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viernes, 28 de agosto de 2020

EL MONASTERIO DE LAS CONCEPCIONISTAS FRANCISCANAS


Exterior del monasterio de las concepcionistas, fotografía de Julián Alonso años cuarenta

El convento de la Concepción de Ciudad Real, tiene su origen en un beaterio del S.XVI, «de la Purísima Concepción», que había sido creado por don Juan Beltrán de Guevara, que era, entonces, obispo de Vich, estas beatas profesaban bajo la Tercera Orden de San Francisco. El beaterio se localizaba en la calle «del Hospital de la Mejora» actual calle de Ramón y Cajal. Este beaterio quedo pequeño, y estas religiosas aceptaron la hacienda que dona D. Luís de Mármol, escribano de la Chancillería de Granada, para cambiar de hábito, tomando el de la Purísima Concepción, el 24 de junio de 1527, profesando la clausura según lo dispuesto por el Concilio de Trento y Constituciones Pontificias, ocupando el Monasterio fundado con el nombre de Santa María de Jesús y de la Concepción, conocido popularmente en Ciudad Real como “Terreras”, siendo este convento el quinto de la Orden Concepcionista de Castilla.

Este espacio era conocido como el «terrero», de ahí que se las conozca tradicionalmente, como «monjas terreras». El número de religiosas establecido por el fundador fue de cuarenta. En 1869, el número era de 11. Ya en 2009, la falta de vocaciones, provocó el traslado de las últimas monjas a la localidad sevillana de Osuna.

Es el único Monasterio de las Concepcionistas de un estilo transitorio entre el último gótico y el Renacimiento, llegó a tener muchas posesiones como, panaderías, como la de la calle Toledo, Molinos de aceite, como el de la calle Cañas y Pozos de Nieve.

Vista de un patio del monasterio de las concepcionistas, fotografía de Julián Alonso de 1949

Del monasterio construido en el siglo XVI, el exterior es lo más importante. Aparecen contrafuertes, de alta envergadura, cubiertas a tres aguas con teja curva que encuadra la portada a manera de nártex. Toda ella es de fábrica de pequeños tapiales de mampostería con abundantes aparejo de ladrillo en verdugadas y ángulos, todo visto, esto apoya en un cimiento de mapuestos. La cubierta es a dos aguas en la nave y a cuatro en el crucero, fundado sobre formas de madera y acabadas en teja curva. En el pie de la iglesia se alza un cuerpo rectangular de ladrillo de dos plantas por encima de la nave. La última de estas plantas con terraza cubierta y con típicas celosías de clausura, tiene un voladizo que apoya en un alero producido por una serie de canes unidos por pequeños arcos. Sobre el muro, por encima del nártex, aparece la espadaña que pudiera ser posterior al conjunto; está formado por ladrillo, dos arcos de medio punto y un remate típico barroco.

La iglesia de estilo basilical. La capilla mayor y el cuerpo de la iglesia están separados mediante un gran arco de medio punto sustentado por dos gruesas pilastras con columnas adosadas que descansan sobre un enorme plinto. La altura del arco es bastante inferior a la nave, hasta el punto de que no se puede contemplar la cubierta que cierra el presbiterio. La restricción del campo de visión del fiel introduce una clara compartimentación del espacio.

Otro de los patios del monasterio, fotografía de Julián Alonso de 1949

De las dependencias del Monasterio destacaba la Sala Capitular por sus dimensiones y artesonados. Aquí se guardaba una talla de la Virgen, conocida como “La Porterita”, sin duda la escultura más antigua, curiosa y valiosa de la Virgen María que existe en la ciudad. Ésta, tras la marcha de las monjas Concepcionistas de Santa Beatriz de Silva de nuestra ciudad en el verano de 2009, pasó al Obispado, su actual propietario, y se puede ver ahora en el Museo Diocesano, tras permanecer oculta durante siglos en la clausura del monasterio.

La Porterita, nombre popular que recibe por la ubicación que tenía en el monasterio al estar primitivamente en la portería de la clausura del mismo, es una talla anónima de la Baja Edad Media, entre los siglos XIV y XV, sedente en trono con molduras que sostiene con su mano izquierda al Niño, sentado sobre su rodilla izquierda. Es de madera dorada y policromada, con unas dimensiones de 41 centímetros de alto, por 12 centímetros de alto, por 12 centímetros de ancho y una profundidad también de 12 centímetros.

Imagen de la Virgen María conocida como “La Porterita”, fotografía de Julián Alonso de 1945

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