En el primer tramo de la calle Postas,
convivieron a lo largo de décadas, diferentes droguerías y perfumerías, una de
ellas se encontraba en el edificio modernistas de la calle Postas, 2, Droguería
Antonio. La droguería recibía este nombre del propietario de la misma, Antonio Díaz
Moreno, y estuvo abierta al público desde la década de los años cincuenta del
pasado siglo XX, hasta los años noventa del mismo siglo.
Anteriormente a esta Droguería, el local estuvo ocupado por el despacho de aceite y jabones de José Parra, que tenía el molino de aceite y la fábrica de jabones, enfrente a la Plaza de Toros. Este despacho de aceite, junto a los aceites Andrés Rodrigo, eran los únicos en Ciudad Real que podían vender aceite, en la postguerra española con las cartillas de racionamiento, alternando la venta cada mes, cada uno de los despachos de aceite.
Anteriormente a esta Droguería, el local estuvo ocupado por el despacho de aceite y jabones de José Parra, que tenía el molino de aceite y la fábrica de jabones, enfrente a la Plaza de Toros. Este despacho de aceite, junto a los aceites Andrés Rodrigo, eran los únicos en Ciudad Real que podían vender aceite, en la postguerra española con las cartillas de racionamiento, alternando la venta cada mes, cada uno de los despachos de aceite.
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