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jueves, 21 de agosto de 2025

DE LA FERIA Y FIESTAS EN CIUDAD REAL EN 1852

 

Feria y Fiestas de Ciudad Real en 1918

 

Desde que la feria de esta capital empezó a tomar mayores proporciones, no recordamos haber visto concurrencia más elegante ni espectáculos más sorprendentes.

Empezaron como todos los años nuestros días de fiestas y regocijos por la magnifica procesión de Nuestra Señora del Prado, patrona de esta ciudad, y a quien profesamos una devoción tan sincera y ardiente como no es capaz de inspirarla más que la reina de los Ángeles. Este año podía producir esta solemne función un efeto más mágico, un encanto más significativo y deslumbrador debido a las importantes y acertadísimas mejoras que el ayuntamiento ha verificado. Pero lo que más ha agradado, lo que no podía menos de producir un efecto encantador halagüeño, es la verificada en el antiguo Prado de la Virgen, sitio de su gloriosa aparición en esta ciudad, que se ha visto trucado en un preciosísimo y elegante jardín. No son menos significativas ni de menos consideración las reformas realizadas en el resto de la ciudad donde se ven cambiados en variados y vistosos colores las negras y enmohecidas paredes que antes daban a esta población un aspecto lúgubre y triste.

La venta de ganados ha sido escasa, aunque excesiva en concurrencia, porque esta feria es más bien de diversión que de negocios, dejando estos para la próxima de Almagro. En los días 16 y 17 se verificaron las dos corridas de toros anunciadas. En la primera tarde se lidiaron seis, de las ganaderías siguientes: dos, de Utrera; dos, de Brenes y otros dos portugueses, de los cuales, si bien es verdad no salió ninguno sobresaliente, todos fueron regulares, y hubieran lucido mucho más si no se hubiera verificado la corrida del 17 que tan pronto les hizo olvidar. Lidiáronse esta última tarde seis bichos de la ganadería de D. José Maldonado; fueron tan buenos mozos, tan bravos y tan voluntarios para entrar a los caballos, que no recordamos haber visto una corrida más igual, ni toros de mejor trapío, ni que arrancaran de más lejos y con más fuerza a pesar de no tener más que cuatro años.

El teatro ha estado también concurridísimo, habiéndose buscado sus billetes con ansia, pues no ha quedado una sola localidad desocupada, particularmente los tres últimos días de función.

Ciudad-Real 22 de agosto. Periódico “La Esperanza” 26 de agosto de 1952



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