Durante estos últimos días, he estado
publicando imágenes y artículos dedicados a la calle Azucena, donde hemos
podido comprobar la transformación que ha sufrido la calle a lo largo del siglo
XX. Imágenes que nos han mostrado, como hemos pasado de tener una calle llena
de edificaciones tradicionales, a una calle llena de pisos de hasta cuatro
alturas sin gusto artístico alguno.
Testigo de todo este tiempo, es la única
edificación que queda en toda la calle de su pasado reciente, me estoy
refiriendo al número tres de la calle, única casa de dos alturas, que ha sobrevivido
a la piqueta, y que al día de hoy nos recuerda un pasado arquitectónico que por
desgracia no volveremos a disfrutar.
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