Ciudad Real cuenta desde ayer con un
monumento dedicado a la Semana Santa, “testimonio explícito y callado, abierto
y oculto, de que en sus calles se vive con hondura la fe cristiana”. Así lo
expresaba el vicario de la Diócesis de Ciudad Real, Miguel Esparza que invitó a
los asistentes a rezar una oración tras el descubrimiento de la nueva escultura
ubicada en la Plaza de la Merced. El presidente de la Junta de Castilla-La
Mancha, José María Barreda, el alcalde de Ciudad Real, Francisco Gil-Ortega, y
el presidente de la Asociación de Cofradías, Emilio Martín Aguirre fueron los
encargados de descubrirla, un monumento de bronce de tres metros de altura que
representa a un nazareno, obra del artista ciudadrealeño Fernando López Gómez,
Kirico.
La Agrupación Musical Santo Tomás de
Villanueva interpretó el himno de España mientras caía el paño que cubría la
imagen del penitente.
Un penitente, según las propias palabras
del artista “altivo y orgulloso”. “He querido hacerlo así, sin aparentar dolor,
porque el dolor del penitente va por dentro”, añadía Kirico. Por ello, a la
escultura no se le ven los ojos, ni los pies ni las manos, su túnica no es de
ninguna cofradía concreta, pero representa a todas.
El nazareno está ubicado en una plaza
por la que pasan la mayoría de las procesiones de la ciudad, incluso algunas de
las cofradías más de una vez, por eso Kirico destacaba que “aunque no tenga
ojos verá el dolor de los penitentes de verdad, los de las cadenas y los pies
descalzos”.
Kirico se mostró orgulloso de haber sido
elegido para realizar esta obra y recordó como ha vivido siempre la Semana
santa ciudadrealeña, con su familia, sus tíos, sus primas, las palmas en el
balcón… todo ello formaban parte para él de esta fiesta.
Por su parte, Martín Aguirre manifestaba
que con esta obra se demuestra que en Ciudad Real se “vive de un modo especial
la Semana Santa”.
S.G.S.
El Día de Ciudad Real, domingo 2 de abril de 2006, página 5.
No hay comentarios:
Publicar un comentario