Eran las once menos diez de la mañana de
anteayer cuando la pala excavadora arremetía contra un “gigante” que había “amedrentado”
al vecindario de nuestra ciudad durante años. El casetón del transformador de
la Plaza del Alférez Provisional comenzaba a ser derruido en presencia del
alcalde señor Selas y de los tenientes de alcalde, señores G. Toribio y Peral. También
eran testigos y protagonistas, el arquitecto municipal, señor Prieto, don Pedro
Santillán representante de Unión Eléctrica, el encargado de la Constructora
Mirasierra, Luis, policías municipales, trabajadores y algunos vecinos que
exclamaban, ¡Ya era hora!
Efectivamente ¡ya era hora! y desde
estas páginas hemos clamado porque este entuerto urbanístico se deshiciera.
Enhorabuena a todos, a la Corporación municipal que le ha llevado,
especialmente a su presidente, más de un año de intensas gestiones para que la
plaza quede como debió estar siempre.
Que esta loable persistencia en
solucionar problemas siga siendo la tónica que caracterice a nuestro
Ayuntamiento, al que hay que reconocer que, poco a poco, sin demasiada
espectacularidad, va cosechando logros.
Diario
“Lanza”, viernes 7 de agosto de 1981, página 3
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