SEÑOR:
El Cabildo de la Santa Iglesia Prioral, que, por su misma Constitución, considera uno de sus sagrados deberes el conservar en toda su pureza, cálidas y vibrantes, a la sombra del Santuario las tradiciones católico caballerescas de sus mayores y aspira, para hacer honor a su título, a representar y perpetuar juntamente con el espíritu religioso el acendrado patriotismo de las Ordenes, cuyas heroicas hazañas y leales servicios en defensa de la Fe y de la integridad del territorio se evocan encomiásticamente en la institución del Priorato, había de ver con la más dolorosa sorpresa y vehemente indignación la campaña infame que en las páginas desdichadas de un folleto tristemente célebre ha desencadenado contra España y contra su Rey un mal patriota, un hijo ingrato y desnaturalizado al que pudiera aplicársele la frase dirigida por la madre de Nerón al fatal sicario cuando se acercaba, para darle muerte por mandato del Emperador:”feri in ventre”, no me hieras alevosamente, hunde tu daga, la daga de la difamación y de la calumnia aquí en este mismo seno donde palpitó su vida.
No hay español que de tal se precie que no
haya sentido profundamente la villanía y el agravio, y en millones de pechos ha
estallado espontánea, viril y clamorosa la protesta contra el español indigno
que con la misma tinta que vertiera en las cuartillas de su libelo emborronó el
nombre sagrado de su Patria y con indecible saña y malquerencia difamó
innoblemente al Monarca caballeroso y bueno, magnánimo y bizarro, elemento y
humanitario, que merced a su caritativo apostolado durante la guerra mundial,
su gesto sublime de creyente en el Cerro de los Ángeles, marcial apostura y
santa gallardía de Cruzado en presencia del Pontífice, no solo conquistó mayor
popularidad entre los suyos, sino también el respeto y admiración de los
extraños, levantando ostensiblemente nuestro prestigio por mucho tiempo
abatido, en el estrado de las Cancillerías y ante el conclave de las Naciones.
Pero si todos los buenos patriotas han protestado airadamente con el doble ultraje a la Monarquía y a la Nación, motivo especialísimo para dar a su protesta el tono más solemne expresivo y enérgico de cuantas ha provocado el lamentable suceso existente, sin duda a este Cabildo, que se honra y gloria cual ninguno con el singular Patronato que en función de Gran Maestro, en esta iglesia y en todo el Coto de las Ordenes tan sabia y benignamente Vuestra Real Majestad ejerce; y no puede menos de ufanarse cuando contempla orlado Vuestro Real Pecho, reducto de valor y de hidalguía, con la Venera de las Cuatro Cruces que, distribuidas ordenadamente , forman el distintivo de nuestros Hábitos Corales.
Sin embargo, como no cuadra a nuestra
evangélica misión ni es grato a la Realeza de Vuestro Animo, tan inclinado a la
piedad y al perdón dureza en los conceptos y estridencia en la frase; ni es
propio de hidalgos corazones devolver ofensa por ofensa, esta Corporación cree
reflejar fielmente el limpio linaje de los más nobles y cristianos sentimientos
si a guisa de represalia y desquite por el incalificable desacato, ofrece al
Todopoderoso en reparación de la Patria baldonada una plegaria humilde y
fervorosa y, en desagravio al Soberano que tan admirable sabe encarnar el alma
hispana, hace llegar referentemente a los pies del Trono, en el día fausto y
augural del Onomástico, el homenaje sincero y obsequioso de respeto profundo,
rendido acatamiento, adhesión entusiasta y fidelidad inquebrantable a su
Augusto Gran Maestro y Real persona de Vuestra Majestad.
Ciudad Real 16 de Enero de 1925
SEÑOR:
A los RR.PP. de V.M.
En nombre del Cabildo de las Ordenes
Militares.
El Deán
Ramón Pérez de Vargas y de Quero,
Caballero Profeso de la Orden de Calatrava
Publicado en el diario “Vida Manchega” 19/1/1925 Núm.1287
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