El cardenal Lorenzana promueve, en 1785, la construcción de la Real Casa de Caridad para instalar allí manufacturas y oficios para instruir a niños sin recursos en Ciudad Real. En Toledo había construido dos excelentes edificios como son la Universidad que lleva su nombre y el Hospital de Dementes o Nuncio Nuevo obras del arquitecto Ignacio Haan. En nuestra capital la arquitectura y el presupuesto son más sobrios pero cumplen con dignidad sus objetivos. El edificio cumplirá breve tiempo con su destino inicial ya que con, la llegada de las tropas francesas parte del edificio se destinará a cuartel. Este mismo uso perdurará durante la Guerra Civil continuando hasta finales de los años ochenta.
En Europa las
instituciones asistenciales surgen en la Edad Media y a lo largo del siglo XVI
se levantan numerosas construcciones dentro del concepto del Hospital-Palacio
que lleva a los príncipes y mecenas a financiar estas instituciones para prevenir
la peste, institucionalizar la asistencia y controlar a los indígenas. Con la
ilustración estas instituciones se convertirán en las “máquinas de curar” para
mantener los ejércitos. Las instituciones asumen distintos fines asistenciales
que engloban el hospedaje caritativo, el aislamiento de los enfermos
contagiosos y en ocasiones funciones carcelarias y correccionales. La caridad
se ha convertido en beneficencia con un sentido más laico referido al concepto
de fraternidad presente en el siglo de las luces. Carlos III establecerá el control
de estas instituciones a través de la ley que regula la "Construcción y
disposición material de los hospicios". Esta disposición legal establece
que estas construcciones –deben responder "más que a la elegancia, a la
solidez y comodidad del edificio, así con respecto a su ventilación, como a la,
división interior que exigen los varios usos y destinos de la casa".
La planta tipo sitúa la iglesia en el punto central de la construcción con dimensiones, a menudo, desproporcionadas respecto el resto de la edificación. Las estancias se organizan alrededor de los patios con circulaciones en su entorno consiguiendo unas mejoras condiciones de circulación y ventilación. El edificio de la Real Casa de la Caridad de Ciudad Real tiene una planta rectangular de 97 X 50 metros articulada en torno a dos grandes patios interiores de 28 X 22 metros. Se configuran así dos grandes espacios rectangulares en cuyo punto intermedio se sitúa la iglesia como un cuerpo construido transversal de mayor altura que el resto. Los dos grandes rectángulos básicos de la edificación conservan la traza clásica en su composición y se articulan con la pieza de unión central que se sitúa transversalmente a su crujía definiendo el eje principal de la construcción.
El edificio se
concibe desde un esquema racional correspondiente a la arquitectura de la
segunda mitad del siglo XVIII que ha evolucionado de forma significativa
utilizando los valores existentes en momentos anteriores pero de forma
distinta. Villanueva reivindicará la arquitectura ligada a la razón con un
nuevo concepto en el que lo principal no son los ornamentos sino “sabia
distribución de las partes de un edificio según su destino y calidad”. No en
vano los tratados de geometría tendrán una clara influencia en la formación de
los arquitectos de la época. El edificio tiene en sus exteriores la sobriedad
formal de una arquitectura austera que tiene su interés en su organización del
espacio y su funcionalidad. En Ciudad Real nos hemos acostumbrado a asociar el
edificio a la institución militar y a situarlo dentro de un contexto de las
instalaciones generales del Cuartel de Artillería. Las necesidades funcionales
han llevado a una alteración interior de su planta notable que hacía difícil percibir
los valores del edificio. La construcción del Hospital de la Misericordia tiene
valores históricos singulares. Es el gran edificio de arquitectura civil de
finales del XVIII de nuestra ciudad. Y tiene por otra parte, los valores tipológicos
y compositivos de una arquitectura que con su racionalidad de concepción y organización
nos permite la recuperación actual para nuevos usos.
El plano de Ciudad Real levantado en 1996 por el Servicio Geográfico sitúa en la parcela comprendida entre las calles Altagracia y callejón del Cuartel el “Cuartel de la Misericordia”. Delante de esta gran parcela se ubica la “Plazuela del Cuartel” y una edificación denominada “Cuartel de la Tahona” en la cuña comprendida entre las calles Altagracia y Toledo. El Cuartel de la Misericordia conserva su nombre de la antigua institución de beneficencia fundada por el cardenal Lorenzana. Durante muchos años ha sido utilizado por el Ministerio de Defensa hasta el momento en que se plantea la desaparición del Regimiento de Artillería (RAIL) de Ciudad Real. En ese momento se inician las negociaciones entre el Ayuntamiento de Ciudad Real y el Ministerio de Defensa para lograr su recuperación para la ciudad. Durante muchos años, los terrenos del Cuartel de Artillería eran señalados en el Plan General de Ordenación Urbana como un Plan Especial de Reforma interior en la espera de abordar una renovación urbanística de la zona. Pero es en el momento en que se deja de ocupar por el RAIL cuando esto empieza a ser posible.
Tras largas
negociaciones entre ambas instituciones se llega a un acuerdo por el cual gran
parte de los terrenos (unos 50.000 metros cuadrados) pasarán a manos del
Ayuntamiento de Ciudad Real produciéndose la recalificación de una parte de los
terrenos propiedad del Ministerio de Defensa para edificación residencial. Este
proceso se completará con la revisión del Plan General de Ordenación Urbana de
Ciudad Real en 1990. El plan se aprobará inicialmente en octubre de 1990,
provisionalmente en 1991 y definitivamente en marzo de 1992. En el intermedio
la Ley de Presupuestos de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha
establece la obligatoriedad de dedicar todo el suelo residencial procedente de
la propiedad pública, en Castilla-La Mancha, a viviendas a precio tasado. La
tramitación continuará posteriormente hasta que se llega a la firma de
escrituras en 1995 y a la cesión de los terrenos municipales (50.000 metros
cuadrados en los que se ubica el edificio del Hospital de la Misericordia) a la
Universidad según los acuerdos del Pleno municipal de marzo de 1995.
El amplio espacio de terreno comprendido entre la Ronda de Toledo y la calle Altagracia inicia así una renovación urbana y edificatoria de la zona: la construcción de las unidades habituales para estudiantes y profesores y la rehabilitación del antiguo Hospital de la Misericordia. El proyecto de residencia universitaria con una superficie de más de 14.000 metros cuadrados permitirá el alojamiento de unas 600 personas y cerrará el borde de la parcela en su extremo a la calle Santa Catalina.
El proyecto de
rehabilitación del Hospital de la Misericordia está siendo elaborado por el arquitecto
Ricardo López, de Rego y supone inicialmente la recuperación de la estructura arquitectónica
básica del edificio. La construcción se ordena en torno á dos grandes patios con
circulaciones en su entorno. En el centro del conjunto se sitúa la iglesia que
sobresale en su volumen del resto del edificio con dos plantas de altura. La
propuesta de actuación supone la recuperación de la estructura de forma clara
generando un conjunto de circulaciones en torno a los dos patios y situando
todos los espacios de uso en las fachadas exteriores. Se logra así una correcta
funcionalidad y una nueva definición de la estructura tipológica del edificio. Esta
organización se repite en las dos plantas que se comunican a través de núcleos
de comunicación localizados en los cuatro extremos del rectángulo. La nueva
funcionalidad concebida para el antiguo Hospital de la Misericordia tendrá un
doble acceso, en la Plaza de España y en su fachada posterior, que potenciará
su eje longitudinal.
En su interior dos aportaciones singulares valorarán el espacio de uso. Para albergar el uso por parte de los alumnos de la zona posterior se potenciará el acceso situado en el eje principal en su parte posterior cubriendo el gran patio de esa zona con lo que se logra 600 metros cuadrados como zona de espera, reunión y actividades diversas. El segundo elemento significativo a recuperar será la iglesia que ha sufrido un grave abandono y deterioro a lo largo de los años de su utilización. La rehabilitación como espacio unitario para actos solemnes supone la recuperación de uno de los ámbitos singulares del edificio como salón actos para actividades académicas y culturales. El espacio de iglesia tiene una altura mayor que el resto del edificio y está dividido en tres zonas con una cúpula central que se hacen patentes en el volumen exterior de la construcción como punto central de articulación general.
La entrega a la Universidad de Castilla-La Mancha del edificio y de los terrenos próximos por parte del Ayuntamiento de Ciudad Real supone una posibilidad significativa para el desarrollo de las actividades el campus de la ciudad. El amplio espacio disponible y el interés del edificio existente requiere una respuesta cualificada desde el punto de vista arquitectónico y urbanístico. La ubicación del Rectorado de la Universidad de Castilla-La Mancha en el edificio de la Casa de Caridad fundada por el cardenal Lorenzana supone la posibilidad de recuperar los valores arquitectónicos de este edificio para nuevos usos. Y junto a ello el inicio de un proceso que contribuirá a la recuperación de una zona de borde de la ciudad que inicia ahora la renovación. La proximidad del campus universitario en el otro margen de la Ronda de Toledo hace que los usos universitarios sean un buen camino para la recuperación de lo edificado y para la construcción de la ciudad.
Diego Peris. Diario “Lanza”, 3 de noviembre de 1995
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