Imagen
del Niño Jesús de Praga destruida en 1936
Aunque su festividad se celebra el
primer domingo del mes de junio, el 25 de enero se conmemora la solemnidad del
Niño Jesús de Praga. Por Este motivo el Monasterio de las Madres Carmelitas
Descalzas de Ciudad Real, celebró a lo largo de los siglos esta festividad con
gran solemnidad.
Para celebrar la festividad, se
organizaba un Solemne Triduo y una Función, a la que las Madres Carmelitas
invitaban a presidir a grandes oradores de la diócesis y España. Para el Triduo,
se montaba un artístico altar que era presidido por la imagen de vestir del
Niño, que poseía la comunidad, imagen que fue destruida en 1936 cuando los
republicanos de izquierdas asaltaron el monasterio y destruyeron casi todas las
obras de arte que poseía.
Al término de la Guerra Civil Española,
las Madres Carmelitas adquirieron una nueva imagen del Niño Jesús de Praga de
talla completa, que preside uno de los altares de la iglesia del monasterio, y
que procesiona con la imagen de la Virgen del Carmen cada 16 de julio.
La historia cuenta que la devoción al
Niño Jesús de Praga surgió a comienzos del siglo XVII. En 1620, el emperador de
Alemania, Fernando II, en agradecimiento por una victoria conseguida en una
batalla, fundó un convento de Padres Carmelitas en Praga. En torno a 1628
estalló en la ciudad una guerra, y el monasterio sufrió grandes penurias y
calamidades que hacían muy difícil la vida de sus religiosos.
Todo esto cambiaría gracias a la
princesa Polixena Lobkowitz, quién sintiendo profundamente las necesidades de
los Carmelitas, decidió regalar a los religiosos una pequeña imagen del Niño
Jesús. La talla, de unos 48 centímetros y realizada en cera, representaba al
Divino Infante de pie, con la mano derecha levantada en actitud de bendecir,
mientras que con la izquierda sostiene un globo dorado que representa a la
tierra. La imagen, de la que se dice que es de origen español, había sido
regalada con anterioridad por la madre de la princesa con motivo del matrimonio
de su hija.
Altar con motivo de los cultos en honor al Niño de Praga en el Monasterio
de las Madres Carmelitas en 1917. La fotografía fue publicada en la revista “Vida
Manchega” el 10 de febrero del mencionado año
Imagen
milagrosa
La imagen fue colocada en un lugar de
privilegio por los Carmelitas y el convento comenzó a mejorar sus condiciones
gracias a la intermediación del Niño Jesús. Poco tiempo después, en 1631,
estallaría de nuevo una guerra, por lo que los religiosos se vieron obligados a
abandonar el convento, y la imagen del milagroso Niño fue ultrajada y arrojada
a los escombros por los invasores. En 1635 los Carmelitas regresarían a Praga,
y uno de los monjes, el padre Cirilo, encontró la imagen entre los escombros,
devolviéndola al culto.
Estando el padre Cirilo rezando ante la
imagen, oyó una voz que le decía «tened piedad de mí y yo me apiadaré de
vosotros. Devolvedme mis manos y yo os devolveré la paz. Cuanto más me
honrareis, tanto más os bendeciré». Tras examinar la imagen, el monje descubrió
que tenía sus manos mutiladas, empezando desde entonces a buscar fondos para
poder repararla. Tras muchas vicisitudes y respuestas negativas a las rogativas
del padre Cirilo, un día se presentó un desconocido que se ofreció
voluntariamente a reparar los desperfectos de la imagen. Tras ello, sus devotos
recibieron desde aquel momento grandes beneficios.
Finalmente, en 1642, la princesa
Lobkowitz edificó un santuario en su honor, al que acudían devotos de todos los
lugares del mundo. En 1655, el conde Martinitz, Marqués de Bohemia, regalaría
una corona de oro esmaltada con perlas y diamantes. Su reputación milagrosa se
expandió por todos los lugares del mundo hasta convertirse en una de las devociones
más importantes de la historia. De hecho, Santa Teresa de Jesús profesaba un
gran fervor al Divino Niño.
Actual
imagen del Niño Jesús de Praga que se venera en la iglesia de las Madres
Carmelitas de Ciudad Real
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