La Semana Santa de hace un siglo, es
decir de 1918, se celebró del 24 al 31 de marzo. En la misma participaron un
total de 15 Cofradías, las cuales procesionaban entre el Jueves y el Viernes
Santo, sobre todo en las tres pasionarias: Santiago, San Pedro y Santa María.
Las procesiones comenzaban el Miércoles
Santo a las tres y media de la tarde, cuando las imágenes de los Niños Jesús
que abrían las procesiones pasionarias, eran trasladadas a las parroquias, desde
el domicilio de las señoras camareras, por las Hermandades de Niños Nazarenos.
La Pasionaria de Santiago salió a las
cinco de la tarde del Jueves Santo, formando en la misma las Hermandades del Niño
Jesús de Santiago, del Ecce-Homo, del Cristo de la Caridad, que introdujo la
novedad de alumbrar el paso con acetileno, así como los faroles de los cofrades,
y de la Santa Espina; que fueron acompañadas por una banda de cornetas, las
bandas de música municipal y provincial. A las diez y media de la noche,
procesionó la Hermandad de Nuestro Padre Jesús Nazareno, que estrenó un
estandarte pintado Wenceslao Muñoz, siendo acompañada por la banda municipal.
A las nueve de la mañana del Viernes
Santo, se iniciaba la Pasionaria de San Pedro en la que formaban las
Hermandades del Niño Jesús, que introdujo la novedad de que los pequeños
cofrades vistieran túnica azul pálido con cinturón morado llevando una pequeña
cruz al hombro y sobre la cabeza una peluca trenzada con la corona de espinas; la Oración en el Huerto; la Jesús Caído acompañada
por la banda del Hospicio y la del Santísimo Cristo del Perdón y de las Aguas
acompañada por una banda de cornetas y tambores propia y la banda de música
municipal. En aquellos años la Hermandad del Cristo del Perdón y de las Aguas,
era la más numerosa de Ciudad Real.
La Procesión Oficial del Santo Entierro,
comenzaba a las cinco y media de la tarde del Viernes Santo y en la misma
participaban las Hermandades del Niño Jesús, de la Enclavación, del Cristo de
la Piedad, Descendimiento cuyos hermanos estrenaron faroles de acetileno, Santo
Sepulcro y la de Nuestra Señora de los Dolores “Ave María”. Detrás del palio de
la Virgen cerraba la comitiva los seminaristas, el clero parroquial con cruz
alzada, el Ilmo. Sr. Obispo de la Diócesis, el ayuntamiento bajo mazas y la
banda municipal.
Cerraba la Semana Santa la Hermandad de
Nuestra Señora de la Soledad, que procesionaba a las diez de la noche, desde la
desaparecida iglesia conventual de San Juan de Dios en la calle Ruiz Morote,
que era acompañada solo por mujeres y un coro que entonaba motetes.
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