Las 1ª Jornadas de Historia de Ciudad
Real (9ª que organiza la “Biblioteca Oretana”) que con el epígrafe “Alarcos y
su contexto histórico”, se iniciaron ayer en el Museo Municipal López Villaseñor, nos mostrará en la última conferencia que pronunciara mañana viernes, José Gonzalez Ortiz,
sobre “Alarcos, la ciudad fantasma, sus divinidades y vírgenes peregrinas”, a la “desconocida” y “reinventada” para la ocasión Esfinge ibérica
de Alarcos, depositada en el Museo Provincial de Ciudad Real, a la que le falta
desde su hallazgo la cabeza y rostro y que para esta ocasión(como se hace con
otras piezas arqueológicas a las que se le incorporan idealmente elementos
destruidos ó perdidos), se le ha reconstruido imaginariamente la cabeza y
rostro.
La esfinge de Alarcos fue hallada por el
antiguo santero mientras araba al pie del cerro. Labrada en piedra caliza,
presenta diferentes deterioros entre ellos la falta de la cabeza y rostro, por
detrás conserva el resto metálico de una sustentación de hierro tipo argolla
para ser fijada a una pequeña construcción del que formaría parte visible y
estética. La misteriosa esfinge de Alarcos es una de las piezas más
representativa y llamativa del poblamiento ibérico y única en el territorio
provincial. De acentuado significado religioso, está formada por un cuerpo de
león, alas de ave y cabeza humana (que falta en el original como se ha
referido) ¡posiblemente femenina! Las esfinges en la protohistoria aparecidas
en el territorio peninsular, eran –además de otros cometidos- consideradas como
protectoras místicas y cuidadoras de las moradas de los difuntos. Fueron
consideradas un símbolo funerario.
La Esfinge de Alarcos ha sido fechada
entre finales del siglo VI y 2ª mitad del siglo V a. d. C. Han trascurrido algo
más de 2500 años desde entonces y ahora, como he referido, idealizada y por
primera vez, a través de una representación grafica, se le ha incorporado el
rostro imaginado que le faltaba. Las Esfinges protegían cadáveres incinerados,
guardados en urnas en espacios fúnebres, así como algunas de sus pertenencias y
su función era apotropaica (del griego), mecanismo de defensa para alejar el
mal, infundir miedo y así proteger de una acción mágica maligna al incinerado,
por otro lado tenían también la función psicopompo (del griego) que era la de
transportar el alma del difunto al más allá, de ahí las alas para dar idea de
vuelo, viaje, desplazamiento, todo en un cuerpo generalmente de león.
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