A la muerte de Fernando III el Santo,
rey de Castilla y León, le sucede su hijo Alfonso, a quién las crónicas señalan
que fueron notorios los muchos problemas con los que este monarca se encontró
al comienzo de su reinado. Alfonso X había logrado salir de Sevilla para tomar
contacto con la realidad de los pueblos y gentes de su reino. Fue a la corte de
Toledo, el punto hacia donde primero se dirigió. En la ciudad en la que el
propio monarca había nacido ¿Es a lo largo de este viaje cuando decide refundar
una villa fuerte en la abandonada Alarcos? No lo logró, con lo cual se decidió
por la aldea próxima del Pozuelo de Don Gil, en el corazón de La Mancha.
Decidiendo contrarrestar, simbólicamente, el poder de las órdenes militares, en
especial la de Calatrava, dotándole de muralla a la nueva villa.
En efecto, en el trayecto hacia la
ciudad imperial fijó su atención en aquel lugar del término de Alarcos, “atravesado
por el antiguo camino árabe, que conducía de Córdoba a Toledo a través de
Calatrava”. El privilegio fundacional fue concedido por el rey Sabio un año más
tarde: el 20 de febrero de 1255. No obstante, otras varias han sido las
hipótesis que se han barajado con respecto a los verdaderos motivos de esta
fundación. Sin embargo, se vio a primera vista que Alfonso X ponía un especial
interés en la proyección de Villa Real. Por otra parte, el lugar debía ser
considerado con simpatía por el monarca, ya que 10 años antes su padre Fernando
el Santo y su abuela doña Berenguela habían celebrado aquí un encuentro en
1245. ¿Qué camino utilizaron ambos personajes reales para llegar hasta Pozuelo
de D. Gil? Está documentado que transitaron a través del viejo camino de
Córdoba a Toledo, ruta usada en tiempos muy anteriores a 1245. En efecto, el
conocido camino fue trazado por los árabes para los desplazamientos Córdoba- Calatrava
(la Vieja)-Toledo.
Así pues, Doña Berenguela había partido
de la corte de Toledo y su hijo de la ciudad de Córdoba, para su reunión en
Pozuelo. Existe un documento que lo corrobora; el 5 de abril de 1245, el rey
Santo pasa por Calzada de Calatrava, y desde allí mismo expide un conocido
privilegio, confirmando así su tránsito por las proximidades de dicho camino.
De la existencia de una bifurcación del
Camino Real de Toledo-Córdoba, en el itinerario de Ciudad Real a Granada, lo
recogía Hernando Colón, hijo del descubridor, quien nos lo describe de este
modo: “…Cibdad Real… e fasta granada ay
cuarenta leguas e van por la Puebla de Xabalon dos leguas de tierra algo llana
e por la calzada romana quatro leguas e por el Viso cinco leguas e por Vilches
siete leguas”…
Y en el siglo XVII el presbítero y cura
de la parroquia de San Pedro, Joseph Díaz Jurado, menciona claramente que “…la cuarta (puerta) recibe los rayos del
sol a mediodía… es la que corresponde al Camino Real de Granada (Puerta de
Granada) con cuyo nombre se da a conocer”, mientras que la quinta, se abre desde esta Ciudad Real camino para
Sevilla, y mirar a Alarcos, con cuyo nombre se conoce” (puerta Alarcos).
Soy de la opinión, que la entrada del
Camino, luego llamado Camino Real de Toledo a Andalucía, en tiempos de Pozuelo
de D. Gil anterior a Villa Real, desarrollaba su trazado a través de la aldea
pozueleña.
Fue una calle muy principal entonces la
calle Real, donde existían dos mansiones solariegas del Chantre de Coca y su
familia, una, en la desaparecida Plazuela de Belmonte, y la descubierta hace no
muchos años en esa misma calle.
Salida
natural
La Puerta de Granada fue la salida
natural hacia la ciudad de la Alhambra, aspecto suficientemente claro, cuando
en una ejecución pública llevada a cabo en la Plaza Mayor de Ciudad Real (s.
XVII), se depositaban miembros del cadáver del ajusticiado “en la puerta del camino Real que viene a
esta ciudad desde Granada…” (Manuscrito del proceso de la Santa Hermandad
Vieja de Ciudad Real, contra un reo preso en la cárcel de la Hermandad
(Documento en la sala de Raros de la Biblioteca Nacional)
El tránsito a través del camino Real dio
a conocer Ciudad Real, que aparece por vez primera en la literatura de
creación, en el primer tercio del siglo XV, que es cuando Don Juan II concede
el título de ciudad a Villa Real. Así es como aparece en la composición de “La
Serranilla de la Zarzuela” (fragmento)
Yo
me iba
mi
madre,
a Villa
Reale;
errara
yo el camino
en
fuerte lugare,
Siete
días anduve…
En este poema se hace referencia al
Camino Real, ya lo hemos dicho, uno de los más significativos en la España del
Siglo de Oro, que cruzaba la población de Ciudad Real y buena parte de la
actual provincia. Esta ruta la marcan todos los “repertorios de caminos de
España” desde el muy principal de Villuga (1546), que cita también los lugares
y ventas desde Toledo a Ciudad Real, para seguir el camino a Córdoba, señalando
los lugares, aldeas o ciudades de Diezma, Orgaz, Los Yébenes, Guadalerzas,
Darazután, La Zarzuela, Malagón, Peralbillo, Ciudad Real, Caracuel, Villamayor
y Almodóvar, para seguir hasta el Muradal…
Por decisión de Alfonso X, Ciudad Real
fue la ciudad fundada por la corona, es decir, de realengo, constituyendo el
eje del camino de la Corte toledana a la antigua Al-Andalus, a través del Valle
de Alcudía y Sierra Morena. Así perduró este destacado trayecto, único directo
para llegar a Andalucía a través de nuestra ciudad, hasta finales del siglo
XVIII.
José
Golderos Vicario (Publicado en el diario Lanza el sábado 10 de julio de 2010 en
la sección Opinión)
No hay comentarios:
Publicar un comentario