Bajo un respetuoso
recogimiento y en medio de un clima de oración y meditación, la Hermandad del
Silencio realizó este sábado por la noche una procesión extraordinaria por las
calles de Ciudad Real dentro de uno de los actos que ponen el colofón al 80 aniversario
de la Hermandad
A las diez en
punto de la noche, y presidida por don Iván Bastante Villaseñor, que fue el
encargado de predicar las meditaciones, la estación de penitencia
extraordinaria salió de las puertas de la Iglesia de San Pedro para recorrer
las calles General Rey, Mata, Compás de Santo Domingo, Lirio, Quevedo, Refugio,
Calatrava, Norte, Plaza de Santiago, Ángel, Estrella, Luz, Calatrava, María
Cristina, Cruz, Paloma y Ruiz Morote, para volver a hacer su entrada en el
tempo parroquial pasadas las 0,00 horas.
Tras el estandarte
corporativo de la Hermandad, salieron en la estación de penitencia
extraordinaria y llevados por portadores, el Cristo de la Buena Muerte, sobre
un catafalco, y la Virgen del Mayor Dolor, que lucía sobre un pequeño paso que
ha sido incorporado recientemente al cortejo. De esta manera, tanto el Cristo
como la Virgen no lucieron sus tronos habituales, sino que salieron en unos de
dimensiones más reducidas.
En medio de una
agradable noche de finales de verano, el centro de la ciudad fue el escenario
de las meditaciones de las Siete Palabras recogidas en el Evangelio en la que
participaron las hermanas y los hermanos del Silencio, vestidos de negro o con
ropa oscura, con la cara descubierta y alumbrando con los cirios eléctricos tan
característicos de la Hermandad. Durante el recorrido también se vieron
arropados por el resto de hermandades de penitencia que hay en Ciudad Real.
La procesión
extraordinaria de la Hermandad discurrió en silencio y sobriedad, con un gran
número de devotos a la salida del templo, por el apego que le tienen los
ciudarrealeños y también favorecida porque la lluvia respetó el buen desarrollo
de la actividad.
Entre las
autoridades que acompañaron al Cristo de la Buena Muerte y a la Virgen del
Mayor Dolor estaban el alcalde de Ciudad Real, Francisco Cañizares, el primer
teniente de alcalde, Ricardo Chamorro, así como otros concejales del equipo de
Gobierno.
El hermano mayor,
Ángel Ruiz-Moyano, destacó el respeto y la entrega de todos los participantes y
recordó que esta es “una de las últimas actividades” de todas las que han
ido celebrando en este 2023 con motivo del 80 aniversario de la Hermandad.
Desde su punto de
vista, celebrar 80 años supone “un motivo de responsabilidad”, al señalar que
la Hermandad del Silencio “tiene una gran importancia y es señera dentro de la
capital”.
Ruiz-Moyano
explicó que durante el sábado por la noche los hermanos y hermanas “salieron a
la calle para meditar las Siete Palabras que Jesucristo pronunció en la cruz y
que se encuentran recogidas en los textos evangélicos”.
En este sentido
recordó que el pasado jueves se celebró el día de la Exaltación de la Cruz,
mientras que el viernes tuvo lugar el día de la Virgen de los Dolores en el
calendario litúrgico, motivo por el cual “hemos aprovechado las palabras de
Cristo en la Cruz, encajándolo dentro de las actividades de nuestro 80
aniversario”.
Para poder
realizar esta procesión, la Hermandad del Silencio tuvo que pedir permiso al
Obispado de Ciudad Real, pues, al ser una actividad extraordinaria, se sale de
los estatutos.
Los actos de
celebración del 80 aniversario
de la hermandad, se
iniciaron en el mes de marzo con la presentación del cartel conmemorativo,
creado Óscar Patón, con todas sus simbologías.
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