No solo Ciudad Real y su provincia, sino en toda España, goza de un nombre envidiable la gran fábrica de chocolates que en esta población tiene establecida el Sr. Sobrino de Barrenengoa, casa fundada en 1856 y de sólido y crédito en toda la industria y el comercio.
Días pasados tuvimos el gusto de visitar la citada fábrica y hemos de manifestar que de la visita salimos altamente complacidos, porque industrias tan admirablemente como la del Sr. Sobrino de Barrenengoa, dicen mucho en favor de la vitalidad de una comarca.
El hermoso
edificio que se levanta en la puerta de Granada fue construido ad-hoc para
establecer en él la fábrica de chocolates.
Consta de tres cuerpos con plana baja y principal.
En el pabellón de la derecha se realiza la elaboración.
En la planta baja está instalada la maquinaria y los hermosos salones sorprenden al visitante.
Allí vimos un hermoso tostadero de café sistema rápido Probat, en combinación con criba refrigeradora, aspirador y recolector de pelusas, el más perfecto y moderno de todos los conocidos.
Tuesta por el
aire caliente mil kilos diarios y reconcentra todo el aroma por medio de ventiladores
combinados.
Viendo tan admirable
aparato es cuando se comprende lo merecida que es esa importancia que la casa
del señor Sobrino de Barrenengoa, tiene en la tostación de café.
Después examinamos detenidamente la hermosa limpiadora y rompedora de cacao, el mezclador, los cilindros para refinar las pastas, la comprensora que se utiliza para extraer el aire a las masas y el molino de cacao, maquinaria toda esta modernísima y perfecta.
El motor de gas sistema Otto que mueve todas las máquinas es soberbio.
Tiene diez caballos de fuerza.
En la planta baja están también los almacenes de cacaos, azúcares y cafés.
En el piso alto están los salones de empaquetaje, que son también sumamente espaciosos.
La elaboración se hace a presencia del público.
La preparación
de cafés en grano, tostados y molinos, género procedente de los mejores
criaderos del mundo, se manipula por procedimientos modernísimos, como así
también los riquísimos tés de China.
El pabellón de la derecha está destinado para vivienda de obreros.
De los premios, medallas y diplomas de honor que en numerosas Exposiciones han obtenido los productos de la casa del Sr. Sobrino de Barrenengoa, nada debemos decir, pues todos saben con cuánta justicia fueron otorgados.
La información gráfica que publicamos dará una idea al lector de la importancia de tan hermosa fábrica de chocolates.
El Sr. Sobrino de Barrenengoa, con su actividad y su talento, ha dado un paso enorme en la industria manchega.
Diario “La
Tribuna”, especial Feria y Fiestas 1911
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