que le corresponde a la Parroquia.
Así el 10 de mayo de 1644 recibe una
carta del Deán del Cabildo de Toledo, del siguiente tenor:
“A
petición de Don Juan Bautista de Rojas, mayordomo de la iglesia Parroquial de
Santa María del Prado (que) nos hace relación que José de Mella, marido y
conjunta persona con Doña Micaela del Barrio, hija legítima de Don Antonio del
Barrio han referido que respecto a que el Capitán Gaspar de Mena y Loaissa, Capitán
General de la Ciudad de Mariquita y su provincia, y Alférez Real de dicha
Ciudad, que es en Las Indias, ha enviado al susodicho Antonio Barrio 500 pesos
de a ocho reales de plata, para que se haga un trono de plata a la Santa Imagen
de Nuestra Señora del Prado para sus festividades; el susodicho José de Mella
para que tuviese el efecto de hacerse el trono, los quería dar y entregar de
contado, obligándose la Fábrica de la dicha iglesia a pagar lo demás que
faltase y que, en esta conformidad, los susodichos, el susodicho Mayordomo
había hecho diligencia para que, diferentes maestros diesen traza y dibujo para
la hechura del dicho trono y, entre otros que se habían dado, a mi parecer, el
más apropiado y curioso es de Antonio de Velasco, platero y contrastador de
esta Ciudad, por lo cual le enviamos llamar para hacer con él el concierto y
escritura con intervención del Vicario de dicha Ciudad, para cuya dicha
escritura ante
Primitiva
imagen de la Virgen del Prado, imagen que procesionó sobre el paso del cual
hablamos en esta entrada. La fotografía fue realizada en 1866 con motivo de la
visita de Isabel II a nuestra ciudad. Archivo Liberto Lopez de la Franca
Nos
habían de hacer demostración con el juramento que, conforme a la traza y
dibujo, montaría el peso de dicho trono 80 marcos, seis más o menos, y que la
cantidad de 500 pesos no era bastante por ser la hechura de la Santísima Imagen
muy grande, y que si perdía la ocasión presente no llegaría a hacerse, y que la
dicha iglesia tenía unos relicarios de plata y oro viejos que no servían de
cosa alguna y que su precio igualara lo que faltaba para el dicho trono, había
parecido sería conveniente deshacerse de ellos y que la necesidad presente se
socorriese y siendo así mismo que también faltaría hechura que costaría 4.600
reales con maderas y hierro, se habían hecho diligencias para pedir a la ciudad
que, de unos propios que se debían muchos días hacía sin traer acuerdo de donde
pagarlos, se pagase por ser para la dicha obra tan pía; y se había ofrecido,
con efecto de pagarlos luego. Y para que
tal se lleve a efecto el dicho contrato y todo lo demás de esto, referido por
lo que tocaba a la iglesia y su Fábrica, era suerte que se espere de nuestra
aprobación y licencia, atendiendo a lo cual, sus pedidos y súplicas, le
mandamos dar respecto a la gran utilidad que de ello se seguirá y, si ahora no
se ponía en ejecución, no tendría efecto que la Santa Imagen del Prado, de mi
gran devoción, y no salía en sus festividades con la secuencia que se quería,
lo cual así mismo nos suplicó el susodicho Antonio de Velasco, por su petición,
que se presenta juntamente con la fianza que dan para la dicha obra. Y vistas
de concierto las dos peticiones por los señores del Concejo, juntamente con la
escritura que, para ello, se otorgó en la dicha Ciudad Real en siete días del
presente mes de mayo ante Lorenzo del Valle, escribano público del número de
ella, entre el dicho Mayordomo y el dicho José de Mella y el dicho Antonio de
Velasco y Doña Manuela de Salinas, su mujer, y Doña Josefa de Carabaca, viuda
mujer que fue de Vicente de Salinas, platero, que fue de la Nuestra Santa
Iglesia, por ante Diego de Valladolid, escribano público del número de la dicha
ciudad, fue acordado que deberíamos mandar por esta nuestra carta, por la cual
tenemos por bien APROBAR Y, POR LA CUAL APROBAMOS LA DICHA ESCRITURA DE
CONTRATO EN TODO Y POR TODO, como en ella se contiene y mandamos de guardar y
cumplir conforme a su letra por lo que toca y pueda tocar a la dicha Iglesia y
su Fábrica y damos licencia para que teniendo efecto el entrego de 500 reales
de plata doble pueda ayudar la dicha Fábrica para hacer el dicho trono con los
relicarios de plata y oro viejos, según y conforme se nos pide. Dado en diez
días del mes de mayo de 1644 años. Lo firman Don Francisco F. de Córdoba, Don
Pedro Luján, el Lic. Jacinto de Castelvi y Lerma.”
El paso se hizo, lo que no impidió las
grandes dificultades que opuso Antonio de Velasco, yerno de Antonio del Barrio
y Salcedo por creer que no se debió dar tal mandamiento que, por otra parte, no
significa mandato de ejecución sino que se trata de una mera licencia para que
la iglesia supla los gastos; condición ésta que, hasta que no se realice, se
niega el señor Velasco a poner los 500 reales de plata, así como su personal
intervención en la ejecución de la obra,
en caso de llevarse a cabo, sin que el señor Velasco, dice, hubiera
intervenido en nada llevando el asunto entre el Vicario y el Mayordomo de la Iglesia.
Por fin el citado Antonio Velasco, ante el Notario Lorenzo del Valle, da carta
de pago a favor de la Iglesia y del Mayordomo Juan Bautista de Rojas, de la
parte que le tocó pagar de le hechura del dicho paso queda así descrito:
“Las
piezas y peso del trono de plata que ha hecho Antonio de Velasco para Nuestra
Señora del Prado, de Ciudad Real, son de las maneras siguientes en cinco
cuerpos:
Plinto.-
Tiene cuatro piezas grandes, cuatro bisagras y cuatro tornillos lisonjas. Pesan
siete marcos, dos onzas y cuatro ochavos.
Rostro
de la imagen de la Virgen del Prado y el Niño destruida en 1936 por republicanos
extremistas de izquierda
Media
caña.- Tiene ocho piezas grandes y ocho sobrepuestas con tornillos que la
ajustan. Pesa 8 marcos y 7 onzas.
Dosel.-
Tiene ocho piezas y ocho cartelas. Tiene más ocho óvalos pequeños. Pesa todo
catorce óvalos y ocho artesoncillos con tornillos que van debajo de las
cartelas, 31 marcos, siete onzas y una ochava.
Media
caña grande.- Tiene cuatro serafines, ocho sobrepuestos con doce óvalos en
frente de las cartelas; ocho molduras de las esquinas; cuatro escuadras menores
y cuatro largas; otras cuatro escuadras grandes y con resaltos y otras cuatro
largas y ocho tornillos con rosca que los fijan; cuatro chapas que hacen los
resaltos; dos chapas grandes cuadradas, cuatro chapas triángulos. Pesa 24
marcos, tres onzas y 5 ochavas.
Dosel
de arriba.- Ocho piezas grandes que hacen los resaltos; dos largas y dos más
cortas y 12 sobrepuestos. Pesa 12 marcos, 3 onzas y 6 ochavas y media.
Tachuelas
y chapillas de las escuadras que no se pesan porque se han de fijar allá. Pesa
3 marcos y 2 onzas.
Total
ochenta y cinco marcos y un medio de ochava”.
Y las terrijas con que se fijan los
tornillos se regulan por dos marcos de hechura, de manera que viene a tener
plata, según el peso, ochenta y cinco marcos y medio ochavo. Y con los dos de
las terrajas son ochenta y siete marcos de hechura. Y asi decimos, lo hemos
pesado y ajustado, como maestros de platería de Toledo, nosotros Bernardo Enrique,
Pedro Pérez y Juan Durán, por ser el mismo Antonio de Velasco el contraste, y
se ajustó en dos días del mes de agosto, con presencia del doctor Bartolomé de
Cervallos, relator del Consejo de la Dignidad Arzobispal. Y a mayor
abundamiento, en presencia del notario y testigos juramos por Dios, Nuestro
Señor, y a una señal de la Cruz, en testimonio de verdad que la obra del dicho
trono está muy perfecta y bien acabada, conforme a el arte y que el trabajo que
ha tenido el maestro en hacerla, con tan poca plata, ha sido muy grande, porque
comprendida su grandeza y variedad de piezas, había de llevar más de cien
marcos y así se ha hecho a la tasa en beneficio de hechura que le correspondía
del más del gasto de plata. Y para que,
de ello, conste, así lo declaramos y firmamos, siendo testigos Antonio Pérez,
el Lic. Pedro Bastante, relator del Consejo Arzobispal de Toledo, Juan Merino,
vecino de Carrión, en Toledo a seis de agosto de 1647. Y doy fe conozco a los
dichos señores tasadores, todos con firma usuales. Sebastián Enrique. Firmado.
Pedro Pérez. Firmado. Juan Durán. Firmado. Ante mí. Domingo de Avedano “. (L.
núm. 603).
Este paso era empujado en las
procesiones de la Virgen, por ocho hermanos llamados de carro, paso en el cual
procesionó la imagen de la Virgen del Prado hasta el año 1884, ya que en 1885
se estrenó uno de la Casa Meneses. Este cambio de paso motivo la queja de los
historiadores que vivían en aquella época en nuestra ciudad, como D. Rafael Ramírez
de Arellano, cuando en su obra “Al Derredor de la Virgen del Prado” publicada
en 1914, dice lo siguiente: “Con dinero
americano se labró también una alhaja insigne que ha durado dos siglos largos
en esta iglesia y que el cabildo catedral, con mal acuerdo, cambió dando dinero
encina, por las andas actuales de plata de Meneses y bien feas. Nos referimos á
las andas ó trono antiguo de la Virgen á que se contrae el documento 603 del
archivo de la Merced”.
La
Virgen del Prado siempre ha permanecido en su paso desde el 9 de agosto hasta
la celebración de su octava el día 22
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