El desaparecido Cristo de los Tarugos de la Santa
Hermandad fue procesionado a partir de 1929 por Hermandad de la Coronación de
Espinas la mañana del Viernes Santo. Esta es una de las pocas imágenes que se conservan de este crucificado
El Santo Cristo de los Tarugos, así llamado por la forma y lo tosco de
la cruz en que se hallaba enclavado, fue el emblema de la Santa Hermandad,
nació con esta institución medieval en el reinado de D. Fernando IV el
Emplazado (1295-1310) y lo llevaba en todos sus actos oficiales, así como la
Cofradía de la Caridad cuando cumplía su misión de asistir y acompañar a los
reos de muerte hasta el suplicio, para inspirarles, con la vista del
Crucificado, consuelo y una dulce esperanza en aquel que asimismo aceptó la
cruz para redimir al hombre. Por esta razón el Cabildo eclesiástico al regular
por un acuerdo solemne las relaciones de las Parroquias y Cofradías en su
concurrencia a los actos sagrados, señaló al antiguo Crucifijo el puesto
honroso de ir tras la Cruz parroquial de San Pedro -1515- y disputándole
después este privilegio las demás Cofradías lo ganó y le fue confirmado en
juicio contradictorio.
Este crucificado se conservaba en la Parroquia de San Pedro, por este motivo la desaparecida Hermandad de la Coronación de Espinas fundada en 1923, por el abogado que llegó a ser alcalde de nuestra ciudad Francisco Herencia Mohíno, y que procesionaba la mañana del Viernes Santo, se dirigió, en el mes de febrero de 1929, por instancia al Obispo-Prior pidiéndole el privilegio de poder llevar procesionalmente este año el crucifijo de la vieja y Santa Hermandad de Ciudad Real y Toledo. El señor Obispo-Prior dio conformidad a perpetuidad el 7 de marzo.
Este crucificado se conservaba en la Parroquia de San Pedro, por este motivo la desaparecida Hermandad de la Coronación de Espinas fundada en 1923, por el abogado que llegó a ser alcalde de nuestra ciudad Francisco Herencia Mohíno, y que procesionaba la mañana del Viernes Santo, se dirigió, en el mes de febrero de 1929, por instancia al Obispo-Prior pidiéndole el privilegio de poder llevar procesionalmente este año el crucifijo de la vieja y Santa Hermandad de Ciudad Real y Toledo. El señor Obispo-Prior dio conformidad a perpetuidad el 7 de marzo.
El histórico crucifijo procesionaría en nuestra Semana Santa a partir
de 1929 acompañado por dos filas de penitentes con túnica verde, color de los
vestidos de los cuadrilleros de la Santa Hermandad, que llevaban a la altura
del pecho los escudos de Castilla y León. Además iba escoltado por dos ciriales
de hierro forjado de estilo renacimiento, de color verde y realizados por el
cofrade Ángel Pérez Bermúdez. Por desgracia este histórico crucificado fue
destruido en 1936 al inicio de la Guerra Civil Espeñola y la Hermandad de la
Coronación de Espinas sería una de las tres que no se reorganizaron tras la
Guerra Civil Española.
El destruido misterio de la Coronación de Espinas
junto a su autor Felipe Coscolla en 1926, año que procesionó por primera vez
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