La
Virgen se acerca a los fieles en sus días – Fotografías: RUEDA VILLAVERDE
Numerosas
personas acuden a la Catedral para llevar flores o contemplar la imagen de
Santa María del Prado desde cerca
La apertura de las puertas de la
Catedral de Santa María del Prado en la tarde de ayer dio lugar a un flujo
constante de fieles que deseaban contemplar la imagen de la patrona desde
cerca, bajo su palio, situado en el lado del epístola del Altar Mayor, mucho
más cerca que cuando se encuentra en el Camarín.
A la espera de la misa que se inició a
las 20.30 horas, en la que los miembros de la Hermandad de la Virgen del Prado
recordaron a los fallecidos en el último año, numerosos fieles acudieron para
pasar unos minutos sentados uno de los bancos dirigiendo su mirada hacia la
Virgen.
El presidente de la Hermandad, Francisco
Pajarón, invitó a los ciudadrealeños a acudir en estos días a la Catedral para
estar unos momentos «con nuestra madre».
En una conversación con los medios de
comunicación, el dirigente cofrade recordó que este momento de apertura de
puertas para ver a la Virgen de cerca es «muy especial», para los devotos. «La
Virgen del Prado es la madre y señora de todos los ciudadrealeños», insistió
Pajarón a pocos metros del altar. Así, recordó que de cara a los fieles «lo
importante es la devoción a la Virgen».
En cualquier caso, en estos días en los
que la patrona se acerca a la ciudad con motivo de las fiestas en su honor,
viste el manto del centenario sobre el que muestra «la medalla de la ciudad y
el niño la de la Diputación», y junto a ellas, la medalla que donó como acción
de gracias por haber llegado a ser hermano mayor en el actual ejercicio el
exdirector de La Tribuna y cronista oficial de Ciudad Real, Manuel López
Camarena; así como otras medallas donadas en diferentes momentos por
particulares, además de la que entregó este mismo año la Hermandad de las
Palmas.
Detrás del paso de la Virgen se
encontraba la nueva bandera que a partir de ahora representará a la Hermandad
en la procesión y en los actos a los que sea invitada.
Entre quienes primero se acercaron a la
patrona de Ciudad Real se encontraba una representación de la Asociación de
Dulcineas y Damas encabezada por Gema Camacho, la titular de este año, quien
reconoció que ponerse «delante de la Virgen del Prado es para mí un honor y una
emoción muy grande que no sabría expresar con palabras», comentó a este diario.
Camacho reconoció que su petición a la
patrona es que todo el mundo pueda disfrutar de la fiesta, «para que la gente
esté contenta», admitió.
Tras pasar unos minutos en la nave de la
Basílica-Catedral, varios fieles se alejaban del Prado, muchos en corrillos de
familia, de amigos y otros sin compañía. Varios de ellos deteniéndose en la
mesa petitoria instalada por la Hermandad junto a puerta del templo, en la que
se solicitaron donativos para su mantenimiento.
En uno de esos corrillos que se alejaban
de la Catedral tras estar un momento ante la patrona se encontraba Antonio
Nieto, quien se considera devoto: «Simplemente vengo a la hora que abren las
puertas, estoy un rato, pero no suelo rezar» reconoció.
Por su parte, Ramón Escobar, que
anticipó que es «de los que salen a alumbrar», calificó su devoción como «muy
grande», además de considerarse de los fijos cuando la Virgen se acerca a sus fieles,
«si no vengo cuando la bajan, es la día siguiente», y luego, en cualquiera de
los días especiales de la patrona.
Mercedes López tiene el hábito de acudir
a esta cita. «No soy de Ciudad Real, pero creo que en 45 años no he faltado
casi nunca».
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