Cuando van apareciendo noticias de nuevas muertes por la gripe A, surge espontáneo el temor de una epidemia, como las sufridas en otros tiempos. En los siglos pasados fueron algunas célebres.
Si fijamos la mirada en nuestra ciudad y repasarnos los libros de entierros de nuestra Ciudad Real, nos encontramos con la del cólera (morbo asiático dicen las partidas de defunción), que causó 99 muertos en la parroquia de San Pedro entre los meses de julio y septiembre de 1855, y al menos 47 en la de Santa María del Prado. De Santiago no tenemos datos. Los libros hacen notar que los difuntos, hasta su sepultura en el cementerio, se depositaban en la iglesia del ex convento de Padres Carmelitas, fuera de la ronda.
Cesó el cólera el 9 de septiembre, qué fue el último día de la “sentimental rogativa” a Jesús Nazareno con la Cruz a cuestas, en aptitud de caminar al calvario, hecha en la Parroquia de San Pedro. Agradecidos, por la tarde se hizo una procesión con Nuestra Señora de la Guía.
Sin valorar el interés de estos datos, creo que merecía la pena evocar su recuerdo.
José Jimeno. La Tribuna de Ciudad
Real, domingo 23 de agosto de 2009
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