El órgano ha sido siempre el instrumento
de la Iglesia para facilitar la celebración litúrgica, animar al canto y
derramar belleza en las celebraciones. Por este motivo la Parroquia de San José
Obrero de Ciudad Real ha adquirido un órgano de tubos de más de sesenta años,
nacido de las manos de Henk Vierdag en 1960, y que fue el órgano de coro de la
Dorpskerk de Maarssen, en los Países Bajos: con un solo teclado, cinco
registros, pedalera anexa y una estructura compacta de roble macizo y chapado.
El órgano cuenta con más de 100 tubos de
aleación clásica de estaño y plomo, encerrados en roble macizo, que ha sido
adquirido gracias a la ayuda de la Diputación Provincial de Ciudad Real, con la subvención otorgada
dentro de Entidades religiosas.
Para el párroco de San José Obrero en
declaraciones al La Tribuna de Ciudad Real, «Recuperar un órgano es
recuperar un patrimonio que nunca debió perderse. En España se destruyó
muchísimo en el siglo XX. Este instrumento ayudará a la vida de la parroquia.
No es algo retrógrado ni un capricho: es ofrecer belleza». «nadie se
salva por la belleza, pero la belleza sí ayuda a salvar el mundo, porque Dios
está en ella».




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