Considerando de gran interés para el público la traída y llevada cuestión de la guarnición, publicamos las adjuntas fotografías, para que nuestros lectores puedan darse una idea del estado en que se encuentran las obras.
Las aspiraciones de esta capital van a verse realizadas, merced a las gestiones del general Aguilera.
El Cuartel de la Misericordia, hasta hace poco tiempo descuidado llenas de musgo sus paredes, desmoronadas sus salas, cuadras y oficinas, han sufrido una rápida transformación en todas sus dependencias. Ya no es el viejo cuartel sombra de lo que era desde hace bastantes años, y no decimos de lo que fue siempre porque en sus primeros tiempos era uno de los que mejores condiciones higiénicas reunían en España.
Las compañías han sido construidas con
arreglo a los preceptos de la higiene, teniendo, por tanto, ventilación, luz,
etc., cosas esenciales que estos edificios deben reunir para poseer condiciones
salutíferas.
Las cuadras y patios han sido objeto de grandes reformas, rebocos, ampliaciones, etc., y las oficinas pronto serán puestas en condiciones de habitabilidad y hasta—según hemos oído—con un cierto confort, como podrá verse por las fotografías que publicamos las cuales son tres detalles de las obras: una vista parcial del patio, una compañía y una de las cuadras.
Aunque no es segura la fecha de la llegada a esta capital de los artilleros, según nuestras noticias será probablemente en la próxima primavera.
El viejo Pozuelo de Don Gil va perdiendo
poco a poco la carroña tradicional; y vistiéndose con nuevas galas, en un
anhelo insatisfecho de novedad, de emulación de las demás capitales españolas.
¡Todo se renueva! Al pausado vivir sigue una acelerada vida.
Hasta el carácter de las gentes. ¡La costra mojigata es sustituida por un nuevo revoco de frivolidades! A la austeridad monacal, sucede una alegría sana, epicúrea…
¡Ciudad Real se remoza! Por eso Ciudad Real sabrá agradecer en lo que vale esta mejora importantísima, que hará cambiar por completo su vida monótona y gris. ¡Ahora será azul y roja! Como los uniformes de los artilleros.
Revista
“Vida Manchega”, 5 de diciembre de 1919
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