La Residencia Universitaria Santo Tomás de Villanueva de Ciudad Real acogió ayer, 13 de abril, la presentación del libro Historia del ferrocarril en Ciudad Real. Segunda parte (1941-1992), editado por la Biblioteca de Autores Manchegos, de la Diputación Provincial, con el número 234 de su colección General. Se trata del segundo volumen que publica la editorial de la Diputación de Ciudad Real.
Más de cincuenta años de vinculación entre el ferrocarril y la capital ciudadrealeña se concentran en esta segunda entrega que, comenzando en 1941, año en el que se constituyó la empresa pública Renfe, se extiende hasta 1992, otro año emblemático para el ferrocarril español, en el que se inauguró la primera línea de alta velocidad entre Madrid y Sevilla, en la que Ciudad Real jugaría un papel relevante y pionero, al ser una de las cuatro capitales unidas mediante este nuevo acceso ferroviario hacia Andalucía.
La creación de
Renfe en 1941 se produce tras la terminación de la Guerra Civil, en una
situación de debilidad propia de la posguerra, unido al aislamiento económico y
político en el que se vio sumida España al finalizar la Segunda Guerra Mundial.
No obstante, el régimen franquista optó por una nueva vía hacia el nacionalismo
económico en materia de transporte ferroviario, que generó un buen número de
proyectos y planes encaminados a la reconstrucción y modernización de la red,
buena parte de los cuales no pudieron llevarse a cabo por la falta de liquidez
y de apoyos internacionales, pero que se verían reforzados, años después,
durante el conocido desarrollismo económico de la década de 1960 y el
tardofranquismo.
Historia del ferrocarril en Ciudad Real. Segunda parte (1941-1992) describe, expone y analiza con detalle el devenir del ferrocarril en la capital ciudadrealeña durante todo el período franquista y la Transición, a través de la evolución de sus factores de producción, jalonados por las vicisitudes propias de una explotación ferroviaria en la que las inversiones eran del todo insuficientes, como demuestra la tardía llegada de la electrificación ferroviaria a Ciudad Real capital, en 1975, coincidiendo con la terminación del ciclo de tracción vapor y el final del régimen franquista.
La llegada de
la Democracia y la adhesión en 1986 de España al espacio económico europeo
posibilitaron el incremento de las inversiones en materia de transportes con la
modernización de la gestión ferroviaria, que impulsaría, entre otras mejoras,
la construcción de la primera línea ferroviaria de alta velocidad, que uniría a
Madrid con Sevilla, atravesando por la capital ciudadrealeña, lo que ha
permitido la modernización de esta ciudad durante la segunda mitad del siglo XX
y su importancia para la vertebración de una red de alta velocidad, modelo a
nivel internacional.
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