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domingo, 7 de septiembre de 2025

CIUDAD REAL: SECRETOS SUBTERRÁNEOS (VII)

 



CONCLUSIONES

ANÁLISIS DE LOS RESULTADOS

Tras la investigación llevada a cabo sobre el tema que nos concierne y una vez conocidos y localizados los distintos elementos que forman ó formaban, en un pasado cercano, parte del subsuelo de la ciudad, se inicia con el estudio de situación de estos restos en el plano urbano actual.

Por un lado se insertan todos aquellos puntos que representan las localizaciones donde han aparecido restos subterráneos (intramuros).




Por otro lado se hace el levantamiento poniendo en valor todas aquellas calles, citadas en el trabajo, por las que podría transcurrir el entramado de galerías.

En este plano podemos observar que las calles a las que se hace referencia en los distintos testimonios recogidos generan conjuntos en los que las vías quedan agrupadas relacionándose entre sí.




Si estudiamos la relación existente entre estos dos levantamientos y la trama urbanística histórica sucede lo siguiente: Podemos observar que todos los objetos sometidos a estudio durante este trabajo coinciden y están recogidos dentro de los límites de la ciudad medieval, exceptuando los restos encontrados en el Rectorado que de existir tal y como apuntan algunos testimonios, datarían de una época posterior, pues el original uso de hospital no iniciaría hasta el s. XVIII, con lo que tiene sentido. Además de las tres supuestas conexiones que se crean hacia el exterior de la zona amurallada, que indican que de estar en lo cierto, la ciudad conectaría con lugares extramuros, como pudiera ser Alarcos ó Miguelturra.

Tras realizar por último una comparativa añadiendo la muralla, sus accesos y los edificios principales, pueden aparecer numerosos esquemas de tramas:

 


Pero tras el análisis de los edificios, su uso y su importancia, quizás la opción más lógica que podemos representar sea la siguiente, recordando siempre que son sólo propuestas:

 


La red de galerías subterráneas apuntaría entonces a ser un entramado que relacionaba la ciudad, que contiene elementos como aljibes, pozos de nieve ó fresqueras empleados en un uso más doméstico, y que podría también generar vías de escape frente a las numerosas contiendas frecuentes en la época.

 

CONCLUSIÓN

Tras el trabajo realizado y con todo lo aprendido durante este periodo de investigación, la ilusión y a la vez preocupación con la que comencé esta labor se han visto incrementadas, pero este hecho ha generado un cambio en mi forma de entender y vivir el patrimonio.

En primer lugar, aun siendo ciudadrealeña, yo misma no conocía la historia de mi propia ciudad, ni su patrimonio, siquiera había entrado en las tres iglesias medievales que se mantienen en la actualidad. Este trabajo me ha brindado la oportunidad de conocer y disfrutar mi ciudad.

A pesar de ser un núcleo totalmente olvidado en la geografía española, e infravalorada principalmente por sus propios habitantes, la ciudad tiene un pasado cuanto menos interesante, y me gustaría que su historia fuese conocida, siquiera, por los ciudadrealeños.

Este último hecho planteado nos lleva en segundo lugar a una cuestión: ¿cómo vamos a proteger nuestro patrimonio sin ni siquiera conocerlo? La gran mayoría de los habitantes de la ciudad manchega desconocen la existencia de restos de una posible red de túneles en el subsuelo de su ciudad, o que pueden visitar cuevas en el museo de la Merced, o un pozo de nieve en el Colegio del Torreón o que dentro de poco van a sellar restos muy importantes de las galerías para construir un parking... Este trabajo se realiza no sólo para poner en valor todo lo estudiado, sino sencillamente para darlo a conocer.

 

“El progreso ignorante y especulador arrasa con los restos

de este momento y destruye los pequeños fragmentos de

la historia de este espacio urbano...” (Diego Peris, Diario Lanza 3 Julio 2018)

 

De este extracto de un periódico local iniciamos con la segunda cuestión: ¿Por qué? La tristeza de ver como con el paso del tiempo se va destrozando nuestra herencia histórica, se suma al desconcierto por no entender cómo se permite la realización de obras sobre testigos del pasado, o sencillamente permitir que caigan en el olvido elementos tan importantes, como es el caso del Convento de Las Terreras.

La Ley de Patrimonio vigente en la actualidad marca, entre otros puntos, el deber del Estado de preservar los bienes muebles subterráneos, tanto donde sean hallados fortuitamente como en un museo, el deber del ciudadano de denunciar su posible pérdida, así como la solicitud de su declaración como sitio histórico.

Por último, me gustaría concluir sencillamente volviendo a plantear la cuestión con la que abría este trabajo: ¿Cuál debe ser realmente la definición de Patrimonio? Yo lo definía, en resumen, como aquello que refleja la historia, tradición, usos y costumbres de un lugar, como un valor mucho más allá de lo físico, lo completo ahora diciendo que es, además, obligación, no sólo de la administración pública, sino de todos los ciudadanos, el deber de conservarlo y protegerlo.

CRISTINA GRANDE RIVERO

TRABAJO FIN DE GRADO- ESCUELA TÉCNICA SUPERIOS DE ARQUITECTURA DE SEVILLA GRUPO A – ANA DIANEZ, NIEVES MARTINEZ, TEÓFILO ZAMARREÑO.

2018, SEVILLA

 

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