El historiador y tesorero del Instituto
de Estudios Manchegos (IEM), Jorge Sánchez Lillo, presentó ayer miércoles en el
salón de actos del Centro Cultural Municipal Antiguo Casino, un libro sobre la
Puerta de Toledo. El título de esta
publicación es “Puerta de Toledo. Tres estudios ante el centenario de la
declaración del Monumento Histórico Artístico Nacional (1915-2015)”, una obra
en la que afronta varias de las dudas e incógnitas sobre la datación y el
significado de la única puerta que se conserva de la muralla desaparecida ciudadrealeña,
pero también de las circunstancias en las que se gestó la defensa de este
último vestigio que incluso estuvo a punto de desaparecer bajo la piqueta
quince años antes de su inclusión de la lista de monumentos a proteger.
El primero de los tres estudios a los
que se refiere el título de este volumen se centra en las características del
recinto amurallado de Ciudad Real y sus puertas, en especial, la Puerta de
Toledo.
La segunda parte de la obra, según
refirió Sánchez Lillo, analiza cuestiones como el origen de la placa grabada en
piedra instalada en la fachada sur de la puerta, que atribuye la conclusión de
la obra al reinado de Alfonso XI en 1328, y el origen de las cuatro caras
regias que se hallaron recientemente en las claves de las bóvedas que forman la
puerta. Sin embargo, el autor razona y se pronuncia a favor de la tesis de que
dicha placa «conmemora la batalla de las Malas Tardas, contra la Orden de
Calatrava», que efectivamente tuvo lugar en 1328, mientras que la construcción
de la puerta pudo completarse bajo la monarquía de Alfonso X El Sabio.
Jorge Sánchez Lillo autor del libro
La tercera parte de la obra parte del
intento por parte del Ministerio de Hacienda de sacar a subasta el solar en el
que se encuentra la puerta, «lo que dio lugar a un escrito de queja de la
Comisión Provincial de Monumentos, pero sobre todo a la movilización de la
sociedad ciudadrealeña». El libro refiere los escritos dirigidos al Gobierno y
a la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando para recordar la valía
artística e histórica de la puerta. Estos esfuerzos culminaron en 1915 con su
declaración como Monumento Histórico Artístico Nacional.
Al mismo tiempo, Sánchez Lillo, rinde
homenaje en este último trabajo a la figura de
Manuel Alcázar Bermejo, al que califica de «ciudadrealeño de pro», que
fue quien le puso sobre la pista de este procedimiento.
En este acto organizado por el Instituto
de Estudios Manchegos, se presentaron dos libros más y del número 39 del
Cuaderno de Estudios Manchegos. Ángel Ramón del Valle Calzado aporta al fondo
editorial de la institución que encabeza Francisco Alía la obra El liberalismo
en el campo. Desamortización y capitalismo agrario en la provincia de Ciudad
Real, mientras que Julián Antonio Prior Cabanillas incorpora La Guerra de la
Independencia en Almadén del Azogue (1808-18014).
La alcaldesa, que presidió el acto, junto a los autores
de las obras presentadas y el Presidente del Instituto de Estudios Manchegos
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