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viernes, 7 de julio de 2017

HISTORIA DEL CINEMA PROYECCIONES: PELICULAS, PRECIOS Y LA GUERRA



La película con que se inauguró el local fue una película alemana, de la inolvidable pareja Jan Kiepura y Martha Egert y que se tituló “Paso a la Juventud” que distribuía Ufilms y había producido la poderosa marca alemana UFA, que andando el tiempo produciría en aquel país famosas películas  españolas con las estrellas de moda, que lo eran por entonces Imperio Argentina y Miguel Ligero, que hubieron de aprender alemán. De aquella época son aquellas  “Carmen la de Triana”, “Suspiros de España”, “Goyescas”, etc.

Las sesiones comenzaron a las seis y media y a las diez de la noche. No hubo lleno total en las primeras funciones, tal vez por estar retraído el público que aún no asistía plenamente, masivamente, al espectáculo cinematográfico.  De ahí que en otras ciudades, como en Madrid se montara el cine, con el fin de fiesta. A eso se debió el retraimiento inicial, a eso y a que, el precio 3,50 butaca de patio, 2,50 entresuelo y una peseta general, parecía excesivo para la mayoría de los bolsillos de la época. Ese, al menos, fue el comentario general. Lo cierto es que a las primeras funciones sólo asistió un 70 por cierto del aforo, un setenta por cierto por la tarde y un 40 por cierto por la noche, por aquello de los fríos febrerinos, que eran de abrigo.

El precio de por entonces, el precio corriente, se entiende, era de tres pesetas los domingos. Por eso, hubo de revisar los precios, claro que el revisar de entonces  suponía,  de verdad, bajarlos  y no como ahora que cuando se habla de revisar tarifas, o precios significa que aquello de que  se trate va a dar un empujón hacia arriba.

De ahí que la empresa de los señores García-Ibarrola Santiago pensara  en incorporar de inmediato aquellas sesiones  que se hicieron célebres  en aquellos años. No se daba todos los días cine. Solo había unos tres días en semana, a excepción de aquellas en que la película del domingo “pegaba” que se repetía los lunes.


Así, fueron creadas las sesiones especiales llamadas: Día Fémina, que se hacia los martes. Era como su nombre indica función especialmente dedicada a la mujer, que entraba, siempre que fuera acompañada, completamente gratis. Si iban dos señoritas pagaban la mitad de precio que, en los días era de 1,50 butaca y 50 céntimos general. Ese día, por tanto podía ir  al cine una señorita por setenta céntimos a patio y por un simple real a general.

Luego estaban los jueves de moda, que costaba 1,25 y 50 céntimos respectivamente y se pasaba una película de estreno. En los sábados populares el precio oscilaba  entre 1 peseta y 30 céntimos. El domingo subía un poco y se ponía el cine a 2,50.

Como la cosa parecía no ir mal por este sistema y para evitar trastornos a los asiduos se inventó lo de los abonos de asistencia. Por eso muchas personas se abonaron a un número y a una fila, por una o dos o más entradas, con lo que tenían asegurada la entrada, por si había prisas  que, ciertamente con el tiempo las iba habiendo.

Las películas de aquellos tiempos  heroicos del Cinema Proyecciones, eran muy variadas. Todas ellas, como es lógico, sin doblar, con letreros en español; de ahí que cuando llegó la película “La novia de la suerte” interpretada por Barbará Stanwick que era de un diálogo denso,  la empresa creyó que la sucesión de tanto letrero llegaría a ser fatigosa para el espectador. Entonces, haciendo un alarde de gran interés hacia el público, los señores Garcia-Ibarrola Santiago, dispusieron que partiera un coche hacia Madrid con el fin de contar con otra película distinta, de menos dialogo y más acción, que era, lo que gustaba por entonces más, puesto que no tenían que perder tiempo en la lectura de los textos.

La primera película doblada al español que se proyectó en el Proyecciones con gran afluencia de público , por la novedad que suponía el doblaje, fue “Fruta Verde”, se proyectó el 24 de marzo de aquel mismo año, es decir unos días antes de cumplirse el mes de vida del nuevo cinema. Era un film interpretado por Francisca Gall, de la Universidad  y que, por supuesto tuvo un gran éxito.


Por entonces se proyectó en el citado local “La Taquimeca se casa”, una película “muy francesa” de Selecciones Verdaguer;  “Vuelas mis canciones” que causó un gran impacto en el público; “Madame Dubarry” de Dolores del Rio, etc., etc.

La clase de cine que mas gustaba por entonces, en eso han variado poco los gustos, eran aquellos melodramas , llorones que había y comedias ligeras con ciertos tintes frívolos.

Aquel mismo verano de 1935  se inauguró la terraza, fue el 19 de junio y la terraza se llenó totalmente y acogió la modalidad con autentica ilusión, puesto que la “sala”, no muy grande, era acoda, aunque algunas personas  les supusiera molestia el subir los escalones.

Al año siguiente , el 18 de julio, fecha del Alzamiento Nacional, se estaba proyectando la película  de Harold Lloyd “La vía láctea”, de la Paramount.

Las autoridades,  para aparentar normalidad, que no había, por supuesto en la ciudad, ordenó que se continuara dando la película y así se hizo con la menor cantidad de público habido a lo largo de toda la historia de este local.  Solo había en la terraza dos o tres personas cada noche. Se hicieron gestiones y entonces se dispuso, bajo el pretexto de que la aviación no sorprendiera, que se suspendieran las funciones. Cosa que se hizo inmediatamente.

La terraza no volvió a abrir sus puertas hasta bastante después de terminada la guerra de liberación, pero después de unos días de aquello, el cine volvió a abrir sus puertas, incautado ahora por el llamado comité local de espectáculos públicos, dependientes  de la U.G.T.  Lo mismo hizo esta organización marxista con los demás locales.

Emilio Arjona, diario “Lanza, sábado 5 de marzo de 1966, página cuatro


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