Con fecha 9 del actual nos dice lo que copiamos a continuación a nuestro corresponsal de Ciudad Real:
También aquí la Providencia ha acudido con abundantes lluvias que aseguran la próxima cosecha si alguno de los muchos percances que el pobre labrador tiene hasta entrojar sus granos no viene a burlar sus esperanzas. ¡El cielo las cumpla!
Ya sea por efecto del tiempo, ya por falta de fondos, no hemos presenciado este año las buenas procesiones de Semana Santa que aquí se acostumbran. El pueblo quedó chasqueado el jueves y viernes Santo, cuajando las calles en expectativa de los pasos que los curas no han querido que salgan, según la general creencia, por cuya razón los hermanos o cofrades están muy disgustados, y muchos se despedirán, vista la tibieza religiosa que domina.
Ha muerto una preciosa hija del señor jefe político, que ayer fue conducida con toda la pompa posible, acompañada de toda la población, puede decirse, a la parroquia de Nuestra señora del Prado, donde se le cantó una solemnísima Misa de Gloria que ofició el señor Vicario eclesiástico.
La querúbica figura de tan tierna criatura era el objeto de un gentío inmenso, agrupado en derredor de la carroza elegante, vestida de seda, que conducía sus restos mortales en una sencilla pero elegantísima caja adornada de arcos de flores y guirnaldas.
Asistieron los cabildos de todas las parroquias, hubo multitud de luces y la música de aficionados.
Nos parece que el Sr. Maldonado, comandante general, y un pariente del Sr. Osorio hacían los honores del cortejo; y que el doliente padre, por la pérdida del objeto de sus delicias y embeleso, debe haber recibido el mayor lenitivo que puede templar las amarguras de este género: las simpatías de todo un vecindario que le circuía en su aflicción, sin distinción de matices ni reminiscencia alguna que pudiera debilitar tan sublime impresión.
Algún que otro grupo de facciosos se deja ver por los pueblos de la sierra y los inmediatos; pero a esta capital no se aproximan ni han vuelto a ocupar el llano desde la excursión á Torralba y el Moral.
Periódico
“El clamor público”, 14 de abril de 1849, página 4
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