La
ciudadrealeña calle Estación Vía Crucis en los años cuarenta del pasado siglo
XX, la casa que está marcada con una X, era la casa de D. Julián Alonso (Archivo López de la Franca)
Ya he hablado muchas veces en mi
blog, del Catedrático que llegó a ser Cronista de Ciudad Real, D. Julián Alonso
Rodríguez. Persona que luchó para conservar el patrimonio de nuestra ciudad,
dando a conocer la historia de la misma a través del periódico “Lanza” y de
muchas otras publicaciones. Tanto amó Julián Alonso a Ciudad Real, que hasta
su casa en la calle Estación Vía Crucis la dejó tras su muerte, para que fuera “Museo
Histórico, Artístico y Sentimental de la Provincia”. Pero una vez más, la
nefasta gestión de los políticos de nuestra ciudad y provincia en temas relacionados con la conservación de nuestro patrimonio, hizo desaparecer el gran
legado de Julián Alonso.
Julián Alonso Rodríguez falleció el 12
de mayo de 1963 a los 63 años de edad, sin descendencia directa, ya que era
soltero, dejando todos sus bienes a su hermana también soltera, Mariana Alonso Rodríguez y una vez fallecida
esta ordenó en su testamento, que todo
su patrimonio histórico, artístico y documental, así como su casa de la calle
Estación Vía Crucis número 3, fuera entregado a la Diputación Provincial de
Ciudad Real, con el único fin de convertirlo en “Museo Histórico, Artístico y
Sentimental de la Provincia” .
Mariana Alonso Rodríguez falleció el 9
junio de 1977, por lo que una vez fallecida la única heredera de D. Julián
Alonso, se procedió a dar cumplimiento a
lo establecido en el testamento de D. Julián Alonso, por parte de los albaceas
que el dejó previamente establecidos, entregando su casa de la calle Estación
Vía Crucis a la Excma. Diputación Provincial. En el testamento D. Julián Alonso deja claro que
la deja a la institución provincial: “con
el exclusivo fin de dedicarla a museo histórico, artístico y sentimental de la
Provincia, dándole el nombre del testador y conservando en él, sin modificación
apreciable la habitación y los muebles que integran la casa, en memoria de sus
padres y hermanos, en recuerdo suyo, montando en una habitación los pobres
muebles de su despacho, todos sus libros, colecciones de fotos, clichés,
tarjetas, etc. así como los cuadros de valor, reloj, etc. y el busto en talla
de madera de Don Quijote. De todas estas cosas y otros muebles hace donación a
la Diputación sólo con ese expresado fin. Como condición precisa para las
donaciones citadas de casa y dichos muebles y objetos, está la no enajenación
de ello y la modificación sustancial de la traza de la casa a pesar de las
obras precisas de saneamiento, mejora, adaptación y reparación, pues desea
conservar el carácter modesto y característico de la casa de su pueblo ya que
es su intención hagan de la suya un rincón íntimo de recuerdos del pasado y
porvenir de su Provincia, después de servir para meditación y estudio a
generaciones futuras”.
Zaguán
de entrada de la Casa de D. Julián Alonso (Archivo López de la Franca)
La casa de D. Julián Alonso era una típica
casa manchega, que guardaba en su interior un gran legado histórico y
artístico. Entre este legado se encontraba mobiliario de varios siglos, una
colección de bastones, relojes y abanicos de varios siglos de gran valor, cuadros,
joyas, esculturas entre la que se encontraba el busto del Quijote de Coronado y
una gran biblioteca formada por libros de texto de varios siglos, escritos
suyos, periódicos, revistas y su gran colección fotográfica etnológica y
patrimonial sobre Ciudad Real. Desde el fallecimiento de la hermana de D. Julián
Alonso y hasta el 9 de noviembre de 1978, la casa estuvo cerrada y fue sometida
a expoliación en repetidas ocasiones, tal y como denunciaron los albaceas y
debido al abandonó a que estaba sometido el inmueble por parte de la Diputación
Provincial, el arquitecto provincial emitió un informe el 24 de enero de 1984,
en el que pone de relieve que “lo
procedente sería efectuar la demolición y pasar a levantar una nueva
edificación. Pudiéndose, en esta nueva edificación, ubicar el legado Alonso Rodríguez”.
Así en dicha Comisión de Gobierno se acuerda la demolición del inmueble y
destinar la nueva edificación a fines públicos de interés cultural y el primer
piso de esta nueva edificación a museo del legado Alonso.
Pero este primer fin de la nueva
edificación tampoco se cumplió y la Diputación Provincial destinó el solar de
la casa de Alonso a viviendas, quedándose
la primera planta de este nuevo edificio para destinarlo, en un primer lugar, a sede
del Instituto de Estudios Manchegos, promesa que tampoco llegó a cumplir.
¿Y que fue del legado de Alonso? Gran
parte del legado de Alonso ante la desidia de los políticos, como ya dije
anteriormente fue expoliado y vendido a anticuarios, el mobiliario se perdió para
siempre, ya que al demoler la casa este se lo llevó la piqueta, y lo que se
salvó se encuentra metido en cajas en los archivos de la Diputación Provincial
sin inventariar, tan solo una parte de documentos se puede consultar.
Al final una vez más, se perdió parte de
nuestra historia local y provincial por los de siempre, la indolente clase política
ciudadrealeña en temas patrimoniales, no llegándose a cumplir los fines para lo
cual D. Julián Alonso Rodríguez dejó todo su legado.
El
busto de Don Quijote del escultor Felipe García Coronado también era propiedad
de D. Julián Alonso y formaba parte de su legado. Este busto fue también expoliado
y recuperado por la Guardia Civil en una tienda de antigüedades de Almagro
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