El arco ojival de sillería noble y el
ventanal de estilo mistilíneo polilobulado descubierto recientemente en el número
17 de la calle Real tienen un gran valor arquitectónico y enriquecen el patrimonio
de la ciudad, según dijo ayer José López de la Franca, uno de los descubridores
del hallazgo arqueológico. Las características del arco, construido en la
planta baja a finales del siglo XIV, y las del ventanal en el primer piso,
serán conocidas hoy por la Comisión de Patrimonio, en una sesión en la
"que el director del Museo Provincial, Alfonso Caballero Klink informará
de dichos datos técnicos y en la que se decidirá sobre el futuro de estos importantes
restos.
JULIA
YEBENES
Ciudad
Real
La casa donde ha sido encontrado este
valioso documento patrimonial, un inmueble situado en lo que fuera el barrio cristiano,
es propiedad de Saturnino Pulido Donoso, peluquero jubilado y restaurador de
guitarras y radios antiguas.
Se trata de un arco apuntado ojival de
sillería noble, en cuyo dintel tiene un blasón muy bien conservado. "Según
el estudioso López de la Franca se atribuye, por los rasgos distintivos de los
escudos heráldicos hallados, a los vestigios del Palacio de Fernando de Coca,
que fue Chantre de la Catedral de Coria, canónigo de Sigüenza y confesor y
capellán oficial de los Reyes Católicos, e cuyos restos están enterrados en la Capilla del Santísimo de la Iglesia de
San Pedro de la capital. El escudo del arco, coincidente con el heráldico y
armas de Coca según López de la Franca, es un pino de sinople en el centro y
dos leones de gules empinados a su tronco y afrontados.
Sobre el ventanal descubierto, de estiló
mistilíneo polilobulado, con cinco lóbulos, es de influencia mozárabe y es análogo
al que hace años se descubrió en la casa del Marqués de Huétor de Santillán,
actual Museo López Villaseñor. La ventana -sobre una puerta está bordeada con
puntas de diamantes y en las enjutas se encuentran por separado los leones
rampantes, encontrándose en el centro el pino, faltándole la columna central.
En la obra "La escultura funeraria en
España" de Ricardo de Orueta, se habla del sepulcro de Coca en cuyo centro
se reproduce el mismo escudo y, al parecer, es del mismo autor de la escultura
del Doncel de Sigüenza. La madre del Chantre, María Alfonsa, murió el 1 de
enero del 1464, mientras que el padre falleció el 6 de abril de 1472. Del hijo
se desconoce la fecha en que desapareció.
Según ha podido saber LANZA, numerosos
cronistas de Ciudad Real siguieron en sus estudios la pista de estás restos arqueológicos,
aunque nunca dieron con ellos. Nombres como Julián Alonso, Emilio Bernabéu,
Delgado Merchán, el padre Hervás y Buendía, Francisco Pérez Fernández, Antonio
Ballester, Carlos López Bustos y Ramírez de Arellano dieron fe en sus escritos
de la existencia de este patrimonio.
Diario
“Lanza”, 5 de mayo de 1994
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