AYER
En estos días, en que ha empezado a
derribarse lo que aún quedaba en pie del viejo barrio del Torreón del Alcázar, ahí
están, enhiestas, esas gloriosas ruinas de lo que fue precisamente Alcázar, que
dio nombre a toda esa parte de la ciudad. Un poco descuidadas están. Las
piedras que faltan están guardadas y numeradas, para, en su día, y en una Plaza
ajardinada que irá en el nuevo barrio -habrá que desterrar el geométrico nombre
de Polígono desde ya mismo- levantar, en medio de ella, tan antiguo monumento. Como
escasean, entre nosotros, los vestigios importantes del pasado, esperamos que
esta parte del Torreón sea bien conservada, y restaurada en su día, para
recuerdo de los ciudarrealeños y poder mostrar al visitante piedras por lo
menos centenarias. Ese arco del viejo Torreón, sin duda, dará sabor a la plaza que
se proyecta. (Foto Herrera Piña).
Diario “Lanza” 13 de agosto de
1978, especial Feria y Fiestas
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