Existen elementos de uso diario que
formaban parte de la vida de nuestros abuelos y padres, y que actualmente ya
son piezas de museo, que han ido desapareciendo del uso cotidiano de las
personas, al ser sustituidos por otros más modernos. Uno de estos casos, son
los antiguos llamadores o aldabones de las puertas de las casas. En Ciudad
Real, al existir por desgracia ya entre nosotros, pocas casas y edificaciones
de siglos pasados, apenas podemos ver estos llamadores o aldabones, cuya misión
era la de llamar a los propietarios de las casas, que fueron utilizados desde
la edad media hasta el pasado siglo XX, que fueron sustituidos por el timbre eléctrico.
La palabra aldabón viene del árabe addabba
que significa cerrojo o picaporte. Esta pieza poco a poco se fue adaptando para
servir también como objeto fijo en las puertas para llamar golpeando.
Generalmente se colocaban dos aldabas centradas en ambos batientes de las puertas
principales de la casa, mientras que en las portadas traseras de labor o de
paso de carruajes y animales de tiro se colocaba uno solo; su altura en este
caso es un tanto considerable de tal forma que se pudiera llamar sin tener que
bajarse del caballo.
La casa de los Redondo en la calle
Camarín de nuestra ciudad, es una de las pocas edificaciones de Ciudad Real,
que aún conserva su antiguo llamador o aldabones, de tipo columna en latón, ya
casi pieza de museo, porque por desgracia las viejas viviendas de dos plantas
que existieron en nuestra ciudad, cuyas puertas lucieron llamadores o
aldabones, algunos verdaderas obras de arte, desaparecieron para dar paso a las
nuevas y feas edificaciones de ladrillo y hormigón que pueblan por desgracia la
ciudad, sin gusto alguno.
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