La Guerra Civil Española (1936-1939), supuso la perdida de toda la imaginería de la Semana Santa de Ciudad Real y de casi todo el patrimonio de la cofradías y hermandades de nuestra ciudad. Terminada la contienda civil, las cofradías se reorganizaron a partir del año 1939, y aparte de tener que realizar las nuevas imágenes de sus titulares, tuvieron que adquirir al mismo tiempo el ajuar procesional de las mismas.
Una de las primeras hermandades que se
reorganizó al término de la Guerra Civil, fue la de Nuestra Señora de la
Soledad, que se consigue gracias al celo del párroco de San Pedro, D. Emiliano
Morales Rivera, y al Hermano mayor D. Enrique Pérez Fernández. En 1941 llegaría
a Ciudad Real la nueva imagen de la Virgen de la Soledad proveniente del taller
del escultor José Rivera García, la cual quería ser una reproducción lo más
parecida posible a la destruida en 1936.
Con la traída de la nueva imagen de la
Virgen de la Soledad, que en 1975 pasaría a denominarse Nuestra Señora de la
Amargura, se la dotó de corona imperial de alpaca bañada en oro. Esta corona se
adquirió a la Casa de plata de Meneses de Madrid, según podemos ver en el
catalogo de venta de objetos religiosos de esta casa y cuyo dibujo reproduzco. En
el catálogo se publicitaba como “Corona imperial, con sobrecorona,
12 estrellas, con adornos cincelados ricos”. Esta corona en la actualidad
es la más antigua de las dolorosas de la Semana Santa de Ciudad Real.
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