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lunes, 20 de octubre de 2025

EL ORFEÓN MANCHEGO

 



Traemos hoy, también, a nuestras páginas a D. Salomón Buitrago, Maestro de Capilla de la S. Iglesia Catedral, fundador y director que fue de la Agrupación musical más importante y de más categoría que ha habido en nuestra ciudad.

El Orfeón Manchego, compuesto por cerca de cien voces en sus siete cortos años de existencia, llegó a adquirir una fama y un prestigio extraordinarios, que rebasaron los límites de nuestra provincia. Sus actuaciones se contaban por éxitos clamorosos, siempre bajo la dirección y al ritmo de la mágica batuta de D. Salomón.

Obras difíciles y de envergadura: de Perosi, Wagner, Borodin Haendel, etcétera. Zarzuelas de categoría: «Bohemios», y «La Viejecita», figuraban en su repertorio. D. Salomón preparaba y dirigía todo, con un trabajo agotador y una paciencia infinita, ya que muchos de los componentes de la masa coral, desconocían el solfeo y no tenían nociones de música.

La guerra, que acabó con tantas cosas buenas, puso fin a aquella magnífica agrupación musical que tan alto llevó el pabellón cultural de Ciudad Real.

D. Salomón con treinta años más que entonces, el pelo ya blanco, pero con la misma simpatía y agrado de siempre, ha contestado así a nuestras preguntas:

—¿En qué fecha se fundó el Orfeón Manchego y quiénes fueron sus directivos?

—El Orfeón Manchego se fundó en el año 1929 y los directivos fueron un grupo de jóvenes que, con gran entusiasmo, secundaron mis iniciativas: Donado, Arteche, Ruyra, Bermúdez, Canales, Castro, Sánchez de la Nieta, Manjavacas, etc., etc.

—¿Qué actividades había dentro de esta entidad cultural?

—La preparación de obras de tipo folklórico y algunos de polifonía antigua y moderna, las grandes misas primera y segunda pontifical del Maestro Perosi, y un número escogido de obras para coro y orquesta, como la gran marde Tanuasery y el Coro ce Peregrinos de Wagner, El Principe Ygor, de Berodín, el Alleluya de Haendel, Unas canciones de Ravel, el Coro de Bohemios y la Jota de la Dolores, obra que vino a dirigir el Maestro de la Coral de Madrid, D. Rafael Benedito, quedando muy satisfecho y elogiando la labor realizada por la Coral.



—El director de la Coral era usted como bien recuerdo, ¿quién dirigía las diferentes actividades de la Agrupación?

—Las otras actividades las dirigía D. Cipriano Arteche, gran entusiasta de la obra. Se creó un cuadro artístico que puso en escena las obras siguientes: «El puñao de rosas», «La Viejecita», «Bohemios», «Los claveles», «Agua azucarillos y aguardiente», «El cabo primero», obteniendo con su interpretación un gran éxito.

—Háblenos de la importancia que llegó a adquirir el Orfeón.

— La Coral llegó a tener gran importancia, por los elementos que la integraban y por el repertorio tan escogido que ejecutaba. Recorrimos gran parte de los pueblos de la provincia y también de las de Cuenca y Toledo, tomando parte en las funciones religiosas y en los conciertos.

Consolidada la agrupación y obtenida una pequeña subvención de la Excma. Diputación Provincial de tres mil pesetas anuales, se nombró una junta Directiva integrada por los señores siguientes: D. Andrés Arteche, D. Ponciano Montero (Pepe Patacón), D. Cipriano Arteche y el Director de la Coral. Su primer acuerdo fue crear una Academia de Música, nombrando para las distintas enseñanzas a los profesores de la localidad, D. Aureliano Bermúdez, D. Daniel del Rincón, D. Joaquín Bermúdez y D. Cristóbal Ruyra, consiguiendo, debido a mis gestiones, que fuera patrocinada por los Profesores del Conservatorio de Música y Declamación de Madrid, y ya el año 1935, vinieron a la inauguración del curso. Presidieron dicha inauguración los profesores de armonía D. Benito García de la Parra y D. Emilio Alonso, el profesor de órgano, D. Bernardo Gabiola y el profesor de violín, Sr. Francés.

— ¿Cuál fue la causa de su desaparición?

— La causa de su desaparición, fue la guerra. Los dos pianos y un armonium que con los ingresos de nuestras actuaciones habíamos adquirido, desaparecieron, juntamente con las obras del repertorio.

— ¿No sería posible volver a dar vida a aquélla importante Agrupación musical?

— Yo creo que sí. Pero hacen falta hombres entusiastas, juventud que se encariñe con la obra y un hombre con vocación de benedictino.

Esto es lo que nos contestó D. Salomón, y a sus últimas palabras hemos de añadir, que a nuestro entender, hoy por hoy, el único hombre con vocación y capaz de revivir el desaparecido «Orfeón Manchego», sería él. Pero también creemos que las dificultades serían muy superiores a las del año veintinueve. La vida ha cambiado totalmente y exige de nosotros, de todos, cada día, más y más, hasta el límite. No queda tiempo, desgraciadamente, para dedicarlo a estas manifestaciones del espíritu.

R. G. D. Boletín de Información Municipal, Núm. 10 Agosto de 1963



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