En el mismo edificio del
"Cervantes" hubo siempre un bar, que servía de repostería al popular
coliseo, y que lógicamente llevaba el mismo nombre del autor del
"Quijote". Hace bastante tiempo fue su propietario Pedro Santiago y
después lo tuvo Germán Sánchez, por los años 40 repostero del Regimiento de Artillería,
para poco después hacerse cargo de este céntrico bar, que reformó en dos
ocasiones, modernizándolo, y que tenía siempre animadas partidas de dominó y
cartas. A la muerte del amigo Germán le sucedieron sus hijos hasta el derribo
del teatro.
El "Cervantes" tenía para los
periodistas de Ciudad Real un grato recuerdo. En su piso alto tuvo su domicilio
social la primitiva Asociación de la Prensa, durante varios años, a caballo de
las décadas 20 y 30. Nosotros alcanzamos las actividades de la Asociación ya
muy a última hora, pero el bueno de Julián Luciendo, con el que compartimos
muchas horas de trabajo frente a la platina, en las tareas de confección y
ajuste de "Lanza", nos hablaba con ilusión de la presencia de Antonio
Barriopedro, Alvaro Corrales, Enrique y Paco Pérez, Enrique Lérida, Luis Oraá,
Mingallón, Ruiz, etcétera, que organizaban fiestas, representaciones teatrales,
conferencias, en las que implicabn a personalidades y amigos, que siempre les
hemos tenido y buenos, los periodistas.
También en el inmueble del teatro,
pasada la taquilla, estuvo varios años un bien entendido establecimiento de
óptica "La Gafita de Oro", con especialidades de esta distinguida
profesión y con plena garantía profesional. Demolido el teatro y al construirse
en su solar modernos edificios, "La Gafita de Oro" ha vuelto a
establecerse en el número 5.
A continuación había una pequeña casita,
en la que estuvo muchos años establecida la Agencia "El Expreso",
antes "El Express", que fundara en 1928 el dinámico y afable Banjamín
González, sempiterno fumador, ya fallecido, continuando su viuda con el negocio
de recadería, siempre con gran formalidad y exactitud. Recordamos su domicilio
en Madrid, en la calle Tomás Bretón número 5, a donde alguna que otra vez, en
nuestra época de estudios, íbamos a retirar el paquete que nos llegaba desde
Ciudad Real. Las dos casas siguientes, al 5 y el 7 de la antigua numeración de
Alarcos, tuvieron que desaparecer por obligadas necesidades de la circulación,
al aprobar el Ayuntamiento un proyecto de apertura de nueva calle -el hoy
pasaje Gutiérrez Ortega- para unir las avenidas, facilitando así el tráfico
rodado, al cerrarse años antes la calzada del Pilar frente al bar España
obligado a llegar hasta el Tinte, y el de peatones, permitiendo además construcciones
con fachadas a dos calles. En los inmuebles demolidos se hallaban diversos
comercios y pequeñas industrias, tales como la confitería "La
Manchega", propiedad de Emeterio López; La Relojería Ruiz, de la que era
dueño Vicente Ruiz Turrillo; la delegación de "Electrofil",
especializada en artículos del ramo de electricidad; y la delegación de
"Finanzauto". En este número 7 estuvo bastantes años el Centro de la
Compañía Telefónica Nacional de España -aún viven y sea por mucho tiempo
algunas de las telefonistas de entonces y muy anteriormente la carpintería de
Lorente.
En el número 11 estuvieron unos juegos
de recreo, la Administración de Loterías número 2, de la señora viuda de
Carmona, ahora en el número 3 de la misma calle, ya la perfumería-droguería de
lujo "Venus", que tenía gran surtido de artículos para regalo.
Seguidamente estaban los Talleres "Pepea", con venta y reparación de
bicicletas y repuestos.
En la casa siguiente estuvo bastantes
años la Notaría de don Vicente Gutiérrez Cueto, hasta que fuera derribado el
inmueble, así como los vulcanizados López, que después pasaron a la ronda de
Granada. Los bancos comerciales del nuevo edificio fueron la primera
instalación de las oficinas de la Caja de Ahorros de Ronda y en la actividad
está el Hogar del Jubilado en la misma entidad, muy concurrido siempre. En el
local de la casa siguiente estuvo buen número de años la agencia oficial
Citroen, C.E.I.M.A., S.A., dedicada a la venta de los modelos de esta famosa
marca de turismos, cuya primera representación estuvo en la calle de la Paloma.
Le sigue la antigua casa de don Ricardo Arévalo, en la que por los años 30
estuvo la organización política Acción Agraria Manchega, implicada en la CEDA,
partido que presidía a nivel nacional don José María Gil Robles y a nivel
provincial el abogado don José María de Mateo La Iglesia, diputado a Cortes que
fue muerto el 36, así como otros integrantes de la candidatura de centro
derecha. Posteriormente a la guerra ocupó esos locales el Ambulatorio del
Seguro de Enfermedad del Instituto Nacional de Previsión, hasta que el volumen
de asistencias obligó al traslado a otros más amplios.
En el número 21, inmueble que
construyera don Salvador Escrig, abogado y profesor del Instituto de Enseñanza
Media de Ciudad Real, unos meses gobernador civil de Almería durante el
Gobierno Progresista hasta las elecciones de febrero del 36, estuvo la
relojería Rodríguez, que allí sigue tras la construcción de un moderno
edificio, y en el piso alto del número 23, el domicilio social del Club Deportivo
Manchego, donde estuvieron cierto tiempo las oficinas del Patrimonio Forestal
del Estado. En los dos edificios siguientes, destinados a viviendas, se
levantaron dos modernas construcciones, en las que al principio se instalaron
una heladería y una pastelería.
En el 27, también en edificio de nueva
planta, se hallan varias consultas médicas de conocidos facultativos locales,
estando ocupados los bajos por la cervecería-cafetería "Alarcos", de
la que es propietario Luis Serrano, a quien conocimos muy joven en la barra del
"Trini" de Carlos Vázquez, y la Subdirección de la importante
compañía de seguros "La Unión y el Fénix Español', que antes estuviera en
las calles de Toledo y e Caballeros como en su momento hemos hecho constar.
Seguían luego las famosas bodegas de Arévalo, cuyos caldos eran muy estimados
incluso fuera de nuestras fronteras, a las que su posterior dueño, Palomares
Pasamontes puso el nombre de Bodegas de Alarcos, y en el siguiente inmueble
estuvo muchos años la Jefatura Provincial de Minas, siendo bastante tiempo el
jefe de la misma el ingeniero señor Gamboa. En los solares resultantes del
derribo de estos edificios se ha levantado en los años 70 el llamado de
Servicios Múltiples, en el que se unificaron varias Delegaciones Provinciales
de Ministerios y otros organismos, y hemos de hacer constar nuestra opinión y
la de muchos ciudarrealeños sobre el poco acierto que presidió este proyecto
urbano.
Pasada la esquina, en la casa que
construyera la familia de Piedrabuena de doña Encarnación Bejarano, viuda de
García de la Rubia, se instaló en 1945 el Sanatorio de Nuestra Señora del
Rosario, del doctor don Anastasio Martin Pérez. Adquirido el edificio por la
Caja Rural Provincial, ha construido uno nuevo para sus oficinas centrales,
conservando el estilo del primitivo, mejorando la fachada con detalles de buen
gusto, incluido el espléndido reloj dotado con sonoro carillón. En todo ello se
vio la orientación del presidente de la entidad ciudadrealeña, el gran amigo
Luis Martínez Gutiérrez, y de sus más directos colaboradores y técnicos.
La casa siguiente, propiedad de doña
Julia Alonso, tenía en el huerto interior un local de verano, el Cine Avenida,
cerrado hace varios años, y la fábrica del hielo de Cárdenas, que aún continua
sirviendo a sus numerosos clientes. En un localito de la misma hemos asistido a
más de una reunión gastronómica, en las que era chef indiscutido el buen amigo
Fructuoso Cárdenas.
Por aquellos años estuvieron, en el
número 53, la estación de servicios y repuestos de la Casa Renault, así como un
despacho de pan y bollería, e igualmente al final de la acera, los servicios de
Mobylette distribuidos por Orbaiceta y ya en la plaza del Alférez Provisional
la expendeduría De Tabacalera número 6, de la que fue muchos años concesionario
el señor Arjona Portero. Estuvieron también hasta el límite con la ronda un
salón de juegos deportivos de José Cárdenas, la cafetería "El Toboso"
de la que fura propietario el conocido barista Francisco Umbernón, y el
establecimiento de automóviles de Pedro Navas, dedicado a compraventa de
vehículos.
Cecilio
López Pastor. Pequeña historia local: Ciudad Real, Medio siglo de su comercio.
Ciudad Real 1986
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