La Semana Santa en Ciudad Real actualmente no pasa por sus mejores momentos, entre otros motivos por la poca implicación de los hermanos en las cofradías y hermandades durante todo el año, una Asociación de Cofradías a la deriva, unas administraciones que no colaboran como debieran con la única celebración en la ciudad pone miles de personas en la calle durante siete días, y la poca sensibilidad de ciertos sacerdotes en determinadas parroquias, que aún no tienen claro que una hermandad esta para rendir culto público a determinada imagen del Señor y de la Virgen, y que estas deben estar al culto en sus respectivas sedes canónicas.
Llevo toda mi vida en el mundo de las
cofradías y hermandades de Ciudad Real, y por lo que me cuentan y percibo cada
vez son menos la gente que se compromete para ser miembro de una Junta de
Gobierno, y mucho menos a ser Hermano Mayor. Las cofradías y hermandades
no son entes ajenos de la sociedad en la que nos ha tocado vivir, donde cada
vez existe menos compromiso y menos tiempo para todo. La no implicación de los hermanos en formar
parte de las juntas de gobierno viene motivada por el duro trabajo que estas
tienen que realizar para que veamos a la cofradía esplendorosa en el día de su
salida. Hay que dedicar mucho tiempo en limpieza de pasos, montajes,
cultos, etc… a ello hay que sumar que, por el simple hecho de pertenecer a una
junta de gobierno, se está comprometido a asistir a la formación parroquial
para cofrades, involucrase en la vida parroquial, el Hermano Mayor debe hacer
un curso de pastoral impuesto desde el Obispado, y estar dispuesto a colaborar
en todo lo que se le pide desde su parroquia, es decir hay que dedicar horas y
horas de tu vida privada a servir a la cofradía y a tu parroquia, y todo eso
conjugarlo con el trabajo y la familia, lo que hace que cada vez exista menos
cofrades dispuestos a asumir cargos.
A todo lo expuesto
anteriormente hay que sumar el aspecto económico, con lo que los hermanos pagan
actualmente de cuota en las cofradías y hermandades de la ciudad, no da para poner
en la calle a la cofradía, mantener el patrimonio o aumentarlo, esto es también
gracias al esfuerzo de las juntas de
gobierno que tienen que vender papeletas de sorteos de lotería nacional durante
todo el año, vender papeletas de rifas, montar chiringuitos, casetas… es decir:
siempre son los mismos los que están para hacerlo todo.
Suelo no solo informarme de lo que pasa en las cofradías de mi ciudad y diócesis, sino que también suelo intentar informarme de lo que pasa en el mundo cofrade de la geografía española, y tengo que manifestar con tristeza que mientras en muchos lugares se fundan nuevas cofradías, se incorporan nuevos pasos y existe una gran actividad cofrade; la Ciudad Real Cofrade languidece, con apenas actividades que involucren a las hermandades y los cofrade de la ciudad, disminuyendo la nómina de hermanos en general.
Es verdad que cada
hermandad es un mundo, cada una con sus peculiaridades, su idiosincrasia, de
penitencia, de gloria, de silencio o de música, de centro o de barrio, etc… y
que muchas veces las hermandades si tienen a su frente a personas dispuestas a
trabajar, con ideas y a renunciar a parte de su vida privada para dedicarla a
la hermandad, realizando las cosas con gusto y bien hechas, esas hermandades
son foco de atracción para muchas personas y su auge esta hay presente siendo
referente en nuestra ciudad cofrade.
Por desgracia hay
personas que llegan al cargo de Hermano Mayor o a pertenecer a una junta de
gobierno sin tener la menor cultura cofrade, y eso ve reflejado a la hora de la
puesta en la calle de la cofradía, sin gusto, ni criterio y dando bandazos, lo
que hace poco atractivas esas hermandades.
Otros de los temas que
nos diferencia a las hermandades de Ciudad Real de las del resto de España, es
que muchas imágenes titulares no se encuentran al culto en sus sedes canónicas,
lo que no facilita la captación de nuevos hermanos de carácter devocional, si
las imágenes titulares se encuentran escondidas sin que nadie las vea y las
pueda rezar, como se pretende que ciertas hermandades de nuestra ciudad aumenten
la nómina de hermanos y el número de hermanos que vistan su túnica. Demasiado
hacen esas juntas de gobierno en mantener la hermandad y ponerla en la calle.
De la ayuda de las administraciones hablaré
el próximo día y de la Asociación de Cofradías ya dije lo que pensaba en mi primer
“Sayón cofrade”; pero si metemos en una coctelera y la batimos con todo los
temas aquí expuestos, el resultado es que tenemos en una gran mayoría de hermandades
y cofradías donde no se encuentra el recambio de cofrades a la hora de dedicar
parte de su vida a trabajar por su cofradía, limitándose solo a participar el día de su salida
procesional, sin recambio generacional que peligra el futuro inmediato de las
mismas.
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