La Semana Santa de Ciudad Real ha perdido a lo largo de los años, y más concretamente a partir de los años setenta del pasado siglo XX, ciertas costumbres que se han producido por la evolución de nuestra fiesta pasional; y otras que sin ser costumbres forman parte del propio ser de una Cofradía.
Imágenes sin recibir culto en su sede canónica: Hasta los años setenta del pasado siglo XX,
todas las imágenes titulares de las hermandades de penitencia de Ciudad Real, recibían
culto público en su sede canónica. Tras una mala interpretación de la reforma
litúrgica del Concilio Vaticano II por los sacerdotes de los años setenta de
nuestra ciudad, muchas de las imágenes que habían recibido culto en sus sedes
desde hace siglos, tuvieron que abandonar estas. La década de los años noventa
del pasado siglo, y la primera década del presente siglo XX, va traer consigo el
cambio de mentalidad de los sacerdotes de las parroquia de Ciudad Real, y
muchas de esas imágenes han vuelto a sus templos. Al día de hoy solo ciertas
imágenes de nuestra Semana Santa siguen si recibir el culto que merecen en su
sede canónica. Estas imágenes son la Virgen del Dulce Nombre de la Parroquia de
Santiago que se encuentra en el Convento de las
Hermanas de la Cruz; y las imágenes de la Parroquia de San Pedro de la Virgen del Mayor Dolor, que durante el
año se encuentra en la casa de hermandad del Silencio, el Cristo de la Oración
en el Huerto que recibe culto en la iglesia de las antiguas madres dominicas, el
Cristo del Encuentro que se encuentra al culto en la iglesia del Colegio de San
José, Jesús Caído que se encuentra en el Convento de las Hermanas de la Cruz y
la Virgen de la Amargura que se encuentra en la Casa de Hermandad de la
Soledad.
Montaje de los Pasos el Domingo de Pasión: En Ciudad Real hasta los años setenta del pasado siglo XX, todos los pasos de nuestra Semana Santa se encontraban montados en sus templos de salida el Domingo de Pasión. Al día de hoy solo mantienen esta costumbre las hermandades del Cristo de la Piedad y Nuestra Señora de los Dolores “Ave María en la Catedral”, la Hermandad de la Coronación de Espinas en la Parroquia de Santa María del Prado (Merced) y la Hermandad de Nuestro Padre Jesús Nazareno en San Pedro.
Pasacalles: Otras de las costumbres que comenzó a desaparecer también en nuestra ciudad a partir de los años setenta del pasado siglo XX, son los pasacalles. Estos consistían que, llegado el día de la salida procesional de la Cofradía, los hermanos, banda y portaestandartes eran citados en Casa del Hermano Mayor o en algún local institucional, donde se les ofrecía limonada y postres típicos de esta fecha. Desde este lugar se dirigían todos al templo de salida de la Cofradía.
Salida de su templo: Las cofradías de Ciudad Real siempre salieron
de templos, hasta la incorporación a nuestra Semana Santa de las hermandades de
la Parroquia de Nuestra Señora del Pilar en los años cincuenta del pasado
siglo, que durante algunos años tuvieron que salir de la Parroquia de San
Pedro, Santiago y la antigua iglesia de las Madres Dominicas de Altagracia,
hasta que en los años sesenta se construyeron los Guardapasos junto a la
Parroquia de Nuestra Señora del Pilar. En los años ochenta del siglo pasado se
restauró la Parroquia de Santiago, produciéndose el tapiado de la puerta por
donde salían las hermandades de la llamada “Pasionaria de Santiago”, y con ello
condenando a las hermandades percheleras a tener que salir en la actualidad
desde el Guardapasos de Semana Santa. En tiempos de párroco de Enrique Galán,
hubo un proyecto de construir frente a la parroquia, en el actual huerto urbano,
diferentes estancias parroquiales entre las que se encontraba un gran salón que
pudiera servir de lugar de salida de las hermandades. En la actualidad la Hermandad
del Cristo de la Caridad, realizó hace dos años la reforma de su paso para
salir del interior del templo, sin saber al día de hoy los motivos de peso que
los actuales párrocos tienen para negar la salida del crucificado de su sede.
Las hermandades de la Parroquia de Santo Tomás de Villanueva tampoco realizan su salida de su sede canónica, ante la imposibilidad de hacerlo por la estructura del propio templo. La Hermandad de Las Penas lo hace desde la iglesia de las Madres Carmelitas, mientras la Cofradía de la Flagelación lo hace desde el Guardapasos de Semana Santa, estando ahora mismo trabajando para poder construir un Guardapasos junto al templo parroquial.
Guardia Civil a Caballo: Mientras hubo en nuestra ciudad un cuartel de caballería de la Guardia Civil, delante de la cruz parroquial de cada procesión, se situaba una pareja de la Guardia Civil a Caballo en traje de gala, que daba gran vistosidad al inicio de la procesión.
Cruz Parroquial: Siempre fue costumbre en nuestra ciudad, que los diferentes desfiles procesionales fueran abiertos por las cruces parroquiales y ciriales de las diferentes parroquias, portadas por monaguillos que los diferentes párrocos preparaban para que la llevaran.
Los “Armaos”: La procesión del Martes Santo del Cristo de
Medinaceli y Nuestra Señora de la Esperanza, fue conocida en nuestra ciudad por
la “Procesión de Los Armaos”, por las compañías de soldados romanos que
acompañaban a la Hermandad del Cristo de Medinaceli.
Bengalas: La arquitectura e iluminación de nuestra ciudad ha cambiado mucho desde los años cuarenta del pasado siglo hasta la actualidad. Las calles de Ciudad Real fueron durante décadas estrechas y con poca luz. Por este motivo era costumbre que durante la procesión las diferentes cofradías quemaran bengalas junto a su imagen titular, para que la gente que contemplaba el desfile procesional pudiera ver las imágenes en todo su esplendor, buscando el pueblo muchas veces los lugares donde se quemaban.
Seguro que alguna costumbre desaparecida se me habrá
pasado, pero termino la entrada de hoy como la empecé, que algunas de estas ya
nunca volverán por la evolución de nuestra Semana Santa, pero otras forman
parte del mismo ser de cualquier cofradía, y deben ser restablecidas cuanto
antes.
perderemos hasta el conocimiento, estamos dejando entrar a otras culturas y abandonamos las nuestras., no es de ser muy inteligentes que digamos.
ResponderEliminar