En extramuros de calatrava, existió un
monolito, desde 1954 hasta los años ochenta del pasado siglo XX, en homenaje a
los cuarenta asesinados el 9 de agosto de 1936 por milicianos del frente
popular, es decir comunistas, socialistas y anarquistas.
Los asesinados, solo por el simple hecho de tener ideología de derechas, provenían de Alcázar de San Juan, Socuellamos y el Romeral. Fueron trasladados la noche del 8 al 9 de agosto de 1936, en tren a nuestra ciudad. Una vez en la estación de tren de Ciudad Real, se procedió a cachearlos y llevados hasta los muros de la desaparecida Granja Agrícola de nuestra ciudad, donde tras alinearlos debidamente fueron fusilados. Una vez asesinados, según Fernando del Rey en su obra “Retaguardia Roja. Violencia y revolución en la guerra civil española”, el jornalero de Fuente el Fresno, Francisco Velasco Fernández; que paso a las pocas horas por el lugar de los asesinados, pudo ver que había “mucha gente que se arremolinó para ver los cuerpos de las víctimas, a las que se hizo objeto de burlas e incluso de extorsión por parte de algunos: “presenció cómo una gran multitud contemplaba los cadáveres de los que hacía todo género de mofa recordando perfectamente que un sujeto conocido por Frasquele de Ciudad Real les hacía todo género de profanaciones, robándoles los objetos que llevaban encima (…) acompañando todo ello con frases y conceptos injuriosos y con invectivas y dicterios de toda clase”.
En memoria de estos cuarenta asesinados, el 9 de agosto de 1954, fue inaugurado un monolito en el lugar donde fueron martirizados, es decir en los terrenos situados tras la Granja Agrícola.
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