Se halla situada en la llanura de la
Mancha, entre los ríos Guadiana y Jabalón. Su caserío blanco, sobre el que se
elevan torres y chapiteles, ofrece a distancia una agradable perspectiva. El
Rey Don Alfonso el Sabio, deseoso de contrarrestar el poder y pujanza de la
temida Orden de Calatrava, determinó fundar una población en el término de
Alarcos, antigua ciudad de Oretania, en una de sus aldeas, llamada Pozuelo de
Don Gil, cuyo nombre cambió por el de Villa Real. Quiso el Monarca fundador de
la "grand Villa e bona", como él la llamara, que tuviese un máximo
apogeo, para el cual le concedió el famoso Fuero de Cuenca, con otros muchos
privilegios.
Pocos años después de la fundación,
moría el Infante Don Fernando, y se hacía, fuerte en la villa Don Sancho, quien
con la ayuda de don Lope Díaz de Haro y otros caballeros, se proclamó heredero del
reino, a la vez que enviaba refuerzos a todas partes, para atender a las
necesidades de la guerra.
Según Garibay, en el año 1421 el Infante
Don Enrique se apoderó de la persona de Don Juan II , y logrando éste evadirse
del castillo de Montalbán, hizo un llamamiento a sus reinos, acudiendo
solícitas las hermandades de Castilla, y en primer término, la de Villa Real,
por lo que el Rey otorgó a dicha Villa el título de Ciudad, ordenando que desde
entonces se llamase Ciudad Real.
La historia de Ciudad Real en la Edad
Media, está concentrada en la lucha porfiada y sangrienta contra la Orden de
Calatrava, hasta que ésta fue incorporada a la Corona. Desde aquel momento gozo
Ciudad Real de los beneficios de una larga
paz hasta la invasión francesa, ya que esta provincia sufrió una de las etapas
más funestas de la Guerra de la Independencia.
Circundan a la población campos de
cereales, viñedos y arboledas. De sus antiguas murallas, sólo queda la Puerta
de Toledo, con algunos metros de murallas a sus lados, que, aunque ruinosas,
permiten formarse idea de las antiguas defensas de la ciudad.
Ciudad Real tiene el aspecto general de
los restantes lugares de la Mancha; sus calles son rectas y sus construcciones anchas
y bajas. En los interiores de las casas viejas, son frecuentes los patios y
corrales, aunque ya la moderna arquitectura va cambiando el antiguo aspecto de
la ciudad. El centro de esta lo constituye la plaza llamarla de la
Constitución, formada por un rectángulo de 150 pies de largo, y un ancho un
poco menor; tres de sus frentes están ocupados por galerías saledizas sobre
soportes de hierro, y el cuarto por la Casa Ayuntamiento: que es un bonito edificio
de estilo grecorromano. Tiene dos paseos principales, el del Prado y el de
Cisneros y el parque Gasset, hecho recientemente
con todo esmero, Tiene una hermosa rosaleda, quiosco de música, bancos y
fuentes de cerámica sevillana.
Uno de los monumentos más interesantes de
la población es la "Puerta de Toledo", precioso resto de la arquitectura
militar del siglo XIV, emplazada al final de la calle de Toledo, que es el
principio que conduce a la imperial ciudad. Está declarada monumento nacional,
y se compone de seis arcos de variada forma, flanqueados por dos fuertes
torreones de planta rectangular; debió estar coronada de almenas con sus
correspondientes parapetos, aunque hoy se encuentra ruinosa en la parte
superior. Los dos arcos extremos son de estilo ojival, los medianeros de los llamados
de herradura, del primer periodo de la arquitectura árabe, y los centrales de estilo
gótico.
Parroquia
de Santa María del Prado. —En el paseo del Prado se eleva esta iglesia hoy Catedral,
es de estilo gótico de la decadencia, y está fabricada de ladrillos con arcos
de sillares. El ábside, que fue el comienzo de la construcción de la iglesia,
data de principios del siglo XV. El retablo del altar mayor, atribuido a
Giraldo de Merlo. Tiene una ornamentación modesta siendo lo más importante el
magnífico camarín está adornado con una cabeza de San Juan Bautista, pintada
por Caxés, y un cuadro de la Concepción de Lucas Jordán. Por el Monasterio de
Uclés fue donado el riquísimo portapaz que posee y la silla de Uclés, de estilo
gótico, que hoy sirve de asiento pontifical en el coro de la Catedral.
Iglesia
de San Pedro Apóstol. —Es el templo más viejo y más importante, desde el
punto de vista monumental, que existe en la ciudad. En la fachada principal se abre una claraboya de
estilo ojival, y debajo de ella, una puerta con cinco archivoltas semicirculares
claveteadas de puntas de diamantes. Se conoce esta puerta con el nombre del
Perdón por encontrarse frente a la cárcel y entrar por ella los ajusticiados.
Tiene esta iglesia otras dos entradas laterales, la llamada del Sol de estilo gótico, en la fachada sur, y la
denominada Umbría, abierta al norte, de estilo árabe. El interior del templo se
divide en tres naves. En la central existe un retablo churrigueresco, de
escayola, notable en su estilo. El coro,- con sillería de talla, es obra del
siglo XVI. Debe mencionarse la capilla, fundada a expensas del presbítero Coca,
que conserva el sepulcro de alabastro del fundador, un retablo gótico y un
cuadro de Luis López. Posee esta, iglesia una bellísima imagen de un Nazareno,
atribuido a Montañés.
Iglesia
de Santiago. —
Ofrece bastante parecido con la anterior. En el siglo XVI fue restaurada de un
modo tan disparatado que ha perdido gran parte de su carácter. El techo,
cubierto hoy por casetones de yeso, oculta un valioso artesonado con armadura de
lazo de a cuatro, tallada en el siglo XIV, con pinturas moriscas, que deben
estar ya deterioradas por las obras de restauración. Esta iglesia conserva
obras de interés, como los cuadros de la Purísima y San Idelfonso y el retablo
del altar mayor, con una efigie de Santiago.
Por la ciudad existen diseminadas algunas
obras artísticas de interés. En la casa numero 4 de la calle del Lirio se puede
apreciar un hermoso arco mudéjar.
La Diputación instalada en el mejor
edificio de la ciudad, posee una biblioteca y pinacoteca provinciales, así como
el Seminario conciliar conserva un cuadro de San Jerónimo pintado por Ribera.
Excursiones.
—
Las excursiones más interesantes desde Ciudad Real a lugares próximos son:
A Calatrava la Nueva (43 kilómetros), donde se encuentra el famoso
Sacro Convento y vestigios del Castillo de Salvatierra: a Alarcos (8
kilómetros) lugar de la famosa batalla, donde sobre un montículo se eleva el
histórico Santuario: a Almagro (26 kilómetros). una de las ciudades más
interesantes de la provincia, rica en casas solariegas, adornadas con
magníficos escudos: una plaza típicamente española, de las más bellas de la
península, y el Convento de los
Dominicos, notable por su claustro e interiores.—P. N, T.
Revista
Alrededor del Mundo. Madrid 13 de enero de 1930
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