Vista
exterior del Teatro Cervantes en los años cincuenta del pasado siglo. Fotografía
de Herrera Piña
Bautizado Con este nombre de espiritual
arraigo en la Mancha, y totalmente reformado, se ha convertido el antiguo
Teatro Circo de la calle Alarcos, en un amplio, sólido, elegante y confortable
coliseo.
La solidez estriba en la calidad de los
materiales empleados, prestando además puntos d apoyo a los palcos y bóvedas,
potentes columnas y vigas de hierro. Su elegancia se observa en la
ornamentación de la sala, pintada en pálidos tonos de color violeta y blanco,
con caprichosas guirnaldas de escayola, que dibuja el contorno de los palcos, y
un sorprendente rosetón de la misma flora artificial que ocupa casi la
totalidad del techo. De la instalación de la luz, colocada con gusto y esmero
se ha encargado la sucursal en Madrid de la afamada casa Alemana A. E. G.
Las localidades están distribuidas del
siguiente modo: 14 palcos plateas, y 16 principales (con los antepechos y
divisiones guarnecidas de terciopelo) 398 butacas de patio y 178 del piso
principal; seis palcos proscenios, y una entrada general capaz para 500
entradas, 80 anfiteatro.
El nuevo teatro ofrece la ventaja que se
hacía necesaria de separar por distintas puertas de entradas y salidas, el
publico del gallinero, de la restante localidad.
El sistema de calefacción está repartido
en 16 radiadores entre el escenario, vestíbulo, galerías y patio de butacas.
El vestíbulo que es bastante espacioso
obedece a la misma entonación de la sala, con lo cual queremos decir que es muy
elegante.
Los W.C. están también con las debidas
condiciones higiénicas.
El escenario ha adquirido también mayor
amplitud.
Se instalará además, un café en la
planta baja, y probablemente en el piso principal que constituye un gran salón,
el proyectado Círculo Liberal.
La fachada constará de seis puertas, y
no desdecirá de la suntuosidad del interior.
Provisionalmente se inaugurará el teatro
en la próxima feria, reservándose su inauguración oficial para fines de
septiembre, en que estará ya concluida la fachada, y atendida la ornamentación,
en todos sus detalles.
Hemos visto también el boceto de la
embocadura y el telón, obra del ilustre artista D. Ángel Andrade que constituye
un alarde de buen gusto y maestría. Un gran escudo de Ciudad Real campea en el
centro del telón sobre el fondo gris perla del cortinaje.
En suma el teatro constituye una hermosa
obra arquitectónica que honra a su autor, D. Telmo Sánchez, que dirige
personalmente su construcción.
Ya saben nuestros lectores que actuará
en los días de feria, la aplaudida compañía de opereta Barreto Ballester; y por
hoy nos reservamos los planes que se propone desarrollar durante la temporada
de invierno el empresario del Teatro Cervantes, D. Manuel Sánchez Gijón, todos
artísticos e interesantes.
Felicitémonos de tener al fin un buen
teatro en Ciudad Real.
Diario
“El Pueblo Manchego”, Año XII Número
3457, 21 de julio de 1922
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