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miércoles, 3 de octubre de 2018

EL PINTOR ÁNGEL ANDRADE BLAZQUEZ NACIÓ EN LA CALLE AZUCENA EN 1866


La calle Azucena en los años cincuenta del pasado siglo

Ángel María Isidro Andrade Blázquez nació en la calle Azucena, número ocho, de Ciudad Real, el 15 de mayo de 1866, hijo de don José María Rodríguez Andrade y doña María del Carmen Blázquez. Fue bautizado el 16 de mayo del mismo año en la Parroquia de Santa María del Prado (Merced).

Su afición por la pintura se manifestó desde muy niño. Comenzó su formación de mano de Joaquín Ferrer, en el taller madrileño de arte decorativo de Bussato y Bonard y en la Academia de Bellas Artes de San Fernando de Madrid, donde fue discípulo de Carlos de Haes y Luis de Madrazo. Se trasladó a Roma para ampliar sus estudios pensionado por la Academia de San Fernando, donde realizó numerosos dibujos de los alrededores de la ciudad y de los Apeninos.

En los inicios su pintura se ve influida por el eclecticismo de finales del siglo XIX, pero a partir de 1894 adquiere cada vez mayor altura y vigor. Toma entonces tintes postimpresionistas, que abren su paleta a nuevos matices. En los últimos años de su vida redujo el formato de sus creaciones, pintando magníficas tablillas, que sin duda influyeron en el joven López Torres, que siempre sintió veneración por la pintura de Ángel Andrade.

Ángel María Isidro Andrade Blázquez 1866-1932

Remitió asiduamente sus obras a certámenes nacionales e internacionales, obtuvo mención honorífica dentro de la sección de escultura en la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1901, tercera medalla en las ediciones de 1890 y 1895, así como sendas segundas medallas en 1906 y 1908 por los lienzos "Huérfanos" y "El Tajo en Toledo". Además, fue galar­donado con medalla de plata en la Exposición Internacional de Buenos Aires de 1910.

El 4 de noviembre de 1915 consigue la ilusión de su vida, impartir clases al Instituto de su ciudad natal, a enseñar, como manifiesta en una entrevista, a los hijos de los amigos de la infancia. Sus paisanos recibieron con júbilo al laureado artista, convirtiéndose en su más fiel colaborador y asesor cultural. A partir de este momento se sume en el más absoluto anonimato y sólo conserva un prestigio local que le seguirá hasta su fallecimiento.

A su llegada a Ciudad Real, como era soltero, se estableció en el hotel Miracielos, situado en la calle de la Paloma. Más tarde buscó un criado, Melitón, quien, acompañado de su madre, se encargó de asistirle. Los tres se instalaron en una casa alquilada de la calle de la Rosa, el número 3, donde permanecieron algunos años. Después se trasladó a la plazuela de la Merced, donde le sobrevino la muerte el 18 de noviembre de 1932.

Su casa natal seria demolida, al igual que casi todas las casas de la calle Azucena, y en el bloque de pisos que se levantó en su solar, se colocó una lapida donde se hace constar el lugar de nacimiento de tan insigne pintor ciudadrealeño.

Lápida ubicada en el bloque de pisos donde estuvo la casa natal de Ángel Andrade en la calle Azucena

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