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domingo, 14 de enero de 2024

CIUDAD REAL EN LA OBRA “VIAGE ILUSTRADO EN LAS CINCO PARTES DEL MUNDO” PUBLICADA EN 1852

 

Vista de las antiguas murallas de Ciudad Real. Fotografía coloreada de Julián Alonso


Desde Fuente el Fresno a Ciudad-Real, no hay más que cinco leguas. El aspecto desde lejos que presenta esta capital es bastante agradable por sus muros y edificios y arboledas que la rodean; pero de cerca desmerece este cuadro. Ocupa un grande espacio, pues su circunferencia se acerca a una legua, aunque no tiene más que mil cuarenta y dos casas. Era esta ciudad en otro tiempo una pequeña puebla o aldea de la villa de Alarcos y se llamaba Puebla del Pozuelo y después Pozuelo Seco de Don Gil. El año 1262, en un viaje que el rey don Alfonso el Sabio hizo a Andalucía, pasó por este lugar, predándose de su situación, resolvió edificar allí una villa grande y hermosa, y al efecto tiró de la espada y trazó con ella el recinto que debía ocupar y donde aún hoy se alzan las murallas. Algunos años después, el de 1273, el mismo monarca despachó desde Burgos un privilegio por el que mandaba que Pozuelo Seco de Don Gil, se denominase Villa-Real, y la concedió gracias, franquicias y termino propio, ordenando también viniesen a avecindarse en ella varios caballeros que dieron origen a las familias nobles que aún subsisten. El Infante primogénito don Fernando de la Cerda (1) llegó a Villa-Real en 1275, apenas tuvo noticia de la rota y muerte del arzobispo de Toledo en una batalla que diera a los moros, y en la misma población murió a los pocos días. Fue en seguida su hermano don Sancho con don Lope Díaz de Haro, señor de Vizcaya, y dio principio a sus pretensiones al trono de su padre. Alfonso XI recibió aquí una embajada del rey de Marruecos, y celebró Cortes el año 1346. En el de 1381 obtuvo el señorío de Villa-Real León V, rey de Armenia, por concesión de don Juan II, y este mismo en 1420 dio a esta población los títulos de Muy Noble y muy Leal ciudad de Ciudad-Real, y algún tiempo después el privilegio del Voto en Cortés. El referido rey don Juan II se hallaba en Ciudad Real el año 1431 cuando ocurrió un terrible terremoto. Enrique IV concedió varias mercedes a esta ciudad y estuvo en ella de paso para Andalucía. Desde los principios de las contiendas entre la Beltraneja e Isabel la Católica, abrazaron los vecinos de Ciudad-Real el partido de esta, que los recompensó estableciendo el tribunal de la Inquisición, y la real Chancillería, que fueron después trasladados a Toledo y Granada. En 1508 tuvo lugar una terrible inundación y otra en 1803. Las armas de Ciudad-Real consisten en la efigie de Alfonso el Sabio, su fundador, sentada en el trono con espada y globo en las manos.




La Plaza Mayor forma un paralelogramo rectangular de 150 pasos de largo y algunos menos de ancho, y a ella van a parar las principales calles, que son llanas, espaciosas y rectas. Los principales edificios son la parroquia de Santa María, del género gótico, y con una sola nave, pero de gran mérito, y un hermoso altar mayor (2); la parroquia de San Pedro, cuyo templo, consta de tres naves, la iglesia de la Merced, el convento del Carmen, el hospicio (hoy cerrado), la cárcel de la Hermandad (3), la casa de ayuntamiento y la plaza de toros.

Hay en la ciudad tres parroquias, tres conventos de monjas, cinco que fueron de religiosos, instituto de segunda enseñanza, dos cuarteles, dos hospitales y un hospicio. La industria consiste en telares de paño pardo, batanes y telares de lienzos lisos y labrados. Celebrase aquí un mercado los sábados, y feria en el mes de agosto. Perteneció Ciudad-Real al arzobispado de Toledo, pero ahora, en virtud del nuevo concordato, formará diócesis independiente, y como capital de provincia y de partido judicial es residencia del gobernador, comandante general, juez de primera instancia, y de las oficinas correspondientes. La población consiste en 2.047 vecinos o sean 10.235 habitantes.

 

Viaje Ilustrado en las cinco partes del mundo. Tomo II. Madrid 1852

 



(1) Se llamó así por haber nacido con un lunar en la espalda de donde salía una crecida cerda. De él descienden los Duques de Medinaceli.

(2) En él está colocada en un bello tabernáculo la imagen de Nuestra Señora del Prado, patrona de la ciudad, la que es muy antigua, como que perteneció al rey Alfonso VI. Entre otros muchos vestidos que tiene esta efigie, se conserva uno regalado por San Fernando, de tela de oro y plata. De las bóvedas de la capilla mayor cuelgan los pendones que se usan de las proclamaciones de los reyes. La torre es muy elevada y de construcción moderna, y en ella está una campana que es donación de San Fernando. El clero de este templo se compone de un cura párroco, tres tenientes y siete capellanes.

(3) Este nombrado tribunal se fundó en 1254 con el motivo siguiente. Habiendo venido San Fernando a visitar a doña Berenguela, su madre, que desde Toledo saliera a encontrarla, y que estaba alojada en la casa de un rico hombre llamado don Gil Turro Ballesteros, fue informado por este de los males y vejaciones que ocasionaban en el país ciertos bandoleros llamados Golfines, acaudillados por un tal Camena. El santo rey recordó crear tres audiencias, que denominó hermandades, en Pozuelo de Don Gil (hoy Ciudad Real), en ventas y Talavera de la Reina, dividida en cada una en tres cuadrillas “de cazadores, colmeneros, y hortelanos y gente montarat”. Este instituto fue confirmado por la Santa Sede y obtuvo grandes privilegios. La hermandad de Ciudad Real tenía entre otros la de juzgar por sí misma a los delincuentes que aprendía, los que ataba a los árboles y asaeteaba o ejecutaba de otro modo en el cerro de Peralvillo, legua y media de la ciudad. Este tribunal duró hasta 1835.


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