Parroquia
de San Pedro a principios del siglo XX, vista desde la calle Ruiz Morote, lugar
donde se fundó en el siglo XVI, la Cofradía del Crucifijo de San Pedro
1.
PRESENTACIÓN
Poco queda ya de aquella Semana Santa
ciudadrealeña que conocieran nuestros mayores. Las influencias estéticas llegadas
de otros lugares de España han contaminado esta tradición y la han transformado
en algo distinto a lo que las generaciones pretéritas fueron forjando. Esta
comunicación pretende mostrar a grandes rasgos, cómo tuvo que ser el origen de
aquella celebración a través de diversas fuentes, fundamentalmente, la
documentación de la Cofradía del Santísimo Crucifijo de San Pedro, la actual
Hermandad del Santísimo Cristo del Perdón y de las Aguas. Muchas de las
publicaciones sobre la Semana Santa de la capital no se basan en documentación original,
sino en otro tipo de fuentes. Este trabajo, en cambio, utiliza, sin desdeñar ningún
tipo de ayuda, fuentes primarias como acuerdos de cabildos, Ordenanzas de
Cofradías y otras informaciones recogidas en legajos de diversos archivos. Esta
documentación nos ha permitido esbozar, o al menos, ese es el objetivo, el
origen de las Cofradías en Ciudad Real capital y su Semana Santa a través de la
citada Cofradía.
El gran problema que existe para
estudiar esta celebración es la escasez de fuentes primarias directas, muchas
veces apenas contamos con datos deslavazados de diferentes archivos, secciones,
etc. que nos dan una versión sesgada del origen o vida de las cofradías.
Nosotros hemos tenido la inmensa suerte de trabajar con el primer Libro de
asientos de la Cofradía del Santo Crucifijo de San Pedro, hallado hace unos años
de modo fortuito en la Sección Clero del Archivo Histórico Nacional. Dicho documento
abarca desde la fundación, el tres de marzo de 1599, hasta el tres de mayo de
1652 (1) y resulta extremadamente
interesante y útil porque nos ofrece de primera mano informaciones muy variadas
relativas a la vida cotidiana de la Hermandad: ordenanzas, acuerdos de los
cabildos, inventarios, asiento de cuentas, visitas del Vicario Visitador del
Campo de Calatrava (2), asiento de
hermano, etc. También en la Sección de Clero del Archivo Histórico Nacional
hemos manejado información diversa sobre la extinta Cofradía de la Veracruz de
Ciudad Real.
Otra sección utilizada ha sido la de
Protocolos Notariales del Archivo Histórico Provincial de Ciudad Real con el
fin de encontrar alguna información de herencias o donaciones a las
Hermandades, disposiciones de enterramiento de los cofrades de Ciudad Real,
etc.
Primera
hoja del Libro de asientos de la
Cofradía del Santo Crucifijo de San Pedro, que se encuentra en la Sección del
Clero del Archivo Histórico Nacional
Lo más destacable de esta pequeña
aportación científica, como ya hemos dicho, es el aspecto novísimo de la fuente
utilizada, el Libro de Asientos de la Cofradía del Santo Crucifijo de San
Pedro. Su fortuito descubrimiento supone una delicia para todo aquel que quiera
investigar en la vida cotidiana de las cofradías del siglo XVII y sería magnífico
poder contar con otros más para así, junto con otras fuentes, poder estudiar con
profundidad el nacimiento y desarrollo de las cofradías durante sus primeros
siglos. Así ¡que la suerte nos acompañe!
2.
CAUSAS DE LA FUNDACIÓN DE LA COFRADÍA DEL STO. CRUCIFIJO
Podemos suponer que la Hermandad del
Santísimo Crucifijo de San Pedro tiene un origen anterior a la fecha de 1599,
que es cuando recibe sus primeras Ordenanzas ya que en el libro de asientos nos
aporta un indicio: “Situaçion como
Cofradia eredada con lo qual seacabo y concluyo este cabildo con los dichos
piostre y ofisiales y cofrades que presentes fueron y lo firmaron el dicho
piostre y ofisiales” (3).
No obstante, no podemos afirmarlo, pues
los datos trabajados son difusos y no hay otras referencias que corroboren esta
premisa. Aunque así lo fuera, esta posibilidad responde más al imaginario
popular y a la tradición. Se contaba que aquella primitiva Imagen era la del
Santísimo Crucifijo del Muro (4) y que fue
Alfonso X el Sabio quien la depositó en Alarcos y en el siglo XIV trajo a
Ciudad Real la familia Alvarrana cuando se asentó en la ciudad. Así lo afirmaba
el licenciado don Joseph Díaz Jurado, cura propio de la Parroquia de San Pedro,
en su Singular idea del Sabio Rey don Alonso, escrito a finales del siglo XVII (5):
se
manifiesta un hermosísimo receptáculo o camarín: depósito de un devotísimo simulacro
y especialísima Imagen de Nuestro Maestro Crucificado. Gozó tanto de la mayor
estimación, que nuestro Sabio rey la trasladó desde su oratorio, donde hasta
entonces con devoción suma había estado colocada, hasta esa Iglesia.
Aquella Imagen del Crucificado que
Bernardo Portuondo catalogó como una talla del siglo XIV (6), debía tener una sólida y antigua
devoción y seguramente el Crucifijo ya hubiera presidido alguna procesión o
rogativa. Este es quizá el motivo por el cual, algunos feligreses de la
Parroquia de San Pedro decidieron crear una cofradía de penitencia tal y como
se estaba haciendo en toda Castilla, aprovechando la llegada a la Parroquia de
la reliquia del Lignum Crucis en 1599. Por ello, afirmamos que esta Cofradía se
funda dicho año ya que en ella se repiten las causas fundacionales de las cofradías
barrocas del resto de la Península: las predicaciones del dominio San Vicente Ferrer, el ejercicio del Vía Crucis, la
formación del pensamiento de penitencia corporal e imitativo de Cristo, las
hermandades de la Vera+Cruz y el Concilio de Trento.
a. Las predicaciones del dominico San
Vicente Ferrer: Entre 1411 y 1412 el predicador recorrió las tierras de
Castilla y León, desde Murcia hasta Caspe, pasando por La Mancha (7). San Vicente predicaba un sermón en el
que animaba a los fieles a hacer penitencia, de ahí que fuera acompañado por un
grupo de hombres y mujeres flagelantes (8).
Desaparecida
imagen gótica del Crucifijo de San Pedro, destruida en 1936
b. El ejercicio del Vía Crucis: esta práctica
religiosa se inicia en España, más concretamente en Córdoba hacia 1425. Pero
será en la ciudad de Sevilla, donde adquiera un mayor auge e importancia a
partir de la segunda parte del siglo XV irradiando desde allí a toda la
Península (9).
c. La formación del pensamiento de
penitencia corporal e imitativo de Cristo: Esta nueva manera de entender la
persona de Jesús, no se configuró plenamente hasta el siglo XVI. Tras siglos de
debates teológicos acerca de su naturaleza y su sufrimiento como hombre, los franciscanos
y dominicos en el siglo XV establecieron distintas reglas y ritos piadosos para
imitar el sufrimiento corporal de Jesús.
En España durante el siglo XVI los
escritos de San Juan de Ávila, San Juan de la Cruz y Santa Teresa de Jesús,
cuyo punto en común es la contemplación de Jesús como hombre y varón de
dolores, influirán en la aparición de estas primeras cofradías imitativas del
dolor de Cristo. Por todo ello, el profesor Sánchez Herrero sitúa la fundación de
las primeras cofradías de Pasión entre 1520 y 1530 (10).
d. Las Hermandades de la Vera Cruz:
posiblemente sea este el elemento que influyó decisivamente en la configuración
de lo que actualmente entendemos como Semana Santa. Estas corporaciones también
se denominaban de la Santa Cruz o Santo Crucifijo y fueron las primeras
cofradías en torno a la Pasión y Muerte de Cristo. Muchas de ellas se
constituyeron en un principio para dar culto a la Santa Cruz o a reliquias del
Lignum Crucis, para más tarde organizar procesiones en la madrugada del Viernes
Santo con penitentes y flagelantes.
En el Campo de Calatrava se pueden
documentar muchas fundaciones de estas Cofradías. Probablemente la más antigua
sea la de Ciudad Real contemporánea o incluso más antigua que la de Valenzuela
de Calatrava que recibió sus Ordenanzas en 1552 (11). La Vera Cruz
de Granátula se fundó en 1555 (12); un año
después, 1556, la de Manzanares (13) y en 1569 la
Vera+Cruz de Almagro ya existía (14). En Daimiel,
las Relaciones topográficas de Felipe II de 1575, recogen lo siguiente: “la
parrochia de Sant Pedro desta villa tiene una hermita de la Vera Cruz moderna
[…]. Tiene una cofradía que los cofrades laan edificado y la acabaran con
limosnas los quales sales en deçeplinando el Jueves Santo en la noche” (15).
En Ciudad Real, como en el resto de
poblaciones circundantes, podemos constatar la existencia de una Cofradía de la
Santa VeraCruz, siendo posiblemente esta la que acompañó a Felipe II al Sacro
Convento Castillo de Calatrava la Nueva en la Semana Santa de 1560. Erróneamente,
eruditos del siglo XIX y XX confundieron aquella cuadrilla de disciplinantes
con la Hermandad de los judíos de San Pedro. Así Francisco Herencia Mohíno,
alcalde de Ciudad Real y fundador de la Hermandad de la Coronación de espinas
en 1923, comentaba sin ningún tipo de base científica, que la Hermandad de los
Judíos, como así se conocía al antiguo paso de la Coronación, se fundó en 1522 (16), cuando el primer paso de la Coronación
fue costeado en 1600 por la Cofradía del Crucifijo de San Pedro (17). Por tanto, en 1522, ni podían existir
ni los Judíos de San Pedro, ni el paso de la Coronación, ni cofradía de
penitencia. Por todo ello, lo más probable es que aquella compañía de
disciplinantes realengos que escoltaron a Felipe II fuera la de los cofrades de
la VeraCruz de Ciudad Real.
Francisco
José Turrillo Moraga (I.E.S. Alonso Quijano de Argamasilla de Calatrava). I
Congreso Nacional Ciudad Real y su provincia.
Balcón
que se conserva actualmente en la finca “Torrecilla”, que proviene de la calle
de la Mata de Ciudad Real, y desde según la tradición predicó san Vicente
Ferrer en su visita a nuestra ciudad
(1) Archivo
Histórico Nacional, Sección Clero, leg. 2895.
(2) En el siglo
XVII hubo varias visitas a la Parroquia de San Pedro y a la Cofradía en
particular. Encontramos visitas en 1601,1611, 1615, 1637, 1645. En el siglo
XVIII en 1725, 1727 y 1755.
(3) AHN, Sección
Clero, leg 2895, fol. 8 r.
(4) Golderos
Vicario, J.: Ciudad Real, siete siglos a través de sus calles y plazas,
1245-1945, Ayto. de Ciudad Real, Ciudad Real ,1998, p.162.
(5) Díaz Jurado:
J.: Singular idea del Sabio rey don Alonso, dibujada en la fundación de Ciudad
Real, Edición a cargo de Vázquez Morcillo, A. y Ruiz Gómez, F., Ayto. de Ciudad
Real, Ciudad Real, 1986, p. 92.
(6) Portuondo, B.:
Catálogo histórico artístico de la Provincia de Ciudad Real.BAM, Ciudad Real,
2007, p. 240.
(7) Según el
profesor Sánchez Herrero, San Vicente Ferrer, pasó por Chinchilla, Albacete,
Balazote, Alcaraz, Ciudad Real, Consuegra, Los Yébenes, Orgaz, hasta Toledo. En
Sánchez Herrero, J.: La Semana Santa de Sevilla. Ed. Sílex. Sevilla, 2003, pag.
18.
(8) (Id.: 18).
(9) (Id.: 68).
(10) (Id.: 73).
(11) Galindo
Barderas, M. (2005): “La Cofradía de la Vera Cruz de Valenzuela de Calatrava.
Aproximación histórica”, Revista Veracruz, nº 16, p. 72.
(12) Donoso García,
S. (2003): “Nazarenos rosas de la Cofradía de la Vera Cruz de Granatula”,
Revista Veracruz, nº 1, p. 70.
(13) Sánchez
Migallón Arias, T. (2005): “Cofradía de la Santa Vera Cruz de Manzanares de La
Mancha”, Revista Veracruz, nº 16, p. 78.
(14) Olmedo Monje,
D. (2003): “Noticias sobre la documentación de la Cofradía de la Vera Cruz de
Almagro en el siglo XVII”, Revista Veracruz, nº 14, p. 66.
(15) Clemente
Espinosa, D. (2003): “La primera cofradía penitencial en Daimiel: la Cofradía
de la Vera Cruz”, Revista Veracruz, nº 14, p. 59.
(16) Plaza Sánchez,
J.: La Semana Santa de Ciudad Real. Aportación etnográfica a una religiosidad
popular. Comisión municipal de Cultura del Ayuntamiento de Ciudad Real, Ciudad
Real, 1985, p. 34.
(17) AHN, Sección
Clero, leg 2895, pp. 131 r.
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