En la esquina de las calles Postas y
Avenida de Alarcos se levanta un edificio singular en Ciudad Real. Un edificio
en el que Elsa y Paco montaron hace ya años una emisora radiofónica que en
aquel momento era el máximo signo de modernidad y avance. Una emisora que
emitía los discos dedicados en las celebraciones de diversa índole y que se
ubicaba en uno de los edificios de la arquitectura racionalista que de manera
curiosa y de la mano del arquitecto José Arias habían llegado a Ciudad Real.
La fecha de 1925 es clave, pero no como punto
de partida de una nueva arquitectura, sino como símbolo o ejemplo de todo un proceso
existente desde antes. Y en este sentido, la relación que ya desde estos
momentos se establece entre arquitectura y ciudad permite definir una
característica nueva de aquellos arquitectos preocupados por el nuevo carácter
de la arquitectura clasicista: el
intento de definir las ciudades desde la arquitectura. En julio de 1931, al
dejar Fernando Piñuela la alcaldía comenzará su gestión José Maestro quien
propone como objetivos fundamentales superar la crisis de trabajo y la mejora
de los servicios urbanos. Durante la época de la República se produce en Ciudad
Real el mayor crecimiento demográfico. En ese periodo se llevan adelante varias
de las propuestas constructivas del programa municipal: la Casa de Socorro,
reformas en el parque de Gasset con el equipamiento del parque con una pequeña
Biblioteca municipal y la construcción del palomar, el edificio de la Audiencia
construido en la plaza de la República, junto a la casa de Socorro, terminando
obras iniciadas anteriormente y planificando obras importantes para el futuro
de la ciudad. Ese mismo año Mateo Gayá proyecta el Banco Español del Crédito en
la Plaza del Pilar. En 1932, José Arias, proyecta dos edificios singulares en
la calle Alarcos (Avenida José Maestro): el edificio de la “Emisora” y la antigua
casa García de la Rubia (hoy Caja Rural).
La casa de la “Emisora” ocupa una
posición de esquina que resuelve con el encuentro curvado que da continuidad a
los planos. En los dos laterales de sus fachadas recurre a los grandes huecos,
acentuación de líneas horizontales y acentos puntuales con la presencia de los
miradores. En este proyecto hay todo un recurso escenográfico en la forma de
resolver la esquina que tiene sólo dos plantas frente a las cuatro de los dos
cuerpos laterales. Una pérgola superior crea un primer plano que continua con
la tercera planta que tiene dos cuerpos curvados en el interior de la terraza
en cuyo fondo aparece el cuerpo de cuatro plantas que se une allí con la calle
posterior. El cuerpo de la pérgola y la doble curva posterior con formas
barrocas definen una escenografía singular.
El edificio de la Casa de la Radio ocupa
una posición en esquina de las calles Postas y Alarcos que forman entre sí un
ángulo agudo y que el proyecto aprovecha de forma magistral. El espacio urbano
en el que se proyecta la casa tiene dos fachadas a dos calles de diferente
tratamiento: la calle Alarcos, eje de la ciudad que une la plaza del Pilar con
el acceso al parque de Gasset y la calle Postas que comienza en un ámbito
abierto donde se localiza la Delegación de Sanidad y sigue hasta la zona donde
se ubica el Mercado Municipal. El edificio ocupa una posición privilegiada en
la ciudad y debe responde a esta ubicación singular.
Donde se sitúa el acento del proyecto es
en la esquina que se sabe espacio visible desde la perspectiva que viene del
parque de Gasset y que permite a su vez una visión singular de este espacio
urbano abierto. Y para ello recurre al recurso formal del curvado del plano que
en ese encuentro agudo de las dos direcciones marca una transición que crea un
frente trasversal a ambas que se suaviza en los encuentros. El plano se hace
convexo en su encuentro en planta baja con la ciudad suavizando el recorrido
entre ambas calles que se hace continua en esta forma suave curvada. La
solución dada a los volúmenes del edificio crea una visión del volumen urbano
que constituye uno de los valores singulares del edificio. La curva de lo
construido se hace ahora cóncava como huyendo de la visión desde la calle y
conformando un plano alejado de la visual exterior. La gran superficie que se
genera en la terraza de la planta segunda hace que se produzca el encuentro con
los planos de cuatro alturas en un espacio posterior al de la visión de la
esquina haciendo que el edificio reduzca su altura en esta visión perspectiva
alejada.
La solución formal planteada tiene un
indudable interés para la ciudad por su ubicación urbana, por cómo resuelve el
encuentro de las dos alienaciones y por cómo configura el espacio urbano del
entorno creando una dimensión abierta que cede el volumen al ámbito público
estableciendo en una zona de gran densidad urbana un espacio abierto y liberado
que se configura así como modelo de actuación urbanística desde el
planteamiento de la arquitectura que diseña y proyecta Arias.
Diez años después realizará el proyecto
del Mercado Municipal se inicia con una solicitud del Pleno para preparar el
proyecto, fechada en diciembre de 1942 (existe un anteproyecto de 1932). La
estación de Gasolina se realiza por encargo de D. Enrique y D. Julio Morales
Malagón y la licencia se solicita en 1945. Arias ha dejado un conjunto de
edificios de calidad en la ciudad.
La planta en V del edificio se resuelve
con la ubicación de la escalera en el centro de la misma en un espacio interior
pasado el vestíbulo de acceso situado en este frente. Interiormente las
soluciones de escalera, de pavimentos, techos y elementos del espacio interno
tienen una calidad importante.
El edificio de la Casa de la Radio que
ocupa la esquina de las calles Postas y Alarcos de Ciudad Real es un notable
ejemplo de la arquitectura racionalista realizada por el arquitecto Arias en la
ciudad. Dada la trasformación desafortunada que han sufrido muchas de las obras
de este arquitecto en nuestra ciudad, cuando no las demoliciones, esta obra se
convierte en referente de su arquitectura que es necesario conservar y
proteger. El edificio posee valores notables en la composición de sus fachadas
que han sido rehabilitadas con regular fortuna pero que han permitido conservar
la imagen global del conjunto. La colocación de rótulos y elementos puntuales
altera la fachada en algunos de sus puntos pero globalmente se hace reconocible
la composición general que tiene valores singulares importantes.
La forma de insertarse en la ciudad,
definida esencialmente por la solución que se realiza en el encuentro de las
dos calles, constituye un modelo de relación de la arquitectura con la ciudad y
una solución constructiva de gran interés y calidad formal. El edificio tiene
valores importantes en su organización interior especialmente en la pieza que
une las dos alineaciones. Las soluciones constructivas de muros de carga, la
ubicación de la escalera, los acabados de suelos, las carpinterías y los
tratamientos de terraza constituyen elementos que forman parte de la realidad
esencial del proyecto construido.
Por ello toda obra de consolidación,
mantenimiento o rehabilitación debe tener en cuenta estos valores singulares
del edificio aprovechando el interés histórico, constructivo y urbanístico que
tiene el edificio. La protección legal que posee el conjunto debería ampliarse a la globalidad del inmueble de
manera que desde las administraciones municipal y la responsable de Cultura de
la comunidad autónoma puedan establecerse los controles para garantizar el mantenimiento
de estos valores singulares que constituyen ya un patrimonio histórico
colectivo.
Diego
Peris Sánchez, arquitecto (Publicado en el Diario Lanza el 1 de junio de 2009 http://www.lanzadigital.com/news/show/opinion/el_edificio_de_la_emisora/2163/)
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