Ciudad
Real ha vivido un año más, este lunes 13 de agosto, su ya popular “Caravana
Blanca” en la que enfermos y ancianos de diferentes puntos tanto de la capital
como de los pueblos de alrededor, se desplazan hasta la Catedral para rezarle y
ofrecerle ramos de flores a la Patrona de la Ciudad, la Virgen del Prado, donde
se ha celebrado la Eucaristía presidida por el obispo, Gerardo Melgar
La caravana que comenzaba sobre las
19:00 horas cumple este año su edición número cincuenta y cinco. Se trata de
una iniciativa motivada por el entonces capellán del Hospital Provincial, el
sacerdote José Ballesteros quién ayudado por las Hijas de la Caridad y algunas
enfermeras, animó a un grupo de enfermos ingresados en el hospital a realizar
una ofrenda floral a la Virgen del Prado y a rezar ante ella.
En la actualidad, es la Hospitalidad
Diocesana de Lourdes la que organiza anualmente este encuentro ante la Virgen
del Prado junto a otras instituciones y vecinos que colaboran en el traslado de
los enfermos hasta la Catedral. Este año ha sido algo menos numeroso que otros
años, con 6 ambulancias de Amaur más las de Protección Civil tal y como lo
señalaba el Presidente de la Hospitalidad, Manuel López de Francia quien añadía
además que “da gusto colaborar con el personal de las residencias así, todo es
ilusión y esperanza”.
“Que el programa de fiestas de una
ciudad se abra con un acto tan hermoso así es algo que dice mucho a su favor
por lo que es algo que hay que mantener”, apuntaba López de Francia al
manifestar que todos los años se llena la Catedral.
“Son los más débiles y necesitados en su
cuerpo, también en ocasiones los más necesitados de esperanza y consuelo, los
que nos da una lección de fe, de esperanza y de profunda confianza en Dios a
través de la Virgen María, nuestra Madre del cielo”, apuntaban hace unos días
en nota de prensa desde la Delegación Diocesana de Ciudad Real añadiendo que es
uno de los momentos más entrañables de la fiestas en honor a la Virgen del
Prado.
UNA
DEVOCIÓN FUERTE DE 55 AÑOS
Josefa
González, una de las asistentes a la Caravana Blanca, recuerda su llegada a
Ciudad Real el mismo año en que el sacerdote José Ballesteros inició lo que hoy
es una tradición
Josefa González recuerda que llegó a
Ciudad Real desde León hace 55 años, justo cuando el sacerdote José Ballesteros
inició lo que hoy es tradición, la Caravana Blanca, la visita de los enfermos,
ancianos y discapacitados a la Virgen del Prado en vísperas de sus días
mayores.
Josefa asiste a la misa en compañía de
su esposo y su hijo y sentada en una silla de ruedas en la que lleva desde el
pasado mes de diciembre, por una caída con rotura de cadera, aunque en este
momento, lo que le retiene en ella es la consecuencia de tres operaciones en la
rodilla izquierda.
En una conversación con La Tribuna, la
paciente señala que en el pasado «no he venido mucho por razón de mi trabajo»,
pero al mismo tiempo, desde que se jubiló su intención es «venir todos los
años», puesto que se confiesa como una gran devota de la Virgen del Prado.
En cualquier caso, Josefa González
aprecia que la afluencia a este acto es ahora menor. «Se nota que hay crisis de
fe, cuando yo venía antes aquí es que no se entraba». También tiene palabras de
recuerdo para el fallecido José Ballesteros, a quien conoció «en el hospital
viejo cuando iba a ver mi madre».
Josefa González fue una más de las más
de 700 personas que ayer se dieron cita en la catedral de Santa María del Prado
para realizar su ofrenda ante la Virgen del Prado, llegados de las residencias
de mayores y de los hospitales; así como de otras localidades de la provincia.
A ellos se dirigió el obispo de Ciudad Real, Gerardo Melgar, a quienes recordó
la necesidad de mantener la esperanza y la confianza en Dios, en un momento en
el que las personas se sienten especialmente vulnerables.
El titular de la diócesis también tuvo
palabras de agradecimiento para las religiosas, el personal sanitario y centros
de mayores, los conductores, los voluntarios de Protección Civil y de la
Hospitalidad de Lourdes que hacen posible este evento y les recordó que su
trabajo ayuda a los enfermos a conservar dicha esperanza. Por otro lado, Melgar
instó a los fieles a «ser buenos samaritanos los unos para con los otros».
Manuel López Francia, en su calidad de
discípulo del iniciador de esta costumbre, señaló que para poner en marcha la
Caravana Blanca «hay que mover mucha ilusión, los ánimos de las personas y de
algunas entidades», así recordó que AISA «nos presta dos autobuses», que se
suman a las ambulancias de Amaur y Protección Civil, además de los medios de
las residencias y seis coches del Club de Vehículos Históricos que trasladaron
al pandorgo, la dulcinea y sus damas.
LA
CARAVANA BLANCA LLEVA A ENFERMOS Y ANCIANOS ANTE LA VIRGEN DEL PRADO
Un 13 de agosto más, y ya son 55 años,
los enfermos y ancianos de la capital han acudido a la catedral de Ciudad Real
para visitar a la Virgen del Prado, rezarle y llevarle flores. Un acto querido
por la gente que ha llenado la catedral para escuchar la eucaristía presidida
por el obispo
Los enfermos y ancianos de Ciudad Real
han acudido con la Caravana Blanca a la catedral de la capital para ver a la
patrona, a la Virgen del Prado, rezarle y ofrecerle flores. Una iniciativa que
cumple este año su 55 aniversario y que cada 13 de agosto hace que el pueblo de
Ciudad Real abarrote la catedral.
Desde las residencias se han desplazado
en diferentes ambulancias y autobuses hasta la catedral donde, además de rezar,
han escuchado la eucaristía presidida por el obispo, Gerardo Melgar.
La Hospitalidad Diocesana de Lourdes es
la promotora de esta actividad desde la primera edición. Manuel López Francia,
su presidente, explica el origen: “Se inició en el año 1964 de forma
ininterrumpida hasta hoy, esperando cumplir muchas más”.
Los preparativos para este día se hacen
“moviendo mucha ilusión y los ánimos de las personas y de algunas entidades,
porque todos colaboramos”, según ha asegurado López. Dos autobuses de AISA,
todas las ambulancias de Amaur y Protección Civil y la Policía Local han sido
parte esencial de esta 55 edición de la Caravana Blanca.
Inauguración de las fiestas
Al acto también han acudido José Antonio
López, el pandorgo 2018, acompañado de su esposa, y la dulcinea, Gema Camacho,
con sus damas. Todos vestían los trajes típicos que mañana volverán a lucir con
motivo de la inauguración de las fiestas de la capital, unas fiestas que
comenzarán con la entrega de los galardones a los Ciudadanos Ejemplares en el
Antiguo Casino de Ciudad Real.
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