La imagen
canaria de la Virgen Dolorosa de Luján Pérez y la Virgen del Mayor Dolor de Raullel y Llorens ciudadrealeña
La talla de la imagen de la Virgen
del Mayor Dolor, titular de la Hermandad del Silencio, es una obra de arte de
los escultores valencianos, José María Rausell Montañana y Francisco Lloréns
Ferrer del año 1944, basada para su ejecución en la Dolorosa que se
encuentra en la Catedral de Canarias, obra del imaginero José Luján Pérez y terminada
en 1803.
Aunque el encargo de la talla de la
Virgen del Mayor Dolor y su ejecución, fue llevada a cabo por el entonces párroco
de San Pedro, Rvdo. Sr. D. Emiliano Morales, tal y como comenta el Hermano
Mayor de la Hermandad del Silencio en el especial de Semana Santa que publicó
el diario “Lanza” el 5 de abril de 1944, desconocemos si el basarse en la dolorosa canaria para la realización
de la imagen ciudadrealeña, fue por sugerencia del citado párroco, o la idea
nació de los propios escultores.
La
Virgen Dolorosa de Las Palmas de Gran Canaria, en su retablo de la Catedral canaria
Lo que sí está claro, como se puede ver
en las imágenes publicadas, que la Virgen del Mayor, es una obra inspirada
totalmente en la Virgen Dolorosa que se encuentra en la capilla del mismo
nombre en la Catedral de Canarias (Las Palmas de Gran Canaria). El
autor de esta imagen, Luján Pérez, es el máximo representante de la escultura
barroca canaria y está considerado el máximo exponente de la escultura en
Canarias y su artista más representativo. Es conocida como la Dolorosa de Luján
Pérez, por ser la obra cumbre de este autor.
Se trata de una escultura religiosa,
exenta o de bulto redondo, perteneciente al arte barroco canario del siglo XIX.
La imagen describe a la Virgen María al pie de la cruz de Jesús. Fue tallada
para verla desde una hornacina, por lo que el maestro no se esforzó en trabajar
el dorso. Los plegados posteriores del manto tienen por ello menos movimiento
que la parte delantera, cuyas vestiduras aparecen más agitadas, lo que confiere
a la imagen movimiento y efectos de luz. El movimiento de los paños contrasta
con la pasividad de su rostro, con ojos semicerrados y expresión triste. Es una
imagen realista, de fuerte espiritualidad y de gran elegancia formal y armonía
que se manifiesta en la pulcritud del acabado.
La
Virgen de Luján Pérez en su salida procesional la mañana del Viernes Santo
La imagen fue encargada por el deán de
la catedral canaria, Miguel Mariano de Toledo, para su oratorio privado. Hecho
el encargo, Luján empieza a trabajar en su nueva obra, para el rostro de la
Virgen y se inspira en una niña huérfana del vecino barrio de Vegueta, llamado
de San José, la niña se llamaba Josefa María Marrero. El 25 de diciembre de
1803, tal como indica Santiago Cazorla en su Historia de la Catedral de Canarias,
la imagen de la Virgen de los Dolores estaba terminada y el deán Toledo desea
tenerla con decencia en su casa para colocarla luego en el retablo, que también
costeó para la capilla secreta en la catedral, bendecida por el mismo deán en 1805. El retablo
de esta capilla fue costeado por el deán Toledo según consta en el acuerdo del
cabildo catedral transcrito del 22 de diciembre de 1803.
Desde 1928 realiza junto al Cristo de la
Sala Capitular su salida procesional en la mañana del Viernes Santo, en la
llamada procesión de Las Mantillas.
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Paso
procesional de la Dolorosa de Gran Canaria, obra del siglo XIX
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